Con un llamado a la flexibilidad y un fuerte cuestionamiento por la dura fiscalización que recaería sobre ellos, los gremios respectivos reaccionaron frente al anuncio que realizó Servicio de Impuestos Internos (SII) sobre una resolución que refuerza las restricciones para la emisión de facturas en supermercados y restaurantes.
El organismo enfatizó que se busca garantizar que estas solo se utilicen para bienes o servicios directamente relacionados con el giro de la empresa compradora. ¿Por qué es relevante? Porque una factura está exenta de IVA, es decir, no paga el tributo que sí es recargado a través de la boleta. Por lo tanto, hay casos de compras para consumo personal que son disfrazadas como si fuesen para empresas, eximiéndolas del gravamen.
Así, el 1 de marzo el SII publicará una resolución para acabar con el uso indebido de factoras por compras personales en supermercados y restaurantes en una primera etapa, para después expandir esto todo el comercio. Y quizás el cambio más perceptible
será que en los supermercados ya no será procedente realizar la recurrente pregunta: "¿Boleta o factura?".
Es que los supermercados deberán destinar una caja específica solo para la emisión de facturas. Además, cuando un local tenga más de diez cajas, solo podrá destinar un 10% de ellas para aquello.
A esta medida, la cual implica mayor control en el comercio, se refirieron José Pakomio, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), y Máximo Picallo, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga).
Primero, Pakomio valoró la intención de la medida, pero llamó a considerar las particularidades de cada rubro.
"Nos parece bien que la autoridad establezca mecanismos que permitan el adecuado cumplimiento de las obligaciones tributarias, evitando que se aprovechen espacios difíciles de fiscalizar para obtener algún tipo de ventaja económica que no corresponda", comenzó diciendo a Emol.
No obstante, el líder gremial consideró que "debe existir también flexibilidad de parte del SII para analizar las particularidades de cada actividad, ya que no todas las actividades, aunque sean del mismo rubro, se desarrollan de una misma manera con miras a lograr sus objetivos y podrían ser, en algunos casos, necesarios para obtener la renta y en otros no".
Por su parte, Picallo expresó dudas sobre la efectividad de la medida en términos de recaudación y su impacto operativo para los restaurantes.
"Primero, no sabemos qué efecto pueda tener esto en la recaudación en una economía como la chilena que está llena de espacios de informalidad por todos lados: el comercio ambulante, los toldos azules. Hay tanta informalidad que poner estas obligaciones a los comercios formales como los restaurantes, los supermercados. No sé qué tan efectivo puede ser el efecto de la recaudación", señaló a Emol.
También cuestionó rol fiscalizador que deberán ejercer los restaurantes. "Nos pone a nosotros como en una función casi fiscalizadora, yo creo que no nos corresponde. Imagínense un garzón, cuando el cliente le pide una factura, va a tener que preguntarle cuál es el motivo por el que le pide la factura. Hay una situación que creo que no nos corresponde a nosotros ser fiscalizadores".
Asimismo, Picallo destacó las complicaciones logísticas que podría generar la resolución. "En el caso de los restaurantes va a pasar que, como ahora vamos a tener que poner una glosa adicional en la factura que sea el motivo de por qué se pide la factura, que además el motivo nos lo va a dar el propio contribuyente. O sea, es bien poco efectivo eso también", acotó.
"Va a significar que, en muchos casos, los restaurantes que tienen sistemas automatizados de punto venta tendrán que hacer un trabajo manual, lo que es ineficiente".
Finalmente, advirtió sobre el impacto para pequeños restaurantes que adquieren sus insumos en supermercados. "Muchos pequeños restaurantes se abastecen de sus materias primas del supermercado, porque los supermercados tienen precios bastante competitivos. Entonces, cuando haya esa única caja en un supermercado para emitir factura, ya sea a fila, eso también va a complicar bastante la logística de aquellos restaurantes que compran en el supermercado sus materias primas", concluyó.
Por su parte, desde el SII, su director Javier Etcheberry, defendió esta mañana la resolución, señalando que busca evitar abusos en el uso de facturas. "Una empresa tiene un giro, entonces, si se compran cosas que están relacionadas con el giro y que son razonablemente del giro, no va a haber problema. Pero, obviamente, si hay un carro de supermercado que tiene quesitos, pisco, un buen vino, una serie de productos que obviamente no son necesarios para producir la renta de una empresa, eso no procede", explicó.
Etcheberry destacó que "siempre ha habido la razonabilidad con el motivo que es necesario para producir la renta" y afirmó que la empresa debe justificar el uso de las facturas. "Es la empresa la que tiene que explicar por qué. Y si es razonable no va a tener problemas con el SII. Ahora va a haber una fiscalización muy estricta", enfatizó.