SANTIAGO.- Con una media de cerca de 9 tuits diarios desde que asumió el poder, el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha elegido las redes sociales como su principal herramienta para comunicarse, con un estilo parecido al de su homólogo estadounidense, Donald Trump.
A través de Twitter, el ultraderechista de 63 años anuncia medidas, refuerza sus posiciones, se comunica con otros líderes, critica a la oposición y desmiente algunas informaciones publicadas en la prensa local. Todo al más puro estilo Trump, con un lenguaje directo y alejado de lo que él califica como "políticamente correcto".
De hecho, ya se valió de las redes para potenciar su campaña y ganar las elecciones, y fue a través de ellas que comunicó la gran mayoría de los 22 ministros que hoy integran su Gobierno. El capitán de la reserva del Ejército acumula cerca de
3 millones de seguidores en Twitter, 10,3 millones en Facebook, 9,3 millones en Instagram y 2,3 millones en YouTube.
Desde que fue investido el pasado 1 de enero hasta ayer día 10, el Mandatario ha publicado 87 tuits, contando con los retuits que con frecuencia hace a dos de sus hijos, un diputado federal y un concejal de Río de Janeiro. Cada uno de sus mensajes es replicado miles de veces por sus seguidores convirtiéndolos así en un potente altavoz sin la intermediación de los medios.
Twitter y su "copia" a Trump
Su primer tuit tras asumir el cargo lo reservó para responder los elogios de Trump - por el que siente una gran admiración - y decirle que "juntos, bajo la protección de Dios, traerán más prosperidad y progreso" para sus pueblos.
Denunciar supuestas "noticias falsas", el tema preferido de Trump, también está en su menú. "No hay ningún límite (por parte) de algunos sectores de la prensa para inventar mentiras 24 horas por día sin la menor preocupación con la información", afirmó Bolsonaro el día 5 de su administración. Reaccionó así a una noticia sobre el supuesto bloqueo en Twitter al ex candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, su rival en la segunda vuelta de las elecciones de octubre.
"Twitter es una cosa sobre la que Bolsonaro tiene el control. Él manda los mensajes, no hay un diálogo con los periodistas. Habla lo que él quiere hablar"
Alberto Almeida, analista político
Para
Elizabeth Saad, profesora de la Universidad de Sao Paulo (USP) y consultora de estrategias digitales, Bolsonaro "no está llevando en consideración" los canales tradicionales y
"está apostando por la comunicación directa". El problema, prosigue Saad, es que "usa un tipo de lenguaje y un modo de hablar" que
"copia" en cierta forma a Trump, y eso acaba provocando una falta de "coordinación entre los diversos sectores" del Gobierno.
"Si uno decide estar en la red, tiene que tener una coherencia en el lenguaje, necesita tener una política de qué hablar, cuándo hablar, y él lo ha usado mucho más en un sentido de acción-reacción", explica a la agencia Efe.
El analista político Alberto Almeida, autor de obras como "La cabeza del brasileño" (Record), coincide en que la estrategia de Bolsonaro en Internet es una "copia" de la de Trump. "Twitter es una cosa sobre la que Bolsonaro tiene el control. Él manda los mensajes, no hay un diálogo con los periodistas. Habla lo que él quiere hablar", expone el analista. En su opinión, queda claro que huye del escrutinio de los medios, incluso más que su par de EE.UU., pues éste "al menos comparece en algunas ruedas de prensa".
Estrategia digital y la relevancia de WhatsApp
El método comunicacional utilizado por Bolsonaro, no obstante, no comienza con su asunción al poder el pasado 1 de enero. Para los principales analistas políticos y centros de investigación de Brasil, el ultraderechista logró ser electo presidente precisamente gracias a su estrategia de posicionamiento en redes sociales, especialmente vía WhatsApp.
81%de los partidarios de Bolsonaro aseguró tener cuentas en redes sociales
Las elecciones brasileñas han dependido históricamente de la televisión como medio de propaganda electoral, pero los comicios de 2018 demostraron que la forma de hacer campaña cambió. Según el cálculo que estipula la ley, en la primera vuelta el candidato
Geraldo Alckmin, ex gobernador de Sao Paulo, tuvo casi seis minutos de tiempo en televisión, mientras que Bolsonaro tuvo solo ocho segundos. En esa misma elección
Alckmin obtuvo un 4,76% y Bolsonaro un 46,6%. Y en segunda vuelta, ganó pese a no participar en debates ni hacer campaña en la calle, debido al ataque armado del que fue víctima.
Un estudio sobre el uso de internet publicado por la agencia We are Social y Hootsuite, reveló que aproximadamente el 66% de la población brasileña -compuesta por 200 millones de habitantes- está "en línea" y el promedio pasa más de 3 horas diarias en redes sociales. Además, alrededor del 90% tiene WhatsApp en su aparato. Todas estas cifras le dan a cualquier campaña una gran audiencia digital.
Durante la investidura del ultraderechista la semana pasada, sus seguidores coreaban la marca "¡WhatsApp!". Según un sondeo de la consultora Datafolha, realizada unos días antes de la primera vuelta, el 81% de los partidarios de Bolsonaro aseguró tener cuentas en redes sociales, mientras que el 61% dijo que se informa a través de WhatsApp. De hecho, el 40% afirmó que usó la plataforma de mensajería directa para compartir información.
Sin embargo, el Presidente también ha sido acusado de incluir noticias falsas en su difusión de contenido en redes sociales. El periódico Folha de Sao Paulo denunció, a mediados de octubre, que algunos empresarios habrían financiado el envío de miles de mensajes en contra de Fernando Haddad a través de redes sociales.
Según una encuesta de BTG Pactual realizada a 2.000 electores poco antes del balotaje (28 de octubre), un 53% dijo haber recibido información política a través de grupos de WhatsApp. De ellos, un 87% aseveró desconfiar de la veracidad de esas noticias, pues las consideró "fake news". Por su parte, la Agencia Lupa analizó el grado de veracidad de 50 imágenes que circularon en WhatsApp entre los días 16 de agosto y 7 de octubre de 2018. De éstas, sólo cuatro eran verdaderas.
El Mandatario y su círculo cercano han negado las acusaciones y aseguran que éstas son las reales "noticias falsas". Pese a todo, y desde el Palacio de Planalto, Bolsonaro pretende continuar con su efectiva estrategia comunicacional que, al igual que a su par estadounidense, logró sentarlo en el sillón presidencial.