SANTIAGO.- La Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin tiene sus ojos sobre 45 macizos entre las regiones de Arica y Parinacota y la Región de Aysén, pero hay tres que más preocupan a los técnicos del organismo: Nevados de Chillán (Biobío), Copahue (Los Lagos) y el Láscar (Antofagasta).
El primero está con alerta naranja y los dos restantes, con alerta amarilla.
Álvaro Amigo, jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, explicó que el monitoreo se realiza con varias técnicas, pero esencialmente la sismológica "que domina sobre las otras en cantidad de instrumentos y especialistas que analizan la situación".
Pero también existen otras, como la deformación, la geoquímica, la vigilancia visual y térmica, parámetros que se evalúan diariamente y que permiten establece sus niveles de alerta.
"En estos momentos existen dos volcanes en alerta amarilla que son el Láscar y el volcán Copahue, en el sector de Alto Biobío que se comparte con el límite con Argentina. Ambos han mostrado un incremento de su actividad interna en las últimas semanas, y solamente ha tenido una especie de actividad superficial", afirmó a Emol.
"Esta actividad menor está asociada a explosiones con columnas eruptivas con una proporción de cenizas no muy alta, pero con cenizas en su contenido. Son columnas bajas con 1 ó 2 kilómetros de altura", señaló.
Amigo explicó que en el caso del volcán Láscar aún no se ha observado alguna actividad superficial, "pero, de todas maneras, dado las señales que estamos recibiendo del interior del volcán nos hace pensar que explosiones menores pueden ser esperables en los próximos días o semanas".
"Por lo tanto, nuestro mensaje, y actuamos en coordinación con el Sistema de Protección Civil, ya que ellos, de acuerdo a nuestra sugerencia de zona de afectación probable, establecen ciertos criterios de restricciones de acceso. En particular al cráter que es muy visitado por turistas. En esta condición de alerta amarilla es peligroso", indicó.
Nevados de Chillán
El volcán Nevados de Chillán pasó de amarilla a alerta naranja, cambio que se debió a que la presión interna "puede estar aumentando, y como hemos sabido desde diciembre del año pasado se formó un domo de lava en el fondo del cráter activo".
"Ese domo actúa a medida que va creciendo, porque se ha mantenido a una tasa de crecimiento constante desde entonces, actúa como una especie de tapón que hace que sea cada vez más difícil que los gases del interior que tienden a escapar no lo hagan", explicó.
"Por lo tanto, aumentan su presión interna y en algún momento este domo puede ser destruido parcial o totalmente con una explosión mayor. Eso es lo que nos preocupa", completó el experto. "Eso podría generar un elemento eruptivo mayor a lo que hemos observado estos últimos dos años", alertó.
"En algún momento este domo (del Nevados de Chillán) puede ser destruido parcial o totalmente con una explosión mayor. Eso es lo que nos preocupa"
Álvaro Amigo, Sernageomin
"Por otro lado, el domo al ir creciendo y desarrollándose puede llegar a una situación en la que puede comenzar a derramar parte de la lava hacia la naciente del río Ñuble, un sector despoblado en todo caso", expresó el geólogo.
En todo caso, el jefe de la Red de Vigilancia Volcánica manifestó que "aún esa erupción no es inminente. En ese caso nosotros determinaríamos una alerta roja".
Es por esto que el Sernageomin llamó a informarse por sus canales canales oficiales (página web, Twitter) y a estar atentos a lo que pueda decir la autoridad civil, como la Onemi y, en este caso, la Gobernación de Ñuble.
