El alcalde de Estambul y líder opositor Ekrem Imamoglu, detenido desde el miércoles junto con 90 colaboradores suyos, fue trasladado este sábado a declarar ante un tribunal, en medio de masivas protestas callejeras y un gran despliegue de medidas de seguridad y fuerzas del orden.
En el Tribunal de Çaglayan de Estambul, el socialdemócrata Imamoglu -principal rival político del presidente del país, el islamista Recep Tayyip Erdogan- deberá declarar ante un fiscal antes de que los jueces decidan si lo liberan o lo envían a prisión preventiva. La Fiscalía lo acusa de corrupción y vínculos con el terrorismo.
Desde primera hora de este sábado, cientos de policías y vehículos antidisturbios se desplegaron alrededor de la citada corte, cerca de la cual se congregaron en la tarde numerosos ciudadanos que exigen la liberación del alcalde de la ciudad.
Frente a las barricadas policiales se produjeron forcejeos entre agentes y numerosos abogados, parte del equipo de defensa de los detenidos, ya que las autoridades limitaron el número de togados e impidieron la entrada al juzgado a los demás.
La Judicatura asignó a 34 fiscales para tomar declaración a los 90 detenidos, pero aún así, el proceso puede durar numerosas horas.
Muchas decenas de miles de personas se congregaron de nuevo, como todas las noches desde la detención de Imamoglu el miércoles, ante la alcaldía, situada en la plaza de Saraçhane.
Esta vez, las fuerzas policiales intervinieron con gas pimienta de alta potencia para dispersar a un grupo que declaró su intención de marchar hacia la plaza de Taksim, vetada a las protestas desde hace años.
La Gobernación de Estambul extendió la prohibición de reuniones, manifestaciones y protestas en toda la ciudad, inicialmente vigente hasta el domingo, hasta la medianoche del próximo día 26.
Además anunció que se "restringirá" la entrada y salida de vehículos de otras ciudades si se sospecha que sus ocupantes tienen intención de participar en las protestas.
Pese a estas medidas, numerosas personas continuaban hoy saliendo a las plazas y las calles de todo el país para protestar contra la detención de Imamoglu y pedir el fin del gobierno de Erdogan.
Mientras que el Gobierno acusa a la oposición de intentar obstaculizar el trabajo de la Justicia, los partidos opositores argumentan que el poder judicial no es independiente sino que está siendo instrumentalizado por Erdogan para eliminar de la carrera presidencial a su principal rival político.
