Toda clase de cosecha se ha visto afectada por los devastadores incendios que azotan a la zona centro-sur del país, y el rubro que asoma como uno de los más afectados en la Región del Ñuble es el viñatero, donde diversos actores ya delinean los efectos catastróficos del avance de las llamas para la industria.
Al suroeste de Chillán se ubica el
Valle del Itata, una de las zonas vitivinícolas más extensas y antiguas de las que se tiene registro en el sur del país, cuyas condiciones metereológicas la hacen ideal para el cultivo finas cepas de diversas variedades de vinos, con la mirada puesta en la producción orgánica y en altos estándares de calidad.
Pero el sector hoy enfrenta sus días más difíciles debido a la destrucción de infraestructura clave, como viviendas, bodegas, y equipos, así como de plantaciones, que requerirán de cuantiosas inversiones para volver a producir. De hecho, pese a que no es la primera vez que los miles de pequeños viñateros del Itata se enfrentan al fuego, esta vez la magnitud del daño es mayor.
Según comentó a Emol Víctor Castellón, presidente de la Asociación Gremial de Viñateros del Valle del Itata, informes preliminares en la provincia hablan de "un daño directo por el fuego a las viñas de un 80% y aquellas que no fueron alcanzadas por el fuego, el humo y las altas temperaturas afectó la totalidad de la cosecha".
Junto con ello, precisó que "las pérdidas son invaluables" y que todas las comunas del Itata se han visto perjudicadas, desde Ránquil, Portezuelo, Coelemu, Quirihue, Ninhue, Trehuaco, de la provincia de Diguillín la comuna de Quillón, y la comuna de Florida de la provincia de Concepción en la Región del Biobío.
Castellón también recalcó que "todas aquellas viñas que no se vieron afectadas directamente del fuego, lo hizo el humo y las altas temperaturas, afectando la totalidad de la cosecha 2023".
Y es que no solo la quema misma de viñedos significa graves perjuicios, sino que también el impacto del humo y las cenizas en las uvas. Así lo manifestó Aurelio Montes, presidente de Vinos de Chile, quien comentó que "sin duda, el daño es muy severo. La masa verde de brotes de hojas y de racimos se ve claramente afectada y perdida".
Además, Montes explicó que en aquellas zonas donde la llama no llega directamente, sino que más bien el humo, este "se pega a la fruta y pasan los aromas básicamente al vino, dejándolo de una calidad muy dudosa, por lo tanto, es un problema bastante grave el que está ocurriendo con estos incendios".
Lo que sí, el representante de Vinos de Chile recalcó que "en general la planta de vid es muy resistente, y frente a estos incendios, al año siguiente -se pierde un año- estaría en condiciones de rebrotar y probablemente de producir".
Impacto al enoturismo
Los emprendimientos enoturísticos también se han visto afectados por los siniestros, debido a su emplazamiento en la zona de mayores focos. Se trata de productores vitivinícolas que, además, ofrecen servicios turísticos.
Según información preliminar levantada por el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) de Ñuble, y en base a las viñas registradas que se han visto afectadas de manera total o parcial, a nivel de infraestructura o pérdida de producción se pueden mencionar a: Viña Mora Reyes; Viña Tres C; Viña el Guindo; Viña Tierra y Sangre; y Viña Entre Viñedos de Coelemu; Viña Juan Segura Wines de Quirihue; Viña Lomas de Llahuén y Viña Altos del Valle de Portezuelo, además de Viña Don Sebita; Viña Doña Elita; Viña Castellón de la comuna de Ranquil, entre otras del territorio afectado.
"Todas aquellas viñas que no se vieron afectadas directamente del fuego, lo hizo el humo y las altas temperaturas, afectando la totalidad de la cosecha 2023"
Víctor Castellón, presidente de la Asociación Gremial de Viñateros del Valle del Itata
Al respecto,
Soledad Prado, dueña de Viña Prado y presidenta de la Asociación Gremial de Enoturismo del Valle del Itata, subrayó que "el Valle del Itata es una zona históricamente deprimida económicamente, que forma parte de las comunas del plan regazo".
En ese sentido, mencionó que "en los últimos años ha habido una tremenda inyección de recurso de parte de privados y fondos públicos para poder poner en valor lo que es el carácter patrimonial del Valle, desde dos aristas: el desarrollo de la vitivinicultura y del enoturismo".
Por esta razón, dijo que "el impacto que tiene esta catástrofe es doble: Por un lado golpea fuertemente la economía incipiente, y por otro lado es un daño irreparable al patrimonio vitivinícola, que se genera desde las pérdidas de parras centenarias, algo único en el mundo, y con la pérdida de bodegas con carácter patrimonial".
Prado sostuvo que, en este contexto, "muchos viñateros expuestos directamente al humo probablemente no vendimiará, y para aquellos que se vieron afectados colateralmente, será necesario llevar a cabo prácticas enológicas que ayuden a disminuir los efectos de humo. Aún así esto no asegura que sean tratamientos 100% efectivos".
