La tensión en Argentina sigue creciendo. Los aeropuertos de Buenos Aires vivieron ayer una nueva jornada de caos luego de que la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) convocara a una huelga sorpresa, paralizando decenas de vuelos y dejando a miles de pasajeros varados.
La medida de fuerza, que exigía la reincorporación de un trabajador despedido de Intercargo, fue duramente criticada por el Gobierno argentino de Javier Milei, que desplegó un operativo de seguridad y presentó una denuncia penal contra el sindicato.
En respuesta, la administración de Milei no dudó en acusar a la APA de "privación ilegítima de la libertad, extorsión y entorpecimiento del transporte aéreo", presentando una dura denuncia penal ante la Justicia.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, calificó la medida de fuerza como un ejemplo de "terrorismo sindical", acusando al gremio de "poner en jaque el sistema aerocomercial" del país.
"Hay personas de rehenes, con ataques de pánico", afirmó Adorni durante una rueda de prensa, aludiendo a los 2.100 pasajeros retenidos a bordo de más de una decena de aviones.
Ante la magnitud de la protesta, el Gobierno activó un operativo con fuerzas federales de seguridad para permitir el descenso de los viajeros afectados.
La huelga fue motivada por el despido de un trabajador de Intercargo, empresa que ofrece asistencia en tierra a las aerolíneas y está bajo la órbita de la Secretaría de Transporte.
El sindicato APA denunció lo que consideró un despido "arbitrario", exigiendo la reincorporación inmediata del trabajador. Por su parte, Intercargo defendió su postura, señalando que la decisión de despedir al empleado fue por "abandono de su puesto de trabajo".
La ofensiva del Gobierno de Milei
El conflicto, que involucra principalmente a Aerolíneas Argentinas e Intercargo, ha escalado desde que Milei asumió la presidencia, generando un clima de confrontación creciente con los gremios.
El Gobierno, que ha abogado por una desregulación más profunda del sector aerocomercial, considera que la presencia de "mafias" en estas empresas estatales obstaculiza el avance de sus reformas.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, calificó la situación como "inédita" y afirmó que las consecuencias fueron "muy graves", con pasajeros que experimentaron "temblor, sofocamiento, convulsiones; una persona con hipertensión; una embarazada de 22 semanas con una situación de nervios muy grande; personas con leucemia que entraron en crisis nerviosa".
En respuesta, la ministra destacó la acción de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que ayudó a evacuar a más de 1.500 pasajeros afectados por la paralización de las operaciones de Intercargo en los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque.
"La PSA hizo un trabajo excepcional. Por primera vez nos pusimos enfrente y logramos demostrar que no nos van a pasar por arriba, vamos a liberar a la gente de esta tortura permanente", declaró Bullrich.
Bullrich, que también denunció la existencia de "mafias" dentro de Intercargo, hizo un llamado a "poner orden" en los aeropuertos, reiterando que el Ejecutivo está comprometido a erradicar lo que considera "extorsión" por parte de los gremios.
En ese sentido, endureció el tono: "Vamos a actuar con toda la fuerza de la ley y con la decisión de que defendemos a los 46 millones de argentinos y a sus impuestos, que es con lo que les pagan a estos señores los sueldos, para torturarlos", manifestó.
"Estar cautivo de Intercargo es algo que se está resolviendo en estos días, nadie va a estar cautivo de Intercargo. Si tiene que dejar de existir porque es pura extorsión, lo va a hacer", expresó la ministra, en clara referencia a las acciones de los sindicatos.
Por otro lado, el Ejecutivo de Milei lanzó un ultimátum a los gremios no solo de Intercargo, sino también a los de Aerolíneas Argentinas, como APLA, liderado por Pablo Biró.
Desde la Casa Rosada exigen una propuesta que logre satisfacer las expectativas del Presidente, o de lo contrario, se evaluará un proceso preventivo de crisis en la empresa. Según Bullrich, el Gobierno tiene clara la estrategia y las decisiones importantes se tomarán en los próximos días.
Un conflicto en alta temporada
El paro y las tensiones laborales coinciden con la alta temporada de vacaciones, lo que aumenta la presión sobre el Gobierno, que busca a toda costa evitar nuevas interrupciones en las operaciones de los aeropuertos.
En este contexto, los sindicatos aeronáuticos, que reclaman un ajuste salarial frente a una inflación interanual del 209%, han anunciado que persistirán con sus medidas de fuerza si no se logra una mejora en sus ingresos.
La disputa se inserta en una lucha más amplia por la privatización de Aerolíneas Argentinas e Intercargo, un proyecto que avanza en el Congreso y que encuentra una férrea oposición sindical.
Con todo, el enfrentamiento no parece tener una solución rápida. Mientras el Gobierno busca avanzar con su agenda de desregulación y apertura del sector, los sindicatos defienden un rol estatal más fuerte, y las tensiones continúan creciendo a medida que el conflicto se crece cada vez más.
Las medidas drásticas que promete el Gobierno de Milei podrían ser el preludio de un enfrentamiento aún más intenso. Todo, en medio que se aproxima el inicio de las vacaciones de verano y los sindicatos advierten que las huelgas seguirán.