Las bolsas de China continental y Hong Kong registraban pérdidas a su apertura, después de que la Casa Blanca aclarase que el arancel total que soportan las importaciones chinas es del 145 %, ya que había que sumar la tasa del 20 % que previamente había impuesto a China por la crisis del fentanilo.
Los índices de referencia de la Bolsa de Shanghái y Shenzhen anotaban caídas del 0,13 % y del 0,75 %, respectivamente, pocos minutos después de comenzar su actividad este viernes.
Dichos parqués cayeron un 7,34 % y un 9,66 %, respectivamente, este lunes, tras los gravámenes impuestos la semana pasada por Estados Unidos a los productos chinos y las contramedidas anunciadas por China.
En las últimas jornadas, estos selectivos han logrado recuperarse del desplome ante el apoyo a los mercados anunciado por instituciones inversoras estatales chinas y los planes de recompras de acciones puestos en marcha por grandes empresas del gigante asiático.
Por su parte, el principal índice de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, caía alrededor de un 0,6 % a los pocos minutos de la apertura, si bien lograba mantenerse por encima de los 20.500 puntos.
El selectivo hongkonés sufrió este lunes una caída del 13,2 % ante el temor a una recesión global causada por las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo, aunque ha registrado algunas subidas a lo largo de esta semana ante la caza de gangas llevada a cabo por los inversores.
La Casa Blanca aclaró este jueves que el arancel total que soportan las importaciones chinas es del 145 %, ya que había que sumar la tasa del 20 % que previamente había impuesto a China por la crisis del fentanilo, lo que fue mal recibido por los inversores en Estados Unidos, donde los principales mercados cerraron con pérdidas.
Este jueves, el país asiático elevó del 34 % al 84 % los gravámenes a los bienes procedentes de Estados Unidos y anunció que va a reducir el número de películas estadounidenses que se exhiben en su territorio en represalia por las medidas del país norteamericano.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo confiar en que EE.UU. y China acaben negociando "algo muy beneficioso para ambos países", y agregó: "Estamos reestructurando la situación y seguro que nos llevaremos muy bien".
La guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo se ha agravado rápidamente, en un momento de alta volatilidad en los mercados y crecientes peticiones internacionales de contención. China, por su parte, ha insistido en que no desea una guerra comercial, pero que "no teme enfrentarla si es necesario".