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Manuel José Ossandón: "Tomé la decisión de participar en las primarias de Chile Vamos"

"Quiero ganar en la cancha", recalca el parlamentario, y manifiesta su preocupación por la alta abstención registrada en la última elección municipal.

05 de Noviembre de 2016 | 07:31 | Emol
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SANTIAGO.- "Chile necesita aire fresco, y el que no entiende eso vive en otro planeta", afirma de entrada el senador Manuel José Ossandón (ex RN), al explicar que el próximo lunes comenzará la validación ante el Servicio Electoral de las 40 mil firmas que avalan su candidatura presidencial independiente.

De acuerdo a lo informado por El Mercurio, a juicio del parlamentario, su postulación responde a que "Chile hoy necesita conducción y autoridad", y recalca que "mi verdadero currículum es haber tomado sin un peso la comuna más poblada de Chile, transformarla y cambiarle la cara, con conducción, con autoridad, diciendo la verdad, sin corrupción, con transparencia".

Usted ha afirmado que ya juntó las firmas que avalan su candidatura presidencial independiente. ¿Sigue pensando en ir a primera vuelta?
—En dos meses y medio junté 40 mil firmas, el Estadio Nacional lleno. Ese es el pasaporte que me da la tranquilidad de poder ser candidato independiente, o uno que va a primarias. Pero yo quiero demostrar en la cancha, sin condiciones, que la nueva política va a ganar.

¿Entonces va a participar en las primarias de Chile Vamos?
—El país necesita unidad para enfrentar sus desafíos actuales y es por ello que tomé la decisión de participar en las primarias legales, abiertas y vinculantes de Chile Vamos, y ganar en la cancha a todos los candidatos de la coalición y los independientes, de manera de elegir de ese modo al candidato único que nos represente en las próximas elecciones presidenciales.

¿A qué se debe su cambio de postura?
—No he cambiado de postura. Yo me fui de RN porque dije que quería primarias, por eso junté las firmas y ya conversé con Patricio Santamaría —presidente del consejo directivo del Servicio Electoral— para que el lunes iniciemos el proceso de validación. Las voy a tener al lado, validadas, para que sepan que soy competitivo, que hablo en serio y que represento un proyecto distinto.

¿Con quién tomó la decisión?
—En conjunto con los alcaldes de Puente Alto, Germán Codina (RN) y de La Florida, Rodolfo Carter (ex UDI). Nadie de RN me ha llamado. Hace más de un mes conversé esta opción con los diputados (Alejandro) Santana, (Gonzalo) Fuenzalida y (Leopoldo) Pérez. Estoy convencido de que gano en primera vuelta, pero como creo en un proyecto colectivo, logré que en Chile Vamos se abrieran a primarias, y yo no pongo condiciones.

Eso implica apoyar al ganador de la primaria.
—Espero ser en julio de 2017 el representante de una derecha socialcristiana, inclusiva, solidaria, que haga de nuestro proyecto de sociedad una forma distinta de combatir la desigualdad, que aumente las oportunidades y que por fin logre que Chile sea un país más justo donde todos sean tratados con respeto. Tengo la convicción que mi forma de entender la política, como un profundo sentido de servicio público, es la que terminará imponiéndose en las próximas primarias. Si no es así, respetaré los resultados y trabajaré lealmente junto al candidato que resulte vencedor para que nuestro proyecto de país sea el que se imponga en las presidenciales, porque tengo claro que será lo mejor para Chile.

Según la última encuesta Adimark, el 1% de la población cree que usted será el próximo Presidente de Chile, mientras que un 37% cree que será el ex Presidente Sebastián Piñera.
—Hoy la élite y la gente están engañadas por una cantidad semanal de encuestas que nos tienen a todos mareados y que no reflejan la realidad. Son encuestas que no tienen ninguna validez para la presidencial.

Los lineamientos de Ossandón


¿Con qué ideas espera ganar esta elección?
—El modelo de la transición, basado en una coincidencia de intenciones entre la política, el empresariado y otros poderes, se ha agotado, mientras que el proyecto de la retroexcavadora de la Nueva Mayoría ha conducido al país al desorden, la polarización y el estancamiento estéril, amenazando valores que han sido esenciales para el desarrollo de Chile, como la libertad de enseñanza. La gente protestó porque está enojada, y eso ha permitido visibilizar problemas que la antigua política siempre invisibilizó y que para mí son cosas imperdonables.

¿Por ejemplo?
—¿Cuántos años llevamos tratando de resolver el problema de la delincuencia y la puerta giratoria? El Sename, el Transantiago, ¿qué pasa con las pensiones? Alguien dijo: “Si usted quiere que cambien las cosas, no siga haciendo lo mismo”. Hoy la gente quiere cambios. Yo quiero una política que se haga cargo de los verdaderos problemas de la gente. Lo que pasa en Chile es un problema político, no institucional, por eso necesitamos buena política.

¿Usted está trabajando en un programa de gobierno? En la oposición han criticado que su candidatura no ha presentado propuestas concretas.
—No creo en los programas tan estructurados como la Biblia. Miren lo que le está pasando a Chile por cumplir el programa. Yo creo en los lineamientos estratégicos que dan y priorizan las necesidades. De esta forma en Puente Alto y Pirque fui muy exitoso, porque todo depende de los bemoles que tiene la economía y otros factores.

¿Cuáles son esos lineamientos estratégicos?
—El Chile que aspiro ayudar a construir es un país donde impere el respeto y se sancione a los que hacen trampa y cometen abusos en toda clase de ámbitos, desde la política a los negocios o la seguridad pública. Para eso debemos introducir algunas reformas clave que permitan limpiar las malas prácticas. Esto involucra, por ejemplo, separar para siempre la influencia indebida del dinero en la política, estableciendo reglas claras que favorezcan la competencia y castigos duros para quienes las infrinjan, y dotando de autonomía efectiva y capacidad operativa a los servicios involucrados en la fiscalización del cumplimiento de las normas. Debemos estudiar medidas como poner límites a la reelección y ser mucho más estrictos en la asignación de contratos de asesoría en el aparato público y las empresas del Estado. También será necesario robustecer las normas que protegen la libre competencia y castigan las infracciones, fijando multas que, a lo menos, equivalgan al perjuicio causado a los consumidores cuando se acrediten casos de colusión. Tenemos que mejorar en la protección de los derechos del consumidor, sin desalentar a los productores.

¿Lo dice en el contexto del debate que ha habido por el modelo?
—Creo que Chile ha vivido los últimos 50 años en dos vías. Una vía de un sistema de libre mercado a ultranza, y otra que busca la ideología fracasada del socialismo, donde el papá Estado tiene la autoridad de todo. Yo creo en una vía intermedia, creo en el libre mercado, pero con regulaciones, con la participación de todas las personas, que sea y produzca un Chile mucho más humano y solidario, con un Estado que sea capaz de proteger a la gente, pero que le deje la libertad para que surja, porque tengo claro que los empresarios y las pymes son los que mueven este país.

En términos concretos, ¿cuáles son sus prioridades?
—Es urgente abordar cuestiones que ya no pueden seguir esperando, como la pobreza extrema, la infancia vulnerable, la condición en que subsisten los presos en las cárceles, las condiciones de inseguridad derivadas del narcotráfico en nuestras poblaciones, las pésimas condiciones del transporte urbano en muchas ciudades, la postergación en que viven muchos pobladores rurales, el abandono de nuestros adultos mayores y la falta de políticas públicas que los protejan y otros problemas que ponen a prueba nuestra unidad y la paz social de nuestro país.

En Chile Vamos se ha planteado la idea de corregir las malas reformas del Gobierno, ¿lo comparte?
—Es necesario abordar en serio las reformas a la educación escolar y superior, en algunos casos para corregir los desaciertos de la Nueva Mayoría y en otros para abordar cuestiones que hasta ahora se encuentran pendientes y que nadie considera, como la calidad de nuestro sistema educacional y la manera de hacer que nuestros alumnos aprendan más y mejor con el objetivo de ensanchar las posibilidades de movilidad social que abre una adecuada enseñanza, y abordar de manera seria la educación de la primera infancia. Las reformas en este ámbito deben apuntar a robustecer y no a limitar la libertad de enseñanza.

Abstención en municipales


Chile Vamos ha celebrado que los resultados de las pasadas elecciones municipales son mejores a los obtenidos en 2008, y que pavimentaron el triunfo presidencial de Sebastián Piñera.
—Con este nivel de abstención y el desapego que la explica, nadie tiene mucho que celebrar. Todos quienes estamos en política tenemos mucho material para lamentarnos y reflexionar. Nuestro sector consiguió importantes victorias en Maipú, Providencia o Santiago, y extraordinarios triunfos en Puente Alto y La Florida. Esto fue producto del trabajo bien hecho, donde los alcaldes demostraron que se podía hacer bien la pega. La pérdida de votación de la Nueva Mayoría se debe a un castigo por su irresponsabilidad, corrupción e ineficiencia, elementos que la gente no pasa por alto.

A su juicio, ¿este resultado ayuda a proyectar una buena elección presidencial para la centroderecha?
—Si como oposición queremos volver a gobernar, debemos hacerlo por nuestros propios méritos, por la renovación de nuestras ideas; por proponer una visión de sociedad justa y equitativa; por demostrar fehacientemente que los problemas de los más vulnerables, su dignidad y la solución a sus múltiples carencias de oportunidades deben estar siempre antes que cualquier interés particular. Solo una vez que lo demostremos con hechos concretos, estaremos en condiciones de recuperar la confianza de la gente, y en ese momento nuestra victoria será por nuestros propios méritos, sin tener que explicarse en la derrota del proyecto político de la Nueva Mayoría.

¿Usted en qué vereda de la oposición se ubica?
—Yo quiero ser parte de esta nueva ruta y de nuestra victoria y el triunfo de un nuevo Chile, más humano y solidario. En caso contrario, el triunfo no será duradero en el tiempo, y no estará en condiciones de proyectarse más allá de una administración de sólo cuatro años, como ya ocurrió en el pasado. Sinceramente, hubiese preferido estar equivocado antes de tener que lamentar la debacle que significó tener que entregar el Gobierno a la Nueva Mayoría y, lo que es peor, sin contrapesos políticos y de mayorías en el Parlamento, todo lo cual ha contribuido a generar el clima de país en el que actualmente nos encontramos.

¿Cuál es la responsabilidad de la oposición en este escenario político?
—La mayor responsabilidad de la situación actual recae en la administración de la Nueva Mayoría, que ha impulsado grandes reformas, pero con enormes defectos técnicos y de implementación. Esto sumado a su desconexión de la gente, la hizo sufrir el peor de los resultados en las municipales, precipitando una casi segura muerte política del conglomerado que ya era anticipada por sus integrantes.

A su juicio, ¿ese escenario no facilita un triunfo de la centroderecha?
— Hay que ser ilusos para creer que esta elección está ganada. Es un error creer que los traspiés del oficialismo nos aseguran la victoria en las próximas elecciones presidenciales. Invito a un ejercicio de realismo. Bastaría que una porción significativa de los dos tercios del electorado que no fue a votar se sienta atraída por un proyecto distinto, para que cualquiera de las propuestas actuales fracasara.
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