La Interpol puso el jueves en su lista roja de fugitivos más buscados del mundo al ex líder de la guerrilla colombiana de las FARC, Jesús Santrich, a quien Estados Unidos intenta extraditar por presunta conspiración para exportar cocaína.
Seuxis Paucias Hernández, el verdadero nombre del legislador y ex negociador del acuerdo de paz por la desmovilizada guerrilla, está prófugo de la justicia colombiana, tras evadirse de sus escoltas en junio una zona de reincorporación para excombatientes en el departamento de Cesar, cerca de la frontera con Venezuela.
El gobierno colombiano consideró la desaparición de Santrich, quien sufre problemas de visión, como una burla al acuerdo de paz.
Pese a que cuando el ex guerrillero desapareció no tenía ninguna orden de captura, el gobierno acusó al ex líder rebelde de evadir su responsabilidad ante la justicia.
La Corte Suprema de Justicia ordenó en julio capturar al ex negociador de las desmovilizadas FARC, tras incumplir una cita en el proceso en el que se le acusa de haber negociado en 2017 un cargamento de 10 toneladas de cocaína, valorado en 320 millones de dólares, que sería enviado a EE.UU. El ex líder rebelde negó los cargos antes de desaparecer.
"Que sea una ocasión para que el mundo entero se una en la captura de estos criminales. No más burlas al pueblo colombiano no más burlas a la justicia", dijo el Presidente de Colombia, Iván Duque, a periodistas.
"Yo lo dije desde hace mucho rato, ese ciudadano
se ha comportado como un mafioso y su actitud de irse a buscar refugio en el país que promueve y que defiende el terrorismo, como es la dictadura de Nicolás Maduro, lo ratifica. Así que
espero que esta circular roja sirva para capturar a ese delincuente", agregó sin aportar ninguna prueba de que Santrich esté en Venezuela.
La notificación roja de la Organización Internacional de Policía Criminales (Interpol) es una solicitud a 194 países para localizar y detener provisionalmente a una persona en espera de su extradición al país solicitante.
Santrich, de 53 años, había asumido como congresista a comienzos de junio, después de que la Corte Suprema ordenara su libertad y de pasar un año en la cárcel por cargos de narcotráfico.
El ex negociador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ocupa uno de los 10 escaños en el Congreso, que el acuerdo de paz firmado en 2016 le otorgó a ese grupo convertido en partido político.
