En 2024, la relación entre las empresas y la Inteligencia Artificial generativa entró en una nueva etapa. Si bien 2023 fue el año en que el mundo descubrió las posibilidades de esta tecnología, en los primeros meses de este año su adopción y uso práctico dentro de las organizaciones ha aumentado.
Según la última Encuesta Global de McKinsey sobre IA, el 65% de las empresas ya utilizan regularmente IA generativa, casi el doble del porcentaje registrado en la encuesta anterior, realizada diez meses atrás. Los resultados de esta acelerada adopción no se hacen esperar: tres de cada cuatro líderes empresariales prevén que esta tecnología provocará cambios disruptivos en sus industrias en los próximos años.
De acuerdo con un estudio de 2023, elaborado por NTT Data y MIT Technology Review, la adopción de la IA en empresas latinoamericanas pasó de 58% a 71% en tres años. Este rápido avance tecnológico plantea nuevos desafíos para las empresas, sobre todo en la capacitación y gestión del talento humano. La adopción de la IA generativa no solo exige el desarrollo de nuevas competencias técnicas, sino también la creación de un entorno en el que los empleados la utilicen de manera ética y responsable.
La falta de formación adecuada, la resistencia al cambio y los temores sobre la seguridad y privacidad de los datos son algunas de las barreras que deben superarse. Ante este escenario, Luz María García, Gerenta General de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI A.G.), Francisco Rojas, Director Ejecutivo de Applied Intelligence en Accenture Chile y Gilbert Leiva, CEO de I-ED -Compañía de capacitaciones y educación digital para empresas-, comparten su visión sobre los desafíos y soluciones al adoptar esta tecnología.
Barreras para la adopción
Uno de los principales obstáculos es la falta de capital humano capacitado en estas tecnologías, señala García. “El principal problema que existe hoy en Chile para adoptar herramientas de Inteligencia Artificial es la falta de capital humano”, aseguró. Además, indicó que aunque el país lidera en el Índice Latinoamericano de IA, el desafío radica en pasar de ser meros consumidores a productores de tecnología, lo cual requiere una mayor inversión en investigación y desarrollo (I+D) y en la formación de profesionales.
El estudio Talento TI - Competitividad STEM de PageGroup refleja esta problemática: un 31% de las vacantes en la industria tecnológica en Chile no pueden ser cubiertas debido a la escasez de personas con las habilidades necesarias. A esta falta de formación se suma un factor psicológico clave: el miedo de los empleados a ser reemplazados por la IA, señaló la experta. Según una encuesta de Ipsos, el 38% de los trabajadores teme que la IA generativa podría sustituir su trabajo actual, lo que genera resistencia a adoptar estas herramientas.
Francisco Rojas agrega otra dimensión al problema: “Una de las principales barreras es la falta de comprensión profunda sobre cómo funciona la IA generativa, lo que puede generar resistencia o uso indebido”. La desinformación y el aprendizaje a través de canales no oficiales, como redes sociales, incrementan esta brecha de conocimiento, lo que refuerza la necesidad de estrategias de formación sólidas y estructuradas.
El camino hacia un uso responsable de la IA generativa
Para superar estas barreras, los expertos indican que la capacitación es el principal motor de cambio. “Hoy existe una gran oferta de cursos, sobre todo en plataformas online, que están siendo utilizados tanto por las empresas como por las personas para adquirir los conocimientos necesarios para poder aprovechar los beneficios de la IA”, añadió la vocera de ACTI. Sin embargo, no se trata solo de aprender a manejar la tecnología, sino de comprender los riesgos éticos y de seguridad que conlleva.
En ese sentido, Rojas dice que “las empresas deben implementar programas que cubran los riesgos emergentes y los aspectos éticos, permitiendo que los colaboradores se sientan más seguros al usar estas herramientas”. Por su parte, Gilbert Leiva, añade que la clave está en alinear la capacitación con los objetivos estratégicos de la empresa. “Una vez que las empresas tienen definido el uso que quieren darle, es más fácil determinar qué tipo de aplicaciones o cursos de capacitación son los más adecuados para sus trabajadores”, comentó Leiva.
Además, la cultura de aprendizaje continuo debe ser promovida de forma activa. La tecnología avanza rápidamente, por lo que las capacitaciones deben ser actualizadas regularmente. Rojas sugiere que las empresas inviertan en plataformas de formación en línea, talleres interactivos y certificaciones para garantizar que los empleados se mantengan al día con las nuevas capacidades y limitaciones de la IA generativa.
Identificación de procesos y redefinición de roles
La implementación exitosa de la IA generativa no solo depende de la capacitación, sino también de la correcta identificación de los procesos que más se beneficiarían de su uso. “Para determinar qué procesos son susceptibles de ser optimizados a través de la IA Generativa, es necesario que las empresas analicen cuáles son las tareas que requieren de un componente humano, de procesos mentales más complejos, y cuáles pueden verse beneficiadas por el uso de esta tecnología”, señala Luz María García. Actividades relacionadas con el procesamiento de grandes volúmenes de información, análisis de datos en tiempo real y tareas repetitivas son los principales candidatos para ser automatizados, dice García.
Por otro lado, la integración de la IA generativa cambiará la naturaleza de ciertos roles dentro de las organizaciones. Francisco Rojas advierte que “a medida que la IA asume tareas repetitivas o de generación de contenido, los colaboradores tendrán más tiempo para enfocarse en actividades estratégicas y de mayor valor agregado, como la toma de decisiones basadas en datos”. Este cambio implica una preparación proactiva por parte de los empleados, quienes deben desarrollar habilidades complementarias, como pensamiento crítico y análisis de datos, para adaptarse a las nuevas dinámicas laborales, recomendó el representante de Accenture.
Gestionar el impacto cultural: la IA como aliada, no como amenaza
Uno de los mayores retos que enfrentan las empresas al integrar la IA generativa es la gestión del cambio cultural. Luz María García destaca que la transparencia es clave para mitigar el miedo al reemplazo. “Las empresas deben comunicar claramente cómo la IA complementará, en lugar de reemplazar, los talentos humanos”. Para ello, es necesario involucrar a los empleados desde el principio, mostrándoles cómo la IA puede mejorar su productividad y facilitar su trabajo.
Leiva añade que es fundamental fomentar una cultura organizacional que promueva la colaboración entre humanos y máquinas. “La IA no es solo una herramienta, es un agente que debe trabajar alineado con los intereses de la organización”, concluyó.