El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tiene inquietos a sus vecinos. Y es que si bien se conocían sus posturas proteccionistas, esta semana detalló que impulsará una tarifa adicional del 10% para China, y de 25% para Canadá y México.
La medida contra estos últimos tiene tintes más políticos que económicos. En concreto, el mandatario electo busca limitar la exposición de Estados Unidos al ingreso de inmigrantes y al tráfico de drogas, como el fentanilo, que ha causado estragos en algunas ciudades de ese país.
"Tanto México como Canadá tienen el derecho absoluto y el poder para resolver fácilmente este problema que ha estado latente durante mucho tiempo. Por este medio exigimos que usen este poder (…) y hasta que lo hagan, es hora de que paguen un precio muy alto", dijo Trump a través de un comunicado, dando cuenta de la presión que ejercería si sus vecinos no toman la dirección que espera.
"Como todos saben, miles de personas están atravesando México y Canadá, trayendo crimen y drogas nunca antes visto", aseveró en el mismo anuncio.
La preocupación de ambos países fue tal, que el Primer Ministro Canadiense, Justin Trudeau, llamó a Trump. Tras la comunicación, aseguró que "ambos países puedan seguir trabajando juntos de manera constructiva". Mientras, desde México, la Presidenta Claudia Sheinbaum indicó que "no es con amenazas ni con aranceles como se va a detener el fenómeno migratorio, ni el consumo de drogas en Estados Unidos".
Las advertencias que ha comenzado a lanzar Trump abren una serie de preguntas en todo el mundo. Y es que algunos temen la posibilidad de que el presidente electo comience a amenazar con aranceles para presionar en términos políticos. ¿Y Chile?
Ante esta realidad, hay quienes recordaron las críticas que hace algunas semanas embistieron al embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés. Esto, por haber dado muestras de apoyo a la candidata Kamala Harris y haber asistido a la convención del Partido Demócrata. Esto, además de antiguas publicaciones en X en las que tildaba a Trump de "fascista" y de "aprendiz de Maduro".
Con todo, los conocedores coinciden en que Chile no se vería afectado por las presiones arancelarias que está anunciando Trump, en buena medida por el TDLC que tienen ambos países y porque Chile no sería una prioridad para EE.UU. En relación al episodio de Valdés, en tanto, no creen que pueda influir. Aunque sí coinciden en que es clave evitar desaciertos diplomáticos y mantener "relaciones armónicas".
La posición de Chile
El exdirector general de Pro Chile, Jorge O'Ryan explica a El Mercurio que los riesgos directos para Chile son menores y que las implicancias están más relacionadas con los efectos indirectos de estas medidas sobre la economía mundial.
"Chile no es una prioridad -sostiene-. Siempre hemos sido un país muy cercano a Estados Unidos (...) No lo veo de forma directa, pero el efecto mundial en otras economías, como China o la Unión Europea, sí nos puede impactar, pero también nos abre nuevas oportunidades y deberíamos tener estrategias alternativas".
Para O'Ryan, la administración del Presidente Boric ha tenido "desaciertos" en términos bilaterales.
"Por ejemplo, lo que pasó con el embajador en Estados Unidos en la reciente elección, la posición que ha tenido el Presidente Boric en el tema israelí; hay una serie de desaciertos sin pensar que estas declaraciones pueden tener un efecto respecto de Chile", asegura.
El excanciller Heraldo Muñoz tampoco dice ver un riesgo inmediato para Chile. "Nuestra mejor defensa es el Tratado bilateral de libre comercio que ha sido un éxito, y cuyo balance comercial es favorable a EEUU. Además, buena parte de nuestro comercio bilateral es estacionalmente complementario", explica.
"Sin embargo -agrega- pueden haber efectos negativos para Chile de eventuales retaliaciones comerciales y, en general, si se genera un clima de guerra comercial extendido. En todo caso, la red de acuerdos comerciales que tenemos es otro elemento que nos protege. Mientras más diversifiquemos nuestro comercio, mejor".
En relación a la polémica por la que pasó el el representante de Chile en ese país, es enfático: "La experiencia del embajador Valdés es una garantía para velar por nuestros intereses en EE.UU".
El también excanciller Teodoro Ribera apunta en una línea similar. Explica que "los aranceles en el pasado fueron utilizados como elementos de presión. Y probablemente sigan siéndolo, principalmente respecto de la relación norteamericana con China"
"En lo que se refiere a Chile -sostiene- nosotros no estamos entre las prioridades de la política norteamericana: tenemos buenas relaciones con ellos, tenemos TDLC. No hay que esperar que se tomen medidas especialmente referidas a Chile".
Indica, en todo caso, que "mantener relaciones armónicas, no solamente entre los países, sino que entre sus autoridades, colabora mucho en la consecusión y llegada de acuerdos".
Para Jorge Sanz, analista internacional y ex director del observatorio de conflictos de Ejército, lo de Valdés ciertamente fue un "error". "Sí le genera un problema diplomático a Chile; sí le va a generar un inconveniente que probablemente sea lo mismo que pasó en el gobierno anterior, que EE.UU nos tenga sin embajador".
El también académico de la Facultad de Gobierno UDD recalca que "no pasará más allá de una molestia de ese tipo". Pero recalca: "Los desaciertos sí se pagan en relaciones internacionales. Más aún con un presidente como Donald Trump, que es impredecible en sus reacciones".
Una escalada proteccionista afectaría
Felipe Lopeandía, exdirector general de Asuntos Económicos Bilaterales de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, sostiene que el alza de aranceles anunciado por Trump respecto a productos provenientes de China, Canadá y México podría tener consecuencias por la potencial generación de un conflicto comercial con alzas de aranceles consiguientes por parte de los afectados.
"Esto resultaría -dice- posiblemente, en una escalada proteccionista que impactará al sistema comercial en su conjunto y provocará un daño en el desempeño de la economía mundial. Por lo anterior, para Chile, con un comercio internacional muy activo e integrado al mundo, habrá efectos como consecuencia de la inestabilidad en los intercambios comerciales".
Asimismo, añade que "los tres países que serían afectados con las medidas son socios comerciales importantes para Chile. Particularmente, en el caso de China habrá que estar muy atentos a los efectos que se generen en su economía".