SANTIAGO.- Luego de que el ministro de Vivienda y Urbanismo,
Cristián Monckeberg, instara a Las Condes y Vitacura a compartir el terreno de 2,8 hectáreas emplazado en la ribera sur del Mapocho al oriente del nudo vial Tabancura, que pertenece a la primera pero está emplazada en la segunda,
el alcalde Joaquín Lavín entregó detalles de cómo serán los departamentos sociales que pretende construir.
"Lo que presentamos originalmente es un proyecto de 562 viviendas distribuidas en nueve edificios con viviendas sociales, pero viviendas sociales 'top', que no se han construido así hasta ahora. Por ejemplo, tienen entre 60 y 70 m2; dos baños; tres dormitorios; y living-comedor, o sea, realmente son de muy buen nivel", indicó el jefe comunal en entrevista con EmolTV.
"Ahora, como hubo este acuerdo de 50 y 50 obviamente esto se divide por dos, entonces estamos hablando algo así como de 280" unidades, explicó, asegurando que las viviendas seguirán con las mismas características con un valor de entre
1.000 y 1.200 UF.
Por otra parte, Lavín dijo que "Las Condes ha construido viviendas sociales en los últimos años", pero que éstas se construirán "con una modalidad distinta porque el terreno es muy caro, entonces el subsidio Serviu como tal, si uno tuviera que comprar el terreno, no alcanzaría. Lo que se usará es que la Municipalidad dona el terreno y el Serviu pone la plata solamente para la edificación". Así, las personas tendrá que entregar un ahorro previo de entre $1 y $1,5 millones.
Pero la iniciativa también incluye la construcción de viviendas para la clase media "porque en general la clase media tampoco tiene oportunidad de vivir en estas comunas", dijo el ex presidenciable. En este caso, las personas que se verán beneficiadas tendrían que endeudarse y pagar dividendo.
Respecto a los dichos que hizo el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, de que era un "depredador inmobiliario", señaló que el tema de fondo "es la política de vivienda en Chile: "Yo no la critico porque son momentos de la vida de los países".
"Chile era un país pobre, había mucha gente sin vivienda, entonces se construyeron viviendas pero cada vez más alejadas porque el valor del suelo era más barato y así se llevó mucha gente a La Pintana, Puente Alto o San Bernardo.
Después cuando empezamos a crecer, a mejorar y a transformarnos más en un país de clase media todos dijimos 'la embarramos' porque resulta que esas personas se demoran una hora y media en llegar a sus trabajos y una hora y media en volver a sus casas, no tienen vida familiar y viven hacinados", argumentó.
"Entonces -continuó- todos empezaron a decir que hay que cambiar la política de vivienda, y en qué sentido, a empezar a construir en lugares mejores, donde hay metro, donde hay mejor acceso a transporte público, donde tienen mejor acceso a servicios y así empezó a pasar en todo el eje central Alameda-Providencia. Todo el mundo está consciente de que hay que hacer un cambio en la política de vivienda y que tenemos que empezar a construir viviendas sociales en mejores lugares. Va a salir más caro, sí, porque el valor del suelo es mayor".
Por último, Lavín enfatizó en que "al momento de hacer realidad esto se genera una polémica porque si bien la gente entiende y dice 'sí, en realidad hay que construir viviendas sociales mejor ubicadas y de mejor nivel', cuando les va a tocar cerca hay una resistencia (...) también hay mucho prejuicio".
Y agregó: "los países exitosos en esto, como Canadá o Australia en general las viviendas sociales están intercaladas con las viviendas de las otras personas y eso genera una mayor situación de igualdad".