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¿Terminar con las propinas?: Se abrió el debate en torno a las distintas caras de un ingreso informal

En la discusión se apunta a que, al no quedar registradas en muchos casos, no contribuyen a la seguridad social. Por otra parte, se trata de un gesto valorado por los trabajadores y que incentiva el buen servicio.

24 de Agosto de 2024 | 07:08 | Por Pablo San Martín, Emol
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El Mercurio
¿Qué hacer con las propinas? Esa es la pregunta que se ha abierto en los últimos días a raíz de una serie de constataciones. Una muy evidente es el hecho de que se han expandido a servicios en los que usualmente no se solicitaban. Otra, que constituyen un ingreso informal, lo que impide, por ejemplo, la contribución de las pensiones de aquellos que las reciben.

Esta semana, a través de cartas al director en El Mercurio, hay quienes decidieron abordar el debate. Discusión que recién comienza, pues intereses de todos lados avizoran un intercambio con distintas miradas.


Un ingreso informal


Como "un elefante blanco en la habitación". Así calificó Gerardo Jofré -lector de El Mercurio y académico de la U. Católica- lo que ocurre con las propinas. "Es parte del ingreso de miles de trabajadores y es informal", apuntó.

Luego, detalló la situación. "A los receptores de propinas les gustan, ya que es un ingreso que no aparece por ninguna parte y, así, no les 'echa a perder' su ficha social ni los obliga a ahorrar para pensiones. En lo inmediato, todo bien para ellos".

"Pero -añadió- sus problemas aparecen en la vejez. Algunos tendrán la madurez de ahorrar, dentro de la informalidad, para su vejez, pero sospechamos que son los menos. Los más, a la hora del retiro no podrán financiar un digno pasar y se verán impedidos a pedir el maná del Estado, el cual, a diferencia del bíblico, tiende a dejar hambriento al suplicante".

Tras ello, reflexionó que al empresario también le gustan las propinas, puesto que "les hace un espacio para pagar menores sueldos y así, aparentemente, mejorar su negocio".

En cuanto a los clientes, destacó: "No son afectados, aparentemente tienen que pagar, además de pagar la cuenta, las propinas. Sin embargo, si no hubiera propina, los precios seguramente serían 10% mayores y su gasto total por ir al restaurante sería el mismo. Los empleadores tendrían que pagar mayores sueldos, al desaparecer la atracción de la propina".

"Lo que sí cambiaría si se suprimieran -apuntó en todo caso- es que los trabajadores aumentarían sus cotizaciones y su fondo de ahorro para su pensión, con los efectos benéficos que ello conlleva".

A la discusión, así, se sumó otro lector: Álvaro Bazán. Pero puso un matiz. Propuso aumentar la propina "voluntaria" a 12%, con la obligación de que sea imponible. "El aumento del gasto por ir a un restaurante sería de solo 2% y los clientes, estoy cierto, se sentirían felices al saber que ese aumento iría para mejorar las condiciones de jubilación y de seguridad social para todos quienes los atienden. Los trabajadores tendrían más seguridad en su vida".

"Un beneficio adicional -explicó- sería que las estadísticas reflejarían inmediatamente un aumento en el ingreso de cientos de miles de trabajadores que reciben propinas, pero que hoy aparecen ganando el sueldo mínimo. Se sinceraría una situación que hoy se presta para malas interpretaciones".

Gonzalo Aguirre, otro lector que envió una misiva, se preguntó: ¿Por qué pagamos propina por el IVA? ¿No debiera ser por el valor neto del servicio? Lo anterior lleva a que nos estén cobrando un 11,9% y no el 10%. O comiencen a dar boleta por la propina y así el fisco recibe lo que están cobrando en nombre de ellos, pero que no les está llegando".

A la discusión se sumó un cuarto lector: Ignacio Torres. Constató, justamente, que propina se está cobrando en muchos servicios. "Hace unos días pasé a una charcutería a comprar. Al momento de realizar la compra me preguntaron sí quería dejar propina. Como andaba con tiempo, tomé un Uber para ir a cortarme el pelo. Al finalizar el viaje la aplicación me preguntó si quería dejar propina. Después de cortarme el pelo, el peluquero me preguntó si incluía propina".

Las distintas caras de la propina


Si bien es cierto que se trata de un ingreso informa y de que hoy se cobra en distintos servicios, la propina también puede generar beneficios. "Si hay un vínculo entre desempeño y propinas, puede mejorar los incentivos y la remuneración total para el trabajador. También es importante considerar el efecto sobre los consumidores, quienes pueden beneficiarse de un mejor servicio cuando son atendidos por trabajadores incentivados, pero ello debe ocurrir en un contexto de información transparente para todos los involucrados", explica Benjamín Villena, investigador del Instituto de Políticas Económicas de la FEN UNAB.

Sostiene también, así como en la discusión en las páginas de El Mercurio, que "un beneficio es que las propinas no pagan impuestos, aunque la mayor parte de las personas cuyo ingreso depende fuertemente de propinas están en el tramo exento de impuesto a la renta. Un costo asociado es que estas rentas tampoco generan recursos para la contribución social".

Carlos Smith, docente investigador del CIES-UDD, también pone un énfasis en el incentivo. Asegura que "es una forma de generar los incentivos para mejorar el servicio".

Entre los académicos, en todo caso, concuerdan en que existe un problema con respecto a la informalidad. Nicolás Román, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, explica: "Pudiendo ser una parte importante del sueldo de un trabajador, este no está obligado a imponerse, por lo que ahorra menos para su vejez. Las imposiciones (el nombre lo indica), son obligatorias, dentro de otras cosas, porque de ser voluntarias, difícilmente los trabajadores se impondrían".

Mientras, Villena asegura que "un costo asociado es que estas rentas tampoco generan recursos para la contribución social".

¿Costo o beneficio para restaurantes?


"El sistema de propinas puede verse como una forma de involucrar activamente al cliente en el control de calidad del servicio. Un porcentaje de propina puede ayudar a los empleadores a tener una gestión más eficiente y atraer personal más proclive a brindar buen servicio", dice Villena, de la Unab.

En tanto, Román, de la Uandes, sostiene que "los comercios se verían afectados negativamente si se incluyeran las propinas en las remuneraciones, pues al disminuir el disponible de los trabajadores, habría una presión al alza de los salarios, lo que, de no poder traspasarse a los consumidores finales, sería absorbido por los comercios".

Desde la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), su presidente, Máximo Picallo, asevera que "a nosotros nos gustaría que esto fuera mucho más libre, que los negocios que quisieran lo sugiriera y los que no, no".

Explica, así, que "en muchos casos los garzones se llevan el 10% de la venta de un local, lo cual es una comisión muy alta para cualquier vendedor. Es parte del ingreso de los garzones".

¿Debieran tributar?

Picallo sostiene: "Cualquier persona que recibe este ingreso puede hacerlo. Como empleadores no podemos meternos en la propina, la tenemos que pasar".

Por último, aseveró que "la propina es un premio cuando hay un buen servicio (...) Tratar de hacer que sea imponible es un error".

¿Y en otros países?


En Japón es "mal visto" dar propina. Así lo constatan diversos medios en el mundo. ¿La razón? Las propinas son tomadas como ofensas. "Es común que cuando los clientes dejan dinero para los meseros en los restaurantes, luego los persigan para devolverles su dinero", dice un reportaje de la BBC.

Mientras, en Estados Unidos, ocurre precisamente lo contrario. En muchos servicios es costumbre dejar propina. La cifra, de hecho, es más alta que en Chile en algunos casos, y llega hasta el 20%. Incluso, ocurre cuando el servicio no es de la calidad esperada.
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