Aunque el teletrabajo demostró su efectividad durante la pandemia y perduró más de lo previsto, muchas empresas están planeando decirle adiós al home office. Pero, ¿puede esta decisión llegar de un día para otro? La vuelta al modelo presencial no es tan sencilla como simplemente pedir a los trabajadores que retornen. Implica abordar un abanico de aspectos legales, organizacionales y emocionales que podrían impactar tanto a la empresa como a sus colaboradores.
Pedro Matamala, abogado laboral del estudio Matamala y Provoste, detalla que la legislación vigente en Chile contempla dos escenarios distintos para los acuerdos de teletrabajo. Por un lado, existe la Ley de Teletrabajo (Ley N.º 21.220), promulgada en 2020, que establece un marco claro para los empleados que trabajan de manera remota bajo un acuerdo formal. Esta norma estipula que la revocación de este tipo de acuerdos debe realizarse con al menos 30 días de antelación, lo que permite a ambas partes una planificación adecuada para la transición, señala Matamala.
Sin embargo, también existen acuerdos de teletrabajo más informales o flexibles, pactados entre empleador y empleado, donde los términos del retorno pueden variar. “Adicionalmente, existen pactos de empresa donde se establecen condiciones distintas de regreso a la empresa, tales como necesidades de funcionamiento, requerimientos específicos de algún cliente, etc. Si existe un pacto distinto a una norma amparada por el teletrabajo, habría que revisar el anexo individual o el instrumento colectivo respectivo”, advierte Matamala.
Nataly Cornejo, Chief Marketing Officer de HRx Talent -empresa de gestión de talento humano-, aclara que cualquier cambio en la modalidad de trabajo debe ser consensuado entre empleador y empleado. "El retorno a la oficina no puede ser decidido de manera unilateral por la empresa si existe un acuerdo de teletrabajo vigente", explica. Esto implica que las compañías deben negociar y llegar a un trato con sus colaboradores antes de realizar cualquier cambio en la modalidad de trabajo, evitando así problemas legales.
El proceso de transición
El principal reto para las empresas que quieren iniciar el retorno a las oficinas radica en la gestión del cambio. "Esta herramienta se ha convertido en un elemento esencial en los últimos tiempos en relación al manejo de los recursos humanos en las organizaciones", señala el experto en leyes, quien enfatiza la importancia de reducir la incertidumbre entre los empleados.
"Los buenos manejos en relación a la gestión de las modificaciones minimizan tremendamente la incertidumbre de los trabajadores y previenen problemas en el clima laboral".
Pedro Matamala, abogado laboral del estudio Matamala y Provoste
Nataly Cornejo agrega que la comunicación es clave para evitar conflictos durante el proceso de retorno. "Es fundamental informar con suficiente antelación a los trabajadores, explicando los motivos del cambio y los plazos propuestos", destaca Cornejo, quien recomienda desarrollar un diálogo abierto y continuo con los empleados. "Escuchar las preocupaciones de los colaboradores es clave para evitar tensiones. Las encuestas internas o las reuniones uno a uno pueden ayudar a conocer sus expectativas".
Uno de los aspectos más importantes de este proceso es cumplir con los plazos legales que rigen el teletrabajo. "En términos generales, cualquier modificación unilateral podría ser considerada atentatoria contra los derechos del trabajador", explica Matamala.
Desafíos a enfrentar: resistencia, infraestructura y bienestar
El regreso a la oficina no será sencillo para muchas organizaciones. Entre los desafíos más importantes que enfrentan las empresas están la resistencia de los trabajadores y la adaptación a nuevas condiciones de trabajo. Según Cornejo, "muchos empleados se han adaptado al teletrabajo y valoran su flexibilidad". Por lo tanto, las organizaciones podrían encontrarse con una resistencia por parte de aquellos trabajadores que prefieren seguir trabajando de manera remota.
Otro reto importante es el relacionado con la infraestructura. Durante la pandemia, muchas organizaciones redujeron sus espacios físicos y adaptaron sus operaciones al trabajo remoto, lo que podría complicar la reubicación de todo el personal en las oficinas, explicó Cornejo.
Además, existen preocupaciones sobre la salud y el bienestar de los empleados. "Es un tema importante en este proceso, y las empresas deben ser conscientes de las posibles afectaciones psicosociales", señala Matamala.
Por último, también existe el riesgo de que la productividad se vea afectada durante la transición del teletrabajo al trabajo presencial. "Esta modalidad tiene muchas ventajas, pero también desventajas en relación al contacto con las personas y la posibilidad de concentración en ciertos tipos de labores", afirma Matamala.
Recomendaciones para un retorno efectivo: gradualidad y apoyo
Para mitigar estos desafíos, tanto Matamala como Cornejo recomiendan que el regreso a la oficina sea progresivo y flexible. "Es importante que las empresas consideren modelos híbridos que permitan la transición entre el teletrabajo y el trabajo presencial, facilitando una adaptación progresiva", sugiere Cornejo. Este enfoque flexible no solo reduce el impacto de los cambios en la rutina de los empleados, sino que también permite a las empresas ajustar sus operaciones según las necesidades de su personal.
Además, Matamala indica que es ideal contar con especialistas en la gestión del cambio. "Nos hemos enfocado mucho en que debe existir un gestor de inclusión, especialistas en temas de género, acoso y otros. En muchos casos, hemos visto que se han dejado de lado estas habilidades, que en un mundo cambiante y desafiante como el actual, son indispensables", afirma.
Por último, es esencial que las empresas ofrezcan apoyo logístico y emocional a sus empleados durante este proceso de retorno. "Ofrecer apoyo a nivel de infraestructura (como transporte o reubicación de espacios) y a nivel psicológico para manejar el estrés del retorno es clave para garantizar una transición exitosa", concluye Cornejo.
