El nombre de Griselda Blanco vuelve a estar en el centro de atención tras el reciente estreno en Netflix de la serie homónima. Esta muestra una parte de su vida, que está llena de sangre, violencia, drogas y mucho dinero, por lo que se llegó a convertir en una de las figuras más importantes y temidas del narcotráfico en América Latina. Pero también cuenta cómo finalmente fue asesinada.
"La jefa", "La madrina" y "La viuda negra" son algunos de los apodos que se le adjudicaron a Griselda Blanco tras la gran popularidad que comenzó a ganar en 1975, cuando creció su "negocio" de narcotráfico con el que unió Colombia y Estados Unidos a través de una ruta de droga. Por mucho tiempo, logró imponerse entre los delincuentes a base de sus planes estratégicos para trasladar sustancias con innovación, con lo que logró sortear los controles fronterizos más complejos.
Lo cierto es que a los 27 años la mujer se puso al frente de su propia organización, pero fue cuando apenas era una
niña de 11 que comenzó
a incursionar en el mundo de la delincuencia con diversos robos y la
participación en el secuestro de un niño, al que asesinaron con su banda. Desde entonces, la
criminalidad continuó siendo el centro de sus días en Colombia, donde conoció a su primer esposo, Carlos Trujillo. Ambos se instalaron en Nueva York, pero fue tras la muerte de su pareja que conoció a
Antonio Bravo, su segundo marido, quien la ingresó en el mundo del narcotráfico.
Pocos podrían pensar que esa mujer se convertiría en una líder con una recaudación mensual de 80 millones de dólares ($74.518.400.000). Y además, eso llevaría a que las fuerzas policiales colombianas y estadounidenses trabajaran en conjunto para su captura. Se le adjudican al menos 250 muertes, incluida la de sus exs maridos, Alberto Bravo y Darío Sepúlveda.
Cabe mencionar que la "reina de la cocaína" se destacó por las estrategias delictivas a la hora del traslado y circulación de drogas entre Colombia y Estados Unidos. En 1975, fue acusada por estos ilícitos y escapó hacia su tierra natal. Desde allí, continuó con su negocio millonario hasta que una mala decisión le jugó en contra.
Años más tarde, volvió a apostar a que su negocio creciera y se mudó a Miami tras la muerte de su segundo esposo. Al cumplir con su cometido y conformar un gran cuartel, nuevamente acaparó la atención de las autoridades, motivo por el que se trasladó a California, donde fue finalmente capturada.
En 1985, fue
condenada a 20 años de prisión, situación que no le impidió continuar como jefa narco en las calles. En 2004, fue liberada y deportada a Colombia; desde ese momento poco se supo de ella
hasta que en 2012 fue asesinada. Según los documentos oficiales, la mujer de 69 años
recibió dos disparos al momento que salía de un local comercial. Presuntamente,
se trató de un accionar por parte de sicarios. Por el momento, no se conoce quién estuvo detrás del crimen, aunque la lista de enemigos de la mujer era muy larga.
El violento final de tres de sus cuatro hijos
Cabe mencionar que la vida de Griselda Blanco no fue sencilla. A los 11 años se mudó a Medellín con sus padres y vivió en un entorno de pobreza, violencia y delincuencia que la marcó en su futuro venidero. A los 14 años, según el libro de su biografía, "Cocaine Cowgirl", se casó con Carlos Trujillo, falsificador de documentos, con quien tuvo tres hijos: Dixon, Uber y Osvaldo. Con él se instaló en Queens, Nueva York, y en 1964, atravesó su muerte, presuntamente por cirrosis, pero según las investigaciones, ella misma lo habría matado.
Ya con el apodo de "la viuda negra", se puso en pareja con Darío Sepúlveda en Miami, ciudad en la que se instaló para asentar su negocio. Con este, tuvo a su cuarto hijo, Michael Corleone, bautizado así por la película favorita de Griselda, "El Padrino".
Lo cierto es que
sus hijos también participaron del negocio familiar, y al final, nada terminó como se lo esperaron, ya que
tres fueron asesinados en distintos conflictos con otros cárteles de la droga.
Dixon, su primer hijo, fue arrestado al mismo tiempo que su madre, y lo asesinaron poco tiempo después de que obtuvo su libertad en 1992. Si bien, algunos alegan que su deceso fue por razones desconocidas, en la serie de Netflix recrearon una curiosa escena en la que sufre un ataque en la vía pública. A Uber también lo mataron en un presunto ajuste de cuentas, y en la serie se cuenta que Osvaldo Trujillo recibió una violenta agresión en un club de noche a manos de un grupo de sicarios.
Sin embargo, el camino de su cuarto hijo se desvió del recorrido criminal de su madre: su padre decidió llevárselo, ya que suponía que, tarde o temprano, la ley caería con todo su peso sobre ellos. Él fue el único sobreviviente de la familia. Mientras vivió en Colombia, resistió a siete atentados en su contra, según detalló al medio británico MailOnline. Es por ello que se trasladó a Estados Unidos, lugar en donde reside con su esposa y sus hijos.
Michael se reinventó. Tiene un emprendimiento y dirige una marca llamada Pure Blanco, que se dedica a la venta de indumentaria, entre otras cosas.
"Pure Blanco es una marca de estilo de vida creada por Michael Corleone Blanco y su viejo amigo Michael Yuen. Michael Corleone es el orgulloso hijo de Griselda Blanco "La Madrina de la Cocaína". Los dos empresarios están construyendo un imperio que se centra en la moda, el cine, la música, el cannabis y las licencias de la marca Pure Blanco", dice el sitio web del negocio.
Michael Corleone, el hijo de Griselda Blanco que logró reiventarse. Crédito: La Nación/GDA.
