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Una crisis silenciosa: ¿Qué son y cómo afectan los síndromes del “burnout” y tecnoestrés a los trabajadores?

Estos fenómenos, caracterizados por el agotamiento emocional y la presión constante para mantenerse al día con las tecnologías en evolución, se hacen cada vez más notorios. Expertas explican cómo abordarlos.

26 de Julio de 2024 | 14:19 | Por Natalia Munar | Portal Pyme
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A pesar de que el bienestar de los empleados ha ido ganando importancia en las empresas, el mundo laboral aún enfrenta desafíos para lograr la satisfacción de los trabajadores. Algunos de estos retos se ven reflejados en fenómenos, caracterizados por el agotamiento emocional y la presión constante para mantenerse al día con las tecnologías en constante evolución.

El burnout, o síndrome del “trabajador quemado”, se manifiesta cuando el desgaste laboral afecta al empleado al punto de causar patologías físicas y mentales. Aunque no se considera un padecimiento médico, esta condición puede aumentar el riesgo de sufrir trastornos como depresión, insomnio y agotamiento excesivo, entre otros.

El tecnoestrés, en tanto, responde a un estado psicológico negativo causado por el uso desmedido de tecnologías, siendo una respuesta adaptativa a la falta de habilidad para manejarlas de un modo saludable.

Según el Índice de Evaluación de la Vida de Gallup, se estima que el 56% de los trabajadores a nivel mundial enfrenta dificultades que pueden llevar al burnout. De hecho, el 9% de los empleados reporta vivir en sufrimiento, en contraste con el 35% que afirma estar prosperando.

Carolina Yañez, psicóloga organizacional y miembro de la World Happiness Foundation, señala que el tecnoestrés y el burnout son cada vez más comunes entre los trabajadores.

“El tecnoestrés se debe a una mala adaptación al uso de tecnologías en el trabajo, causando problemas físicos como dolores de cabeza, fatiga visual y problemas de sueño, y psicológicos como irritabilidad y tecnoadicción. Esto reduce la calidad de vida y afecta la productividad y la concentración”.

Carolina Yañez, psicóloga organizacional
Además, afirmó que el burnout, es una respuesta al estrés laboral crónico mal gestionado. Se caracteriza por el agotamiento, despersonalización y falta de eficacia, agravado por la falta de retroalimentación y apoyo en el trabajo.

Desde Trabajando.com comentan que algunos factores del ambiente laboral que podrían desencadenar el burnout son: carga de trabajo excesiva, falta de reconocimiento, un ambiente de trabajo negativo y desequilibrio entre la vida laboral y personal. Todas estas situaciones impactan negativamente en el bienestar de los colaboradores, pudiendo llegar incluso a comprometer seriamente su salud física y mental, dijo María Jesús García-Huidobro, gerenta de desarrollo de negocios, Trabajando.com.

El impacto en las empresas


Según, Rocío Robledo, Country Manager de WeWork Cono Sur, tener colaboradores que sufren de burnout y tecnoestrés, afecta negativamente a las empresas en varios aspectos. Estos empleados suelen mostrar una disminución en la productividad, mayor ausentismo y en consecuencia, una mayor rotación de personal.

María Jesús García-Huidobro, coincidió con la idea anterior y explicó cada una de las consecuencias que podrían tener las organizaciones con trabajadores que estén pasando por una etapa de alguno de los fenómenos mencionados:

Reducción de la productividad:

La reducción de la productividad conlleva que tendremos colaboradores con baja eficiencia, ya que los trabajadores agotados suelen tener menos energía y motivación, lo que puede llevar a una disminución en la calidad y cantidad del trabajo realizado. También aumentará la tasa de errores y accidentes.

Aumento del ausentismo laboral:

El aumento del ausentismo se dará porque los colaboradores con burnout y/o tecnoestrés manifestarán problemas físicos y emocionales, que tratados por un profesional de la salud podrían requerir períodos prolongados de tiempo fuera del trabajo para recuperarse, lo que puede interrumpir las operaciones normales de la empresa.

Renuncia silenciosa:

El síndrome de la “renuncia silenciosa” es otro factor a considerar. Tener colaboradores agotados y desmotivados puede llevarlos a seguir trabajando en la organización pero con el interés de cumplir solo lo mínimo necesario, con niveles de productividad y engagement extremadamente bajos. Sin intención de renunciar realmente, se van desconectando cada vez más de la empresa y su equipo de trabajo.

Golpe negativo en equipos de trabajo:

Se generan roces, ya que las personas en estas condiciones tienen menos paciencia y son más reactivas. La motivación y el compromiso con la organización empiezan a disminuir. Otras personas deben tomar el trabajo de los afectados por burnout, ya que por su situación o por estar con licencia no pueden llevarlo a cabo. En términos generales, los colaboradores se sienten poco cuidados por la organización y sus jefaturas.

Alta rotación de personal:

La alta rotación de personal podría darse por renuncias, ya que los colaboradores que experimentan niveles elevados de estrés y agotamiento pueden optar por dejar la empresa en busca de un entorno laboral más saludable. Esto perjudica a la organización, ya que implica costos adicionales en términos de reclutamiento, capacitación y pérdida de conocimiento organizacional. Entendiendo que las personas son el principal recurso de las organizaciones, caer en estas malas prácticas es un muy mal negocio.

¿Cómo abordar esta problemática?


La recomendación de la psicóloga organizacional, Carolina Yañez, es que para prevenir y abordar el síndrome del “trabajador quemado” y el tecnoestrés, se debe primar una cultura que gestione con las personas al centro, que siente las bases de la seguridad psicológica para que los trabajadores se sientan escuchados, contenidos y no juzgados.

“Es requisito poder identificar factores de riesgo y/o generadores de desgaste, llevando al día indicadores y monitoreo, para responder oportunamente y con las herramientas precisas”, agrega la también experta en Desarrollo Organizacional.

En el caso puntual de tecnoestrés, la psicóloga recomendó educar con frecuencia, para que los colaboradores se sientan cómodos y competentes con las nuevas tecnologías, optando por mecanismos intuitivos y fáciles de utilizar. Es necesario también sumar, políticas de desconexión y respeto por la vida privada de las personas. “Para el éxito y mantención de una cultura saludable, no basta con que sólo esté involucrado RRHH, debe estar inmersa, toda la organización, incluyendo directivos y gerencias”, finalizó Yáñez.
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