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Viuda de Robin Williams revela que el actor sufría demencia

A más de un año de la muerte del ganador del Oscar, Susan Schneider confesó que éste no sólo sufría depresión, sino que también una enfermedad neurodegenerativa que alteraba el estado de ánimo, el movimiento y le provocaba alucinaciones.

03 de Noviembre de 2015 | 16:32 | AFP
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Robin Williams junto a su esposa, Susan Schneider.

AP
LOS ANGELES.- La viuda de Robin Williams, Susan Schneider, aseguró que el fallecido actor sufría demencia con cuerpos de Lewy (DCL), una enfermedad neurodegenerativa que altera el estado de ánimo, el movimiento y provoca alucinaciones.

"La depresión no mató a Robin. La depresión fue uno de los 50 síntomas que padecía", explicó Schneider a la revista People.

Días después de la trágica muerte del intérprete, quien se quitó la vida el 11 de agosto de 2014 a los 63 años, su esposa reveló que luchaba contra el mal de Parkinson, la depresión y la ansiedad. Los primeros trastornos comenzaron a ser visibles en noviembre de 2013.

"Aparecían como una máquina de pinball. No sabías exactamente hacia dónde mirar", explicó su viuda.

Las cosas empeoraron los meses previos a su fallecimiento. Williams sufrió ataques de ansiedad que le provocaban rigidez y también calculaba mal las distancias. Incluso, en una ocasión Schneider lo encontró con los músculos completamente agarrotados y la cabeza ensangrentada porque había chocado contra una puerta.

Los doctores le realizaron cientos de pruebas para determinar su dolencia, pero la respuesta no llegó hasta la autopsia. "Vivíamos una pesadilla", aseguró su viuda en otra entrevista concedida al canal estadounidense ABC.

Schneider también aseguró que Williams sabía perfectamente que "estaba perdiendo la cabeza". Intentaba sobrellevarlo, pero el último mes todo se desmoronó. "Es como si se hubiese roto la represa", describió.

Las autoridades aseguraron que Williams, ganador de un Oscar en 1998 por "Good Will Hunting", falleció por asfixia. Su asistente lo encontró con un cinturón alrededor del cuello y cortes en su muñeca izquierda.

La última noche antes del fatídico desenlace, Schneider lo encontró tranquilo. Entró un par de veces en su dormitorio, una de ellas con un iPad en la mano.

"Pensé que era buena señal", reconoció. Luego se desearon buenas noches. Fue la última vez que lo vio con vida.
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