La vacunación vip, que salió a la luz luego de que el periodista Horacio Verbitsky contara que fue inoculado contra el coronavirus en el Ministerio de Salud de Argentina, ocasionó un torbellino político que terminó con la gestión de Ginés González García frente a dicha cartera.
"Le exigí la renuncia con dolor", aseguró a Página/12 el Presidente Alberto Fernández, a pesar de que destacó parte de la labor del ahora exfuncionario.
"Ginés era un gran ministro. Y además lo quiero. Pero lo que hizo es imperdonable. La política es ética, tenemos que terminar con este tipo de prácticas, con la cultura argentina de la viveza, la picardía, el manejo de las influencias", dijo Fernández. ]
Además, el Presidente indicó que se enteró que funcionaba un vacunatorio exclusivo"por los diarios".
"Yo no tolero cosas así, ni hago cosas así. Manejo mi propio auto. Cuando no era funcionario y me ofrecían pasar al salón vip sin hacer cola, me negaba. Como presidente no puedo consentir que se concedan esos privilegios", expresó Fernández, que delegó en Santiago Cafiero el desplazamiento de González García y que ayer le tomó juramento a la nueva ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien prometió fortalecer "los dispositivos y acciones que garanticen la equidad en el acceso a las vacunas".
En cuanto a la asunción de Vizzotti, que hasta ese momento se desempeñaba como secretaria de Acceso a la Salud y había elevado su perfil en la comunicación de la pandemia, el Presidente indicó: "Siempre pensé que si no estaba Ginés, lo sucedería Carla. Es la continuidad de las muchas buenas políticas de Ginés".
El descontento de Fernández trascendió puertas afuera de la Casa Rosada, donde se reunió de emergencia el viernes para definir los pasos a seguir. Dentro de las decisiones que tomó, excluyó del viaje a México que realizará esta noche al senador nacional Jorge Taiana y al diputado nacional Eduardo Valdés, dos integrantes de la lista de vacunados en el microcentro porteño, por parte de enfermeros del Hospital Posadas.
El Presidente, sin embargo, destacó el accionar del canciller Felipe Solá -cuestionado en otras oportunidades sobre su rol frente al Ministerio de Relaciones Exteriores-: "Consultó a los médicos de Cancillería, quienes le aconsejaron alguna medicación, cuidados y vacunarse. Felipe pidió turno en el Hospital Posadas, le fue concedido, se vacunó allí".
Entre los nombres cercanos a González García que se inocularon sin respetar el esquema determinado figuraba también el del empresario hotelero y dueño del diario La Capital de Mar del Plata, Florencio Aldry Iglesias, junto al de dos miembros de su familia: Dolores Noya Aldrey y Lourdes Noya Aldrey. "Un millonario, dueño de un diario y de hoteles, un poderoso que reparte favores e invitaciones. Le otorgaron un privilegio desmedido, aunque las personas son de riesgo", consideró el Presidente.
Según indicaron en Página/12, Fernández también se comunicó con la vicepresidenta Cristina Kirchner"cuando estaba todo resuelto" ese día -en que ella cumplía años- para saludarla, pero no para pedirle consejos.
En el registro de inoculados fuera de lo estipulado se encontraban también el médico Salomón Schachter, de 84 años; el empresario Seza Manukian, de la misma edad, y el doctor Félix Guille, de 72 años.