El año 2020, antes de que la pandemia azotara con fuerza a Chile, Felipe hizo "match" en Tinder con una mujer que le gustó. En lugar de preguntarle por sus estudios o su trabajo, abrió la conversación con una broma, que a ella le agradó. "Empezamos una relación muy bonita y el 2022 le pedí matrimonio. En 2023 nos casamos. Ya llevamos más de un año casados, muy felices. Conectando cada día más", cuenta.
En la vereda opuesta se encuentra Fernando. Nunca descargó una aplicación de citas. "Lo encuentro un poco arriesgado, nunca sabes quien puede estar detrás", comenta. Sus amigos, no obstante, sí las han utilizado. Uno de ellos, José, dice que "permiten optimizar el tiempo, conocer gente y ampliar el círculo de amistades". Otro, Tomás, conoció a su actual pareja, con quien coincidió "en varios intereses y preferencias, gracias a los filtros de la aplicación".
Trinidad, por otra parte, tuvo todo tipo de experiencias. "Hubo citas buenas y citas de las que una quería escapar. Pero, en general, yo diría que son una opción entretenida. Aunque no usaría las versiones de pago", señala.
Los testimonios sobre las vivencias con estas apps abundan. Y la diversidad de opiniones sobre ellas también. Lo que no abunda -para estas aplicaciones- son los números positivos, al menos en los casos de las más reconocidas. "¿Por qué la gente se ha desenamorado de las aplicaciones de citas?". Con esa pregunta el semanario británico The Economist abrió la discusión. Los números son clara manifestación de la crisis: si en 2021 quienes usaban apps de citas por lo menos una vez al mes redondeban los 154 millones, el segundo trimestre de este año llegaron a 137 millones.
Las descargas también han caído: un 20% en los últimos cuatro años. Y son cada vez menos quienes están dispuestos a pagar la versión premium, que en Tinder exhibe hoy su cifra más baja desde 2021, de 9,6 millones. Las acciones de Match Group, dueña de Tinder, se han desplomado: en octubre de 2021 alcanzaban los US$169, mientras hoy llegan apenas a los US$38. Con Bulmble ha pasado lo mismo. Sus papeles llegaron a los US$59 hace tres años. Actualmente el valor es de US$7. Ambas, además, han hecho recortes en sus equipos.
Un verdadero "desamor" es el que se está produciendo con las aplicaciones de citas.
¿Qué pasó?
Como todo fenómeno, la explicación no es unidimensional. Jorge Montero, profesor de Publicidad de la UDD explica que el "amor on demand" perdió su chispa. "Las apps de citas sufren porque ya no basta con deslizar para encontrar conexión. En un mundo post pandemia las personas buscan más que simples matches: quieren experiencias y conexiones auténticas", asegura. Asimismo, agrega que las plataformas se volvieron monótonas y que no han sido capaces de evolucionar hacia "interacciones más ricas".
"Además -añade- el agotamiento emocional y la fatiga del 'swipe' constante están empujando a los usuarios a reconsiderar cómo y dónde invierten su tiempo, en conexiones más orgánicas y probablemente menos digitales". Las aplicaciones que logren que los usuarios sientan algo más allá de una pantalla serán las que sobrevivan, advierte Montero. Y vaticina que el próximo paso será en base a citas que "integren realidad aumentada o espacios más sociales, donde el match sea solo el comienzo".
"El problema es que funcionan en (la) lógica del descarte, lo que hace la experiencia más insatisfactoria ya que al ver que no te gusta en una persona, simplemente descartas con la ilusión de que encontrarás a alguien perfecto para ti"
Samira Sfeir, psicóloga clínica
La psicóloga clínica Samira Sfeir dice que existe mucha decepción en torno a este tipo de aplicaciones. "El problema es que funcionan en (la) lógica del descarte, lo que hace la experiencia más insatisfactoria ya que al ver que no te gusta en una persona, simplemente descartas con la ilusión de que encontrarás a alguien perfecto para ti". Precisa, así, que "la aplicación fomenta la ilusión de encontrar a la persona ya indicada, sin faltas. A los menores defectos, se rechaza. Eso afecta a la capacidad de formar relaciones más realistas".
Con Sfeir coincide María Elisa Molina, investigadora del Instituto de Bienestar Socioemocional UDD. A su juicio, las "personas están dejando de recurrir a las App de citas porque no encuentran lo que buscan". "En principio -dice- las aplicaciones y la publicidad o mensaje que traen es 'aquí vas a encontrar eso que buscas, que quieres'. Eso crea expectativas muy altas y luego éstas se frustran".
Claudia Maggi, académica de la Escuela de Psicología Uandes, por su parte, pone el énfasis en la posibilidad de mentir. "Las aplicaciones dan la chance de poder engañar al otro, con filtros y otras herramientas, para poder, en el fondo, mostrar la mejor versión". Añade, en esa línea, que "la gente hoy por hoy valora más la autenticidad, ya que por las redes hay un factor de duda, que puede estar afectando a la utilización de estas aplicaciones".
La situación en Chile
Un estudio de Corpa, especialistas en trabajo de campo e investigación cuantitativa y cualitativa, develó la realidad de este tipo de aplicaciones en la Región Metropolitana. Según el informe, publicado en junio, entre los usuarios de aplicaciones de citas, el 80% utiliza Tinder, el 41% Badoo, el 19% Grindr y el 16% Bumble.
La investigación corroboró que el país sigue la tendencia mundial: "Comparado con la medición anterior realizada en 2021 durante la pandemia, la popularidad de estas aplicaciones ha disminuido en todos los segmentos etarios, especialmente entre las personas mayores de 46 años".
"El uso de la App de citas en la población ha bajado, lo cual se puede relacionar a que la medición anterior fue durante la pandemia y el contacto con personas era menor, entonces había más incentivos a utilizarla para conocer personas durante el encierro", dijo el gerente de Intelligence en Corpa, Pavel Castillo, cuando se publicó la información.
El estudio reveló, asimismo, las principales razones para usar aplicaciones de citas. Un 55% las usa para conocer amigos o personas diferentes, un 42% por diversión, un 21% para encuentros sexuales y un 16% para buscar pareja estable. En detalle, dice el informe, "los hombres tienden a buscar más encuentros sexuales casuales (33%) en comparación con las mujeres (8%). Las mujeres, en mayor medida que los hombres, buscan hacer amigos (65% vs. 46%)".
Samira Sfeir señala que "en Chile pareciera ser que está decreciendo el uso de estas aplicaciones. Hay una decepción más generalizada en la idea de que por tener más opciones disponibles vas a encontrar lo que estás buscando. Ya no es novedoso. El decrecimiento puede tener que ver con que la gente esta buscando otras experiencias, otras maneras de vincularse".