En un mercado donde el pago a través de tarjetas y aplicaciones bancarias es cada vez más frecuente, el ex presidente del Banco Central y actual decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José De Gregorio, deslizó una propuesta que permitiría consolidar dicha forma de cancelar en los diversos comercios: eliminar el efectivo.
"Lo que hay que hacer -y esta es una tarea del Banco Central y de las autoridades, y una cosa que ayuda mucho- es que
se acaben los billetes en Chile", planteó este jueves el economista en conversación con Radio Cooperativa.
Los motivos para esto, según señaló, son la inseguridad, la informalidad y el bajo índice de competencia como país. "Toda la actividad ilegal, informal, se hace con billetes. Debería desaparecer el billete de $20.000 pesos para partir, luego el de $10.000. Solamente así el billete queda para cosas muy menores, y todo debería ser digital", explicó.
"Para allá vamos. Yo creo que se puede. Suecia lo ha hecho. Si queremos ser una economía con bajos grados de informalidad, obviamente podría ser por la vía digital. Además, es más seguro: no van a robar los camiones en el aeropuerto ni todo eso si el mundo fuera más digital", agregó.
¿Es factible?
Bajo el análisis de Juan Nagel, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, esta medida sería difícil de aplicar en Chile. "No lo veo factible, y no es una buena idea. Si bien se entiende la intención, las consecuencias secundarias de eliminar el efectivo son indeseables", expresó.
Por una parte, Nagel dijo que "aún hay una alta proporción de personas en Chile que no están bancarizadas. Según cifras de la CMF, podrían ser hasta 1 de cada 4 personas. Entre las poblaciones menos bancarizadas están los segmentos más pobres, los adultos mayores, las personas con discapacidades, los no nativos digitales, las personas en situación de inmigración irregular y las personas que viven en ambientes rurales. Por lo tanto, eliminar el efectivo significaría un perjuicio y un cambio de hábito forzado para estas personas".
Junto con ello, advirtió sobre la "vulnerabilidad de la información", puesto que "al eliminar el efectivo, se elimina la opción de que las personas podamos realizar transacciones financieras sin dejar rastro".
"Es aplicable en Chile, pero se requiere de la inversión necesaria, la educación tecnológica y avanzar en un cambio cultural gradual. Ello tomará un tiempo largo, pero sin duda será el camino que iremos recorriendo, cuestión que ya iniciamos"
Sergio Lehmann, economista jefe de BCI
"Se entiende la idea: eliminar el efectivo para obligar a la bancarización. Obviamente se quiere que las personas se formalicen y se bancaricen. Sin embargo, el efectivo sigue cumpliendo un rol fundamental en la vida de muchas personas. Ningún país, ni siquiera los más avanzados como Singapur o Noruega, han eliminado el efectivo", acotó el académico de la Universidad de Los Andes.
El economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, indicó que "es aplicable en Chile, pero se requiere de la inversión necesaria, la educación tecnológica y avanzar en un cambio cultural gradual. Ello tomará un tiempo largo, pero sin duda será el camino que iremos recorriendo, cuestión que ya iniciamos".
"Las ventajas se relacionan con temas de seguridad. Al no manejar billetes físicos se reduce la delincuencia y los riesgos de pérdida. Asimismo, el costo de producir el billete se elimina, así como los costos de transacción que involucran el traslado y manipulación de los mismos. No veo desventajas, sino más bien la exigencia de educación tecnológica y la disposición de una red y equipos que permitan llegar a cada rincón con señal electrónica y la infraestructura necesaria", recalcó Lehmann.
Tomás Flores, economista de LyD, sostuvo que "hay una serie de beneficios al eliminar el uso de billetes y monedas, y reemplazarlo por la masificación de los pagos digitales. Entre ellos mayor formalización de la economía, reducción de la evasión y mayor seguridad ante robos o eventos que destruyen el dinero guardado en la casa, como ha sido el caso de los incendios".
Eso sí, Flores plantea que "el problema para avanzar en esto es la brecha de inclusión financiera, en donde el uso de pagos digitales en el quintil más rico supera largamente lo observado entre los más pobres. La pandemia obligó a muchos pagos presenciales que realizaba el Estado, tuvieran que ser traspasados a otros canales. Hay que perseverar en esa dirección".