La cara del comercio en Santiago ha cambiado drásticamente en los últimos cinco años. Es que el estallido significó para muchas locatarios -en su mayoria pequeños- un verdadero dolor de cabeza.
Así, al menos, los develó un análisis de la consultora inmobiliaria GPS Property. Según el estudio, desde noviembre de 2019 hasta octubre de 2024 aproximadamente 900 locales comerciales han bajado sus cortinas.
"Principalmente se trataba de pymes de no más de 100 metros cuadrados, atendidos por sus propios dueños y ubicadas en zonas de harto flujo cercanas a las estaciones de Santa Lucía, Universidad de Chile y Baquedano", aseveran desde la consultora.
Pero la alicaída situación de este tipo de comercios no termina ahí. Esto, porque
el informe da cuenta de que los valores de estos locales han caído cerca de un 50%. "Existe casi un 20% de disponibilidad de comercios en la zona. Lo anterior se ha sumado al éxodo de entidades financieras hacia Nueva Las Condes, El Golf y El Bosque, como Santander, Bice y Scotiabank, además de compañías como Enel y MetLife que fueron objeto de la violencia que se originó en octubre de 2019", complementan en GPS.
Otro de los mercados que ha sido afectado ha sido el de oficinas. Según GPS, la vacancia en el tercer trimestre alcanzó el 14,9%, equivalente a 68.098 m2, ocho veces más que en 2019, previo al comienzo de la crisis.
En concreto, Santiago representa poco más de una de cada cuatro oficinas vacantes en la RM, concentrando el 26,5% del total de la oferta disponible. A la vez, el centro es el corredor con el precio promedio de arriendo más bajo del mercado de oficinas Clase A, llegando a 0,33 UF por metro cuadrado. La consultora explica que "representa una real oportunidad para el sector gubernamental para poder consolidar a sus distintas áreas en un solo edificio y modernizar sus instalaciones de oficinas".
"El corredor de Santiago Centro se vio gravemente afectado durante el estallido social, con protestas y disturbios que dificultaron el desplazamiento de los colaboradores a las oficinas sumado al deterioro que experimentó el sector. Esto generó una tendencia de migración de empresas hacia otros corredores con mejores condiciones de entorno", sostiene también.
Otros análisis
Existen otros análisis que se han hecho en el centro de Santiago para indagar en lo que ha ocurrido tras el estallido, que apuntan a lo mismo. Uno de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), por ejemplo, preguntó a los locatarios por la seguridad. Un 79% de los consultados dijo que los asaltos y robos a transeúntes ocurrían con alta frecuencia en el sector. Mientras, el 59,8% señaló ver locales vacíos en los alrededores de su negocio.
Asimismo, un 73,2% dijo que ha aumentado la inseguridad del barrio donde se ubica su negocio y un 64,7% mencionó que ha crecido el comercio ambulante en la zona.
"El estallido social del 2019 marcó un antes y un después para el centro de Santiago. Muchos locales tuvieron que cerrar producto de los daños sufridos, otros con el tiempo y forzados por la pandemia, se vieron en la necesidad de bajar las cortinas o cambiarse de comuna. Y hoy muchos lo están haciendo producto del abandono y la delincuencia que los azota", dice José Pakomio, presidente de la CNC.
"Ciertamente -agrega- algunas autoridades realizaron gestiones para recuperar los espacios perdidos o deteriorados, pero principalmente fueron los mismos comerciantes que unidos o por iniciativa propia han promovido una serie de medidas para revitalizar los distintos barrios comerciales, como ha ocurrido con el centro histórico de Santiago y con Meiggs".
"Fuimos testigos que las micro, pequeñas y medianas empresas que tenían sus locales cercanos a la zona cero fueron las más perjudicadas durante el estallido social, viéndose obligadas a bajar sus cortinas para siempre", señala, en tanto, Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional.
"Si bien los valores de arriendo disminuyeron considerablemente tras el 18-O, hoy para el comercio, turismo y la gastronomía se hace cada vez más difícil seguir emprendiendo en Santiago Centro", cerró.