El litio no ha logrado cumplir con las expectativas que alguna vez generó. Y es que, durante el último año, su precio ha caído más de un 80%, hasta llegar a los US$13.200 por tonelada, su tarifa más baja desde 2020, luego de que la industria experimentara un exceso de oferta.
La situación está generando preocupación en las compañías productoras, que se han volcado a tomar medidas para enfrentar la decepcionante fluctuación. Los reportes dan cuenta de mineras que han comenzado a restringir la producción y a poner en pausa proyectos que tenían contemplados en el corto plazo. Y Chile no es la excepción.
Las ganancias de la norteamericana Albemarle, que opera en nuestro país, redujo en 2023 sus ganancias en más de US$1.100 millones respecto del año anterior, totalizando unos US$1.573 millones. "Pensamos que los precios hoy son insostenibles, por debajo de los niveles operativos de efectivo de algunos activos que actualmente están operando, y definitivamente están por debajo de los niveles de reinversión (...) particularmente en Occidente", aseguró el CEO de la compañía Kent Maters, en una conferencia que recogió El Mercurio.
Producto de la negativa oscilación del valor del "oro blanco", Albemarle detalló que ha decidido ralentizar algunas de sus inversiones y reducir sus gastos operacionales en unos US$100 millones.
La chilena SQM, por su parte -uno de los mayores actores de la industria a nivel mundial y que recientemente anunció que se asociará con Codelco para operar el Salar de Atacama- anotó una caída de 34,3% de sus ganancias a septiembre del año pasado respecto al mismo lapso de 2022, impactado por el mal desempeño de su principal negocio: el litio.
Según datos de Inversiones Security -en base a información de Aduanas y el Banco Central-, SQM exportó litio durante diciembre por US$162 millones, una baja de 75,64% respecto al mismo mes de 2022. Los envíos, además, se vendieron a un precio promedio de US$17.209 toneladas, una caída de 64% en doce meses.
Además, las exportaciones de SQM en el último mes del año totalizaron 9.420 toneladas, un tercio de lo enviado en diciembre de 2022.
La confianza que, dese hace años, había en relación al litio hace inevitable una pregunta: ¿Por qué el descenso en en los precios?
China y los autos eléctricos como protagonistas
No es primera vez que los precios del litio caen. En 2019-2020, de hecho, el valor por tonelada tocó mínimos, llegando a los US$6.000. En 2022, en tanto, subió como la espuma, alcanzando, durante el segundo semestre, los US$54 mil.
En esta oportunidad el desplome tiene a China entre sus protagonistas. Esto, porque las ventas de vehículos eléctricos en el país asiático, el mayor mercado a nivel mundial, se han estancado; el año pasado crecieron apenas un 25%, cuando la proyección era mayor. Así, la paralización de la demanda para producir baterías compuestas de litio ha terminado por dejar al mercado con un exceso de oferta del metal.
"El descenso en el precio del litio tiene un principal factor, que es China, dado que es el principal consumidor de baterías y autos eléctricos. China puso fin a las subvenciones a los coches eléctricos, entonces eso hace que, esa eliminación de las subvenciones implica que, obviamente, no es tan atractivo vender coches eléctricos", dice Ronald Guzmán, académico de Ingeniería Civil en Minería de la UDD.
Subraya, asimismo, que "es importante destacar que con la eliminación de la subvención, al caer las ventas, se active una guerra de precios en autos eléctricos y en consecuencia, gatilla caída de precio de sus insumos como son el litio".
Por último, señala, "otro tema que también ha influido es el exceso de inventarios de Litio, principalmente en Asia, al tener menor producción de coches eléctricos, se acumulan inventarios que inciden en una caída del precio".
Impacto en arcas fiscales
En Chile se espera que los recursos provenientes del litio sean menores en 2024. Lo anterior, asociado al rumbo que ha tomado su cotización.
El coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González, adelanta que claramente existe un impacto negativo para el fisco, pero cuya magnitud no se puede determinar, ya que el Ministerio de Hacienda no publica las proyecciones asociadas al mineral.
"No sabemos cuál es el precio implícito en las proyecciones , como sí lo sabemos en el cobre, por ejemplo. Si los precios se mantienen bajo o si siguen bajando, impacta negativamente los ingresos fiscales, pero no sabemos cuánto, porque no conocemos las proyecciones de Hacienda, ni en materia de producción, ni en precio del litio. El otro punto es que también falta información respecto del pago de impuestos de las empresas, lo que hay es solamente el pago de renta de arrendamiento a Corfo, y la parte de impuestos que pagan las dos empresas no se conoce. Por lo tanto, lo que hay ahí es una información parcial", explica el académico.