"Hoy la cereza es la embajadora de Chile en Asia". Así se define a la fruta estrella del país que con los años ha ido tomando un protagonismo indiscutible, convirtiéndose -con distancia- en el principal producto de exportación del campo chileno.
La expectativas para la temporada 2024-2025 es alta, realmente alta: se espera que se batan todos los récords, con un impresionante crecimiento de 59% respecto al año anterior, según Frutas de Chile. Lo anterior, se traduce en 131.587.007 de cajas de cerezas frescas de 5 kilos, equivalentes a 657.935 toneladas.
Envíos que dejarían entre
US$.3500 y US$4.000 millones solo en esta temporada, consolidándose como el fruto "maravilla" del país. Chile es hoy el principal exportador de cerezas del mundo. La razón no es para nada un secreto y tiene cinco letras: China.
El "milagro" de la cereza
La historia detrás de la fiebre por producir cerezas se sustenta en una serie de factores fortuitos y avances tecnológicos que han permitido a la industria alcanzar cifras récord en ventas y una expansión veloz en los últimos años.
"Aquí se dio un efecto absolutamente fortuito, milagroso", explica a Emol Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), al recordar que Chile produce cereza justo para el Año Nuevo Chino, un hito de alto simbolismo para los consumidores de ese país, quienes ven en esta fruta roja y dulce una muestra de prosperidad, afecto y confianza.
Su variedades son muchas y se distinguen por sabor y tamaño principalmente. Entre ellas están; Lapins, Santina, Regina, Sweet Heart, Bing, Kordia, Skeena, Royal Dawn, Rainier, y Stella.
China es un país con una población de 1.413 millones de habitantes. Su demografía tiende a concentrarse principalmente en las regiones de la costa este, particularmente en el sur. Según el "Anuario cerezas 2024" de iQonsulting, entre las urbes más destacadas se encuentran Beijing, Shanghái, Shenzhen y Guangzhou, las cuales son consideradas el nivel superior, debido a su influencia económica, infraestructura moderna y alta calidad de vida.
Actualmente, se pueden identificar cuatros zonas o centros de consumo para las cerezas chilenas. La zona uno, que abarca el 26% de la población total de China, destaca por albergar la provincia de Guangdong, la más densamente poblada de China según su censo más reciente, con 127 millones de habitantes.
En esta zona se ubican los puertos de Hong Kong, Nansha, Shekou y Yantai, por donde ingresó la temporada pasada el 66% de la exportación de cerezas de Chile.
Allí se ubican las ciudades top tier de Shenzhen y Guangzhou, además del mercado mayorista de Jiangnan en Guangzhou, el más importante en su categoría por el volumen que se transa de frutas y verduras, pero también por la logística que se ha generado como centro de distribución hacia otras ciudades al interior.
La zona dos, ubicada en la zona centro-este, abarca el 31% de la población china. En este territorio se destacan el puerto de Shanghái y los mercados de Jiangxing y Shanghai, analizados en este anuario.
La zona tres, situada en la parte norte de la costa este, representa el 15% de la población total. Aquí se encuentra el puerto de Dalian y la ciudad de Beijing, capital de China y donde también el nivel de vida es alto y la presencia de extranjeros expatriados de diversas empresas y organizaciones tienen base a Beijing y alrededores, lo convierten en un polo atractivo de desarrollo para las cerezas de Chile.
Finalmente, la zona cuatro, que abarca el 11% de la población, es una zona en desarrollo para el mercado de las cerezas importadas pero que cada día toma más relevancia, el atractivo lo tiene por la provincia de Sichuan, el aeropuerto de Chengdu que recibe envíos directos y por las ciudades de Chengdu y Chongqing.
Esta última con acceso al rio Yangtzé que la conecta con las grandes ciudades de Yichang, Wuhan, Nanjing y Shanghai con un gran turismo fluvial, además se conectan vía terrestre a las zonas uno y dos para abastecerse de cerezas de Chile.
Sin embargo, no todo es el gigante asiático (aunque sí casi todo). El segundo mayor receptor de cerezas chilenas es Estados Unidos , con un 3,38% de participación.
¿Qué tan buen negocio?
Juan Pablo Subercaseaux, ingeniero agrónomo y Máster en Economía Agraria de la Pontificia Universidad Católica (PUC) realizó un análisis sobre la rentabilidad del mercado de la cereza en Chile, y explicó los desafíos económicos que enfrentan los productores al invertir en este fruto, particularmente en términos de costos de producción, variabilidad de ingresos y factores geográficos.
Según el experto, el negocio de la cereza es rentable pero presenta altos costos iniciales y anuales, especialmente en zonas que requieren infraestructura adicional, como techos para proteger las plantaciones de la lluvia y las heladas. Subercaseaux señaló que "tienes zonas que son las más adecuadas para la producción de cereza", entre ellas las regiones O'Higgins y el Maule.
Este factor, sumado al valor de la tierra en áreas sin necesidad de techado como Santiago, eleva los costos de producción, especialmente durante los primeros cuatro a cinco años, periodo en el cual "tú tienes un gasto del orden de un mínimo de US$30.000", sin recibir ingresos, explicó el agrónomo.
Una vez en producción, los huertos enfrentan gastos anuales significativos. Subercaseaux detalló que en una zona sin mayores complicaciones, "tienes un costo anual (…) del orden de US$10.000-US$15.000 al año".
Este monto incluye la cosecha, que representa una de las etapas más costosas del proceso. Los costos de cosecha pueden alcanzar los "US$5.000", afirmó.
La variabilidad en los ingresos es otro aspecto que complica la rentabilidad del cultivo de cerezas. "El ingreso (…) varía mucho, el precio dependiendo la época de cosecha", afirmó Subercaseaux, ya que el mercado paga mejor por las variedades tempranas, aunque estas suelen tener un menor volumen de producción.
"Una Lapins (…) te produce 15 toneladas y una variedad más temprana te produce 10", explicó, por lo que es necesario considerar tanto el precio (P) como la cantidad (Q) para determinar la rentabilidad.
"El precio varía (…) por el concepto de temporalidad", y la misma variedad puede salir al mercado con hasta 20 días de diferencia según la región, lo que genera oscilaciones en los precios de hasta un 50%.
En términos de exportación, Subercaseaux estimó que las variedades más comunes como la Lapins o Santina, podrían alcanzar una producción de "14 toneladas por hectárea".
No obstante, los precios de venta fluctúan considerablemente entre temporadas debido a variaciones en el volumen exportado. "El año pasado en una Lapins podías obtener US$4 (el kilo) y el antepasado más cerca de los US$3", aclaró, indicando que en años de mayor precio, la producción fue más baja, lo cual elevó el valor de mercado.
"Entonces normalmente se puede tener un ingreso del orden de US$30.000 con un costo de US$15.000 de costo directo, y te van a quedar eventualmente unos US$15.000 para el bolsillo, pero ahí tienes que pagar la inversión más la tasa de interés que hiciste al principio", concluyó.
Finalmente, en cuanto a la venta final de las cerezas en China, fuentes del sector apuntan al alto valor que este producto alcanza en el país asiático: entre $10 mil y $15 mil el kilo.
Del huerto al mercado
¿Cómo inicia todo? El ciclo de la cereza comienza con la plantación y maduración de los árboles.
"La época de plantación se divide en dos: invierno, en la cual se planta una planta de un año de crecimiento en el vivero a raíz desnuda y durmiendo (sin maceta) o primavera (octubre-noviembre) en la cual se planta una planta de tres meses de crecimiento que esta con hojas activamente creciendo en una maceta", explica Antonia Sánchez, gerenta Internacional Técnico y R&D.
Luego, agrega que "las plantas de cerezas se plantan y no producen fruta hasta el tercer año de edad (o incluso cuarto). En este periodo se hace crecer la planta y obtener las ramas donde crecerá la fruta. Y en la tercera primavera aparecen las primeras flores que se convertirán en fruta. Y desde ahí cada año el árbol producirá fruta".
"La fruta madura en primavera y las cosechas comienzan a finales de octubre para terminar a inicios de febrero. En ese periodo la fruta se cosecha, se lleva al packing, se embala y se envía a los mercados de destino", concluye.
Más de 400_mil personas se estima que trabajen durante la cosecha
La cosecha de la cereza, que se extiende desde octubre hasta inicios de febrero, requiere una enorme cantidad de mano de obra y recursos. Este año, se estima que trabajarán más de 400.000 personas en el proceso de cosecha y embalaje de las 130 millones de cajas previstas para la temporada, "desde Ovalle hasta Chile Chico, en la Patagonia. El 80% de la producción se concentra en O’Higgins y Maule, las regiones más cereceras de Chile", puntualiza Walker.
En los centros de embalaje, se utiliza tecnología de punta para garantizar la uniformidad en calidad y tamaño, con equipos robotizados y células fotoeléctricas que clasifican la fruta. "Hoy día, una célula fotoeléctrica clasifica la fruta por color, sabor, tamaño. Es todo robotizado el proceso", explica Walker. Este nivel de tecnificación ha sido clave para que la cereza chilena gane reconocimiento en el mercado internacional, especialmente en China.
Expansión de hectáreas
Las hectáreas de plantaciones han crecido exponencialmente en los últimos veinte años. Según la directora ejecutiva del Comité de Cerezas de Frutas de Chile, Claudia Soler, "Chile registraba 16.242 hectáreas plantadas de cerezos en 2013, y en 2023 este número ya había aumentado a 63.494 hectáreas". Una expansión que representa un crecimiento de más del 290%.
Esta expansión, responde a la alta demanda china y se ha apoyado en el desarrollo de una estructura integrada entre productores y exportadores para optimizar la cadena de abastecimiento. "Hoy la industria está mayormente integrada entre productores y exportadores, lo que significa que la mayoría de quienes producen la fruta también la exportan", explica Soler.
Empresas como San Francisco Lo Garcés, Copefrut, Dole Chile, Exp.Rancagua y Frutera San Fernando, son algunas de las principales exportadoras de cerezas chilenas que se envían China, mercado que en la temporada 2023-24 recibió el 91% del total exportado.
¿Barco o Avión?
El principal volumen de cerezas frescas se envía por mar. De hecho, el 93,3% es exportado por buques hacia los diferentes mercados de destino, donde juegan un rol fundamental los buques Cherry Express, que tienen una ruta directa hacia distintos puntos de China como Hong Kong.
De esta manera, logran llegar en 21 días con la fruta, asegurando su calidad y condición. El resto del volumen se envía de forma aérea (5,5%) y terrestre (1,2%). En este último caso, a mercados más cercanos como Brasil.
La temporada de exportación de cerezas chilenas ya comenzó, marcando un periodo crucial para asegurar la entrega de la fruta en óptimas condiciones a Asia y otros destinos. En este contexto, San Antonio Terminal Internacional (STI) y Aerosan, dos actores clave en la logística portuaria y aérea, detallaron este procedimiento.
Casi 300%ha crecido han crecido las hectáreas plantadas de cereza en solo 10 años
Andrés Albertini, gerente general de STI, destacó que en esta época el terminal trabaja a su máxima capacidad. Detalló que el proceso de exportación en STI comienza con la llegada de los camiones al puerto desde los campos, donde los contenedores refrigerados son conectados a torres reefer para mantener la fruta fresca.
"La estadía normal de un contenedor de exportación en el puerto es de cuatro días, pero en el caso de las cerezas este se reduce a dos días promedio", explicó Albertini. Para este periodo, STI incrementó su capacidad de almacenamiento en frío con una inversión de US$13 millones, que habilitó 27 torres reefer adicionales para mantener la temperatura adecuada en los contenedores.
"Se trata de la mayor capacidad en puertos del país para almacenar contenedores refrigerados", afirmó Albertini, proyectando un aumento en las exportaciones.
En paralelo, Aerosan, empresa de logística aeroportuaria con más de 40 años de experiencia, también viven un momento de alta demanda. José Luis Rodríguez, gerente general de Aerosan, destacó la importancia del almacenamiento inicial y la disposición de la carga en aviones para la exportación.
Esta temporada, Aerosan ha ampliado en más de 30% el espacio de almacenamiento en frío en sus instalaciones en el aeropuerto de Santiago, previendo un aumento de la demanda. A nivel de industria, el transporte aéreo de carga perecible ha mostrado un crecimiento constante.
"El último trimestre del año pasado el mercado movilizó 29.000 toneladas y este año se espera un aumento del orden del 15% a 20% en las toneladas de fruta", indicó Rodríguez.
Aerosan estima que podría atender el 50% de este volumen, alcanzando cifras récord en la movilización de cerezas, que el año pasado totalizaron más de 11 mil toneladas.
Innovación en la logística de exportación
El cambio en la logística de transporte fue uno de los puntos cruciales para que la cereza chilena lograra mantenerse fresca tras semanas de viaje a Asia. "En los años 90', la cereza solo podía transportarse en avión", recuerda Walker, debido a su alta perecebilidad.
Sin embargo, una innovación clave permitió que el producto pudiera llegar en barco sin perder su frescura: "Se inventó una bolsa de atmósfera modificada que absorbe oxígeno y libera CO2, lo que permite que la cereza dure entre cuatro y seis semanas".
Con esto, fuentes del sector comentan que en esa época el flete bajó de US$20 por caja en avión a solo US$2 por caja en barco.
El crucial Año Nuevo Chino
El vínculo de la cereza chilena con el Año Nuevo Chino ha sido decisivo en su éxito. Este evento anual marca una temporada de alto consumo en la que los precios de la cereza alcanzan su máximo, dada su simbología y popularidad en los intercambios de regalos en China.
"La demanda por esta fruta es altísima, ya que la calidad de la cereza chilena es muy valorada por los consumidores chinos quienes, además, le otorgan un valor cultural debido a la importancia del color rojo, que simboliza prosperidad y buena fortuna", explica Soler.
Este mercado, epaso, ha impulsado una significativa mejoría económica para las comunidades rurales en Chile. "La cereza ha mejorado la calidad de vida de mucha gente que vive en el mundo rural. La gente espera la cosecha de cereza", subraya Walker.
Desafíos ambientales y el rol de la genética
Chile tiene la ventaja de contar con un clima mediterráneo idóneo para el cultivo de cerezas, con inviernos fríos necesarios para su crecimiento óptimo. "La cereza necesita muchas horas de frío en invierno, y Chile tiene ese clima, por lo que puede producir 15 a 18 toneladas por hectárea", explica Walker.
A diferencia de Perú, que compite en otros frutos como arándanos y uvas, Chile es el único país de la región que puede producir cerezas de alta calidad, gracias a sus condiciones geográficas y climáticas.
Además, la inversión en genética y tecnología es fundamental para afrontar los desafíos de calidad y productividad en el futuro.
"Chile ha hecho una gran inversión en genética y en tecnología de packing", explica Soler. Esta apuesta permite no solo aumentar los rendimientos, sino también adaptarse a las exigencias del mercado global.