SANTIAGO.- Desde que Sérgio Moro aceptó la invitación del presidente electo Jair Bolsonaro (PSL) para ser su ministro de Justicia, se supo que la jueza brasileña Gabriela Hardt lo sustituiría temporalmente en la operación Lava-Jato en Curitiba, en la Corte Federal del Distrito 13 de Paraná.
Como reporta El Mercurio, la magistrada ya fue corregidora en la cárcel federal de Catanduvas, en la que se alojan los principales delincuentes del crimen organizado del país. En ese entonces, tuvo que trasladarse permanentemente por Brasil en un auto blindado, rodeada de escolta policial.
La magistrada es considerada de "línea dura" por sus compañeros en el Poder Judicial, y en redes sociales es fiel defensora del feminismo. De acuerdo fuentes consultadas por UOL, la jueza es "feminista", ya que en entrevista para el programa de Ajufe, cuando fue cuestionada sobre la participación femenina en la Justicia Federal, Hardt calificó como "evidentes" las diferencias entre hombres y mujeres, y mencionó que existen múltiples dificultades en la progresión de la carrera para las magistradas.
"Las discriminaciones (...) no son tan explícitas, pero creo que la sociedad todavía exige que la mujer tenga presencia en las responsabilidades familiares, en la casa, y la carrera de juez federal nos exige movimientos que, para la mujer, a veces son "contrarias a la presencia en la casa. La gente no tiene por qué cuestionarme si finalmente esto lo hago (...) por mi familia", declaró ella, que es madre de dos hijas.
Fuera de tribunales, según reporta Globo, la jueza se desempeña como atleta, afición que viene desde su juventud cuando comenzó a nadar. En la actualidad compite en pruebas de maratones acuáticas, nadando cinco kilómetros en aguas abiertas.
Hardt creció en San Mateo del Sur, a 150 kilómetros de Curitiba. Su padre trabajaba en una unidad de Petrobras que se encuentra en la ciudad. Actualmente de 42 años, estudió dos años de ingeniería química antes de graduarse en derecho en la Universidad Federal de Paraná, donde el juez Sérgio Moro era profesor. En 2007, la magistrada se presentó en un concurso para la Justicia Federal y en 2009 fue nombrada juez para una vacante en Paranaguá.
En 2014 fue designada como jueza sustituta en la 13ª Vara Federal, desde ahí se encargó de asumir las tareas de Moro, cuando este salía de vacaciones. Es por esto que reemplazó al próximo ministro por primera vez en enero de 2015, cuando determinó la quiebra de los secretos bancarios y fiscales del ex jefe de gabinete de Lula, José Dirceu.
En mayo de este año, Hardt determinó la detención de Dirceu, quien poco después obtuvo un hábeas corpus en el Supremo Tribunal Federal. Pero, en otras ocasiones, ha sido favorable hacia miembros del Partido de los Trabajadores, como cuando redujo de un millón de reales (unos US$ 270.000) a 200 mil reales (US$ 54 mil) la fianza del ex tesorero del partido Paulo Ferreira.
Cuando la jueza vuelva de su vacaciones, el próximo lunes 12, será la encomendada para realizar el interrogatorio al ex Presidente Lula da Silva, agendado para el 14 de noviembre. La magistrada, podría ser la encargada entonces de sentenciar al ex Mandatario en un caso de presunta corrupción que incluye la compra de un edificio para el Instituto Lula.
Como no hay plazo definido para que un juez juzgue un proceso, ella podría dejar la tarea en manos del futuro sucesor de Moro. Este deberá ser el mayor juez de la región sur de Brasil que quiera disputar este cupo de trabajo. En total son 223 jueces federales que podrían postular a este cargo.