SANTIAGO.- Hace diez años que Ecuador no celebra un segunda vuelta presidencial y este 2 de abril 12,8 millones de electores deberán concurrir a las urnas. A seis días de que el oficialista Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso se enfrenten en las papeletas, la carrera presidencial enfrenta una fase decisiva, donde se espera que los duros enfrentamientos y las encuestas sean protagonistas.
Moreno y Lasso fueron los dos candidatos más votados en las elecciones presidenciales del pasado 19 de febrero, en las que ocho ecuatorianos se disputaron la posibilidad de convertirse en el sucesor de Rafael Correa, quien dejará el poder el próximo 24 de mayo.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), Moreno alcanzó un 39,36%, en tanto que Lasso, consiguió el 28,09%. La normativa establece que un candidato ganará la Presidencia en una sola ronda si obtiene una mayoría absoluta o si alcanza un mínimo del 40% y obtiene una ventaja de 10 puntos sobre el segundo. Así el 22 de febrero, Correa confirmó que el balotaje sería la opción que definiría el liderazgo del país.
Sin debate
La gran rivalidad entre ambos candidatos y las acusaciones de fraude se han vuelto la tónica de una elección que, para muchos, evidencia la polarización de la sociedad ecuatoriana.
La última disputa ocurrió este fin de semana, luego de la suspensión de un esperado debate fechado para este domingo: por primera vez en toda la campaña electoral, ambos candidatos se enfrentarían cara a cara en un diálogo televisado. Sin embargo, un día antes, la Red de Maestros de la Revolución Educativa, organizadora del encuentro, decidió cancelarlo.
Según explicaron, las principales causas tendrían que ver con una negativa de Lasso de cumplir con el requisito que les impuso el organismo, de firmar una declaración legal que estableciera que no han participado en ninguno de los esquemas de corrupción que hoy marcan la escena política ecuatoriana. Además, acusaron que los aliados del candidato de Creando Oportunidades (opositor de centroderecha), habían incurrido en agresiones contra los organizadores.
La situación provocó un duro intercambio entre ambos representantes, quienes se culparon mutuamente de la suspensión del evento. Mientras Moreno reprochó a su contendor el no haber firmado el documento exigido, Lasso sostuvo que sí firmó y acusó al partido oficialista Alianza País (AP) de orquestar una campaña sucia en su contra, por lo cual envió un informe electoral a la OEA advirtiendo sobre "un intento de fraude".
A pesar de la no realización del encuentro de este domingo, se espera que durante la semana se logre concretar alguno de los debates que aún están siendo evaluados.
Sondeos
La tensión electoral también se refleja en los estrechos resultados de los sondeos. Según la última encuesta Cedatos-Gallup Internacional, cuyas proyecciones fueron las que más cerca estuvieron de los resultados finales en la primera vuelta, Moreno obtendría un 52,4% de las preferencias, mientras que Lasso se quedaría con el 47,5%. El tamaño de la muestra fue de 4.476 casos entrevistados, con un margen de error estimado entre 3% y 4%.
Expertos aseguran que además de lo reñido de los resultados de las encuestas, la incertidumbre también está dada por el porcentaje de indecisos.
Datos oficiales establecieron que un total de 32,55% de los electores de la primera vuelta no votó ni por Moreno ni por Lasso, por lo que esta vez deberán volver a escoger una preferencia.
A pesar de haber disminuido desde que se dieron los resultados de los comicios de febrero, según Cedatos-Gallup el porcentaje de indecisos hasta el pasado 21 de marzo era de un 16%. Sumado a ello, se espera que el voto de nulos y blancos, que en la pasada elección alcanzaron un 10%, sea similar o disminuya en los nuevos comicios.
Se espera que ambas cifras sean determinantes a la hora de zanjar los resultados del balotaje, por lo que a una semana de la jornada electoral, se volverán el objetivo principal de los dos candidatos al Palacio de Carondelet.
