La huelga legal que inició este martes el sindicato de trabajadores de Escondida trajo de regreso a la memoria de muchos el gran paro que vivió la minera en 2017. Y es que no se trata de un yacimiento cualquiera, sino del mayor de cobre a nivel mundial.
Las cifras son elocuentes: el 5,4% de la oferta global del metal rojo proviene de allí. Asimismo, Escondida representa el 21% de la producción a nivel nacional.
Son precisamente esas magnitudes las que preocupan. Con una eventual extensión de la paralización los efectos podrían tener consecuencias insospechadas. Y es que los mismos trabajadores lanzaron una advertencia. "El Sindicato tiene un fondo de logística varias veces superior al que tuvo en la huelga del año 2017", señalaron en un comunicado.
Así, aseveraron contar con "con convenios de créditos para todos sus socios para financiar las necesidades básicas familiares por un período muy prolongado".
La paralización de 2017 y sus efectos
El 2017 fue clave para Escondida. Ese año los trabajadores llevaron adelante una huelga que duró 44 días. Se trató de la paralización más prolongada en la historia de la minería Chilena. Al igual que ahora, en esa ocasión las negociaciones no lograban llegan a puerto. En marzo, no obstante, el paro llegó a su fin, pero las consecuencias sobre la economía se hicieron sentir de inmediato.
El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de febrero de 2017 dio cuenta inmediatamente del impacto. Se contrajo 1,9%, arrastrado con fuerza por la actividad minera, que registró una caída de 18,7% ese mes. En marzo de ese año también se sintió el efecto: el índice registró una expansión de apenas 0,2%, mientras la minería de hundió un 22,7%.
A medida de que avanzó el año, los estragos económicos de la huelga siguieron sintiéndose. Al final, según cifras del Banco Central (BC), el PIB minero cayó un 2,1% ese año, afectando el PIB total, que tuvo un crecimiento de 1,4%. Según la corredora de bolsa Fynsa los días de paralización en 2017 restaron entre 0,5 a 0,6 puntos al crecimiento anual. El paro, al final, generó pérdidas por US$70 millones.
En cuanto a la producción de cobre, esta cayó un 0,9% a nivel nacional con respecto a 2016 y 4,7% en relación al cierre del año 2015. "El 2017 se anticipaba como un año más positivo, pero la situación de Escondida afectó la producción", dijo a comienzos de 2018 el director de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco, Jorge Cantallopts, a La Tercera.
Obviamente, para escondida también hubo mermas. La producción de cobre en la faena disminuyó un 21% entre enero y septiembre de ese año. Aunque, debido al alza en los precios del metal rojo a nivel mundia, la compañía de todos modos obtuvo ganancias.
Frente a las cifras de 2017 son muchos quienes se preguntan qué consecuencias se podrían ver con la paralización de ahora. En lo inmediato, se pueden esperar consecuencias para la actividad.
"Huelga minera se presenta en un contexto de dudas sobre el crecimiento económico. Si se extiende más de dos semanas podría generar un Imacec negativo para el mes de agosto", dice Boris Pastén, economista de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Finis Terrae.
