Una de las figuras que ha cobrado notoriedad en medio de la discusión acerca de la reforma previsional es la de la economista de 42 años de la Universidad de Chile Soledad Hormazábal, quien fue parte de la Comisión Técnica de Pensiones en representación de Evópoli.
La investigadora de Horizontal -centro de estudios ligado a esa tienda- tiene bagaje en el área. Uno de sus primeros desafío profesionales consistió, precisamente, en analizar sistemas de pensiones a nivel global, en BBVA, que por esos años era dueño de AFP Provida.
Cuando las firmas se separaron, Hormazábal continuó en la administradora, estudiando mejoras a los sistemas de pensiones. Y en el segundo gobierno del expresidente Sebastián Piñera fue parte del equipo que trabajó en la propuesta previsional y el diseño de la Pensión Garantizada Universal (PGU).
En los últimos días se ha mostrado especialmente activa en X. Es que Hormazábal cree que el acuerdo al que llegó el Gobierno con Chile Vamos se debe aprobar y que en la red social se han esparcido algunos puntos que "quedan como 'fake news'".
Reconoce, en todo caso, que el Estado tendrá un rol más activo y que la reforma que ella habría diseñado tendría diferencias. Pero dice que "esas políticas pública óptimas difícilmente se materializan".
La investigadora conversó con Emol sobre la reforma, sus motivaciones para debatir en X y su experiencia en la Comisión Técnica. Y fue consultada acerca de si ciertas críticas desde la derecha hacia el proyecto las considera de mala fe.
La Comisión Técnica
La Comisión Técnica de Pensiones estuvo conformada por profesionales fichados por las fuerzas políticas que discutían la reforma previsional. Evacuó dos informes: uno con un diagnóstico y otro con análisis de las propuestas.
Hormazábal llegó porque la contactó el senador Luciano Cruz-Coke, de Evópoli.
¿Cómo sentiste esa responsabilidad?
Fue un gran honor. Siento que es una responsabilidad importante. Fueron varios meses de trabajo para tratar de acercar posiciones.
¿Cuál es tu principal balance sobre el trabajo que hizo la Comisión Técnica?
Fue una instancia importante, que permitió que finalmente se llegara a este acuerdo, en el sentido que en su primer informe definió bastante bien los puntos en los que sería bueno avanzar para la modificación del sistema. En ese sentido, el primer informe dio bastantes bordes.
Permitió que se focalizara dónde estaban realmente los problemas del sistema. Por ejemplo, se identificó que la PGU había sido un cambio sustantivo, y que en ese sentido el pilar solidario del sistema estaba bien y que daba buena respuesta a los primeros quintiles de la población. Pero que ahora se identificaba que en la clase media y media alta habían grupos que se mantenían con tasas de reemplazo relativamente bajas.
¿Cómo fue la relación dentro de la Comisión Técnica?
En términos generales, fue un buen grupo de trabajo. La primera mitad de la Comisión fue más simple, más fluida, la parte que nos llevó a definir un diagnóstivo.
La segunda parte, que se enfocó más que nada en analizar soluciones, ahí se vieron un poco más de diferencias, pero nunca insalvables.
A tu juicio, ¿cuánto de lo que propuso el Comité fue recogido en las indicaciones del Gobierno?
Hay bastante. Para el segundo informe, nosotros teníamos mandatos bien claros. Se nos pidió analizar una serie de medidas de política pública. Y esas son medidas que están contenidas el día de hoy en la reforma, en el acuerdo. El llamado bono tabla, que es compensación a mujeres por mayor expectativa de vida, fue un aspecto que nosotros analizamos y aprobamos como idea.
Después, esta garantía de 0,1UF por año cotizado, también fue algo que analizamos y aprobamos como idea. Allí hubo diferencias por sector; los comisionados que estábamos asesorando a la oposición siempre hemos considerado que esto tiene que ser un premio a un esfuerzo significativo de años cotizados.
Por el lado del oficialismo, se creía que este beneficio tenía que ser un poquito más universal. Si bien hubo diferencias, se analizaron las distintas propuestas, lo que sirvió de insumo para que luego, en la discusión política, se pusieran de acuerdo en una postura, que es la que está reflejada en el acuerdo, que son estos 20 años para hombres y 13 años para mujeres, que es el requisito para acceder al beneficio.
En relación a ese beneficio ha habido críticas. Hay quienes han propuesto bajar el requisito para le beneficio a 8 años cotizados para las mujeres y 15 para los hombres ¿Crees que hay que mantenerse firme con los años que finalmente propusieron?
Es importante, en varios sentidos. ¿Cuál es el objetivo de este nuevo beneficio? Es dar un premio al esfuerzo en cotizaciones que han hecho los trabajadores. El tiempo de vida laboral son cerca de 40 años. Nos parece que 8 años es bastante bajo como requisito para acceder a este premio.
Por otro lado, no conversa bien con el diagnóstico. El diagnóstico que nosotros elaboramos muestra que son grupos de mayor número de años cotizados los que aún persisten con tasas de reemplazo relativamente bajas. Mientras que los grupos que tienen menos años cotizados tienen tasas de reemplazo mayores, producto de la PGU.
Por último, a mí me parece muy importante que si estamos elaborando un beneficio que es propio del sistema contributivo -es decir, está no es la parte más solidaria del sistema, sino que es en la parte contributiva, asociado a años de cotización- se entregue a la gente que efectivamente ha participado relativamente regular en el mercado del trabajo con cotizaciones.
La reforma, sus críticos y las 'fake news'
Uno de los ejes sobre los que se ha concentrado la discusión en la oposición es el de la distribución de la nueva cotización.
Del aporte se destinará un 4,5% directo a las cuentas individuales; un 1,5% como préstamo al Estado para mejorar las pensiones actuales; y un 2,5% para dos mecanismos: el bono tabla, que compensará las pensiones de las mujeres por su mayor expectativa de vida, y el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS).
El alza de lo que contribuirá el empleador será en total de 7%, toda vez que aproximadamente un 1,5% ya se destina al SIS.
Pero las dudas en Republicanos y otros grupos de derecha apuntan al préstamo al Estado. En su opinión, este porcentaje no va a la cuenta individual.
¿Cómo sientes que se está entendiendo la reforma en la discusión pública?
La reforma no es simple. Y los instrumentos que se crean tampoco lo son. Creo que si bien hubo una reacción inicial un poco más temorosa, con una lectura más pausada se ha podido ir entendiendo que esto no constituye el riesgo del que se pudo haber temido inicialmente.
Aquí estamos hablando de que se está reforzando el ahorro individual; eso le da sustentabilidad de largo plazo al sistema de capitalización individual y al sistema de pensiones en su conjunto. Una sostenibilidad no solo financiera, sino también política.
Hubo cierta aprensión de que lo que se ha llamado este préstamos pudiera constituir una cuenta nacional, yo creo que esas dudas se han ido despejando. Estamos hablando de un título de deuda con garantía explícita del Estado, que tiene asociado una tasas de interés de mercado, que además se desopita en el depósito central de valores. En ese sentido, ese resguardo de que esto no es un 'vale por', en ningún caso, porque hay un documento y hay un compromiso del Estado a pagar esta obligación.
Hay ciertos sectores de la derecha que han sido muy críticos con el destino de este 1,5%. ¿Detrás de ello hay desconocimiento o mala fe?
En un principio hubo voces que se levantaron incluso antes de que ingresaran las indicaciones, respecto de que esto podía ser como un 'vale por' o algo así. El día de hoy esas voces ya están más tranquilas, sabiendo las características que tiene este instrumento.
¿Qué te ha llevado a meterte en la discusión en X?
He tratado de evitarlo un poco, pero es inevitable, a veces, revisar. He querido aclarar algunos puntos, que derrepente quedan como 'fake news'. Aclarar ciertos detalles de la reforma que se están malentendiendo. Por ejemplo, se señalaba que la cotización con cargo al empleador iba aumentar 8,5%. Sabemos que eso incluye el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS) que ya se paga, por lo tanto, el aumento es menor.
Aclarar que el aporte de 1,5% es efectivamente heredable. Son cosas que antes de que crezcan como una bola de desinformación, preferí decir algunas precisiones.
¿Qué te parece que sigue siendo problemático dentro de las indicaciones que presentó el Ejecutivo?
Me preocupa mucho que no se haya incluido en este nuevo esquema que se crea a los trabajadores independientes. Creo que ese es un error. Parte del problema de bajas pensiones que tenemos es que los independientes no tenían la obligación de cotizar durante muchos años. Eso llevaba a que la gente tuviera más lagunas previsionales.
Si estamos reconociendo que el ahorro es insuficente, es insuficiente para los trabajadores formales, pero también lo es para los trabajadores informales. Creo que lo razonable es que esto también incluya a los trabajadores independientes.
Además que esto podría significar un fuerte incentivo a -en palabras coloquiales- 'boletear', para evitar parte de esta nueva cotización.
Has señalado, en relación a la licitación de stock, que los afiliados debieran poder elegir no ser licitados ¿En qué se fundamenta eso? ¿Qué beneficios podría conllevar?
Más que una búsqueda de beneficios, es respetar principios. Para mí es fundamental la libertad de elección por parte de los afiliados y de quien administra sus ahorros previsionales. En ese sentido, si bien reconocemos que existe incercia en este mercado y que por eso hay problemas de competencia -es decir, que los precios podrían ser más bajos-, es absolutamente válido que una persona esté en su AFP porque valora el servicio que le presta.
Hay una parte de los empresarios y de la derecha que está preocupada porque el Estado tendría un rol más activo con esta reforma ¿Crees que efectivamente el Estado va a tener un rol más activo?
Creo que en cierta medida sí, porque se crean nuevos beneficios que son de carácter público, que evidentemente los va a gestionar el Estado. Además de que se traspasa la gestión del SIS desde el sector privado al Estado. Creo que sí hay un rol más activo.
Como está el acuerdo, ¿la reforma se debiera aprobar?
Sí. Creo que un acuerdo no es una política pública óptima. Si a mí me sientan en un escritorio a diseñar una reforma quizás no sería completamente como esta. Pero la verdad es que esas políticas pública óptimas, difícilmente se materializan, porque las políticas públicas son frutos de acuerdos, y acuerdo significa transar, ceder. Siempre, en el fondo, manteniéndote firme en tus principios fundamentales, pero llegar a un acuerdo implica ceder para lado y lado.
Me parece natural que haya aprensiones. Me parece natural que los extremos no estén conformes. Pero yo creo que sumando y restando, es un buen acuerdo.