SANTIAGO.-
"No se ajusta a derecho". Esta fue una de las conclusiones de la resolución que dio a conocer el 27 de diciembre el contralor general de la República,
Jorge Bermúdez, cuando decidió rechazar el plan de descontaminación para las comunas de Quintero, Puchuncaví y Concón, anunciado en abril de ese mismo año por la entonces Presidenta,
Michelle Bachelet.
La idea era reemplazar la norma vigente desde 1992, y hacer frente a las dificultades que acarrean los habitantes de la zona referentes a la mala calidad del aire y otros problemas ambientales. Complicaciones que se vieron reflejadas la semana pasada, durante dos episodios de contaminación que azotaron a Quintero y Puchuncaví, y que hasta el momento han dejado a más de 300 personas intoxicadas.
El fuerte de las medidas contempladas en el plan de Bachelet era establecer límites a las emisiones de dióxido de azufre, material particulado y óxido de nitrógeno provenientes principalmente de las empresas AES Gener (termoeléctrica Campiche), Codelco Ventanas (fundición y refinería de cobre) y ENAP (refinería de petróleo Aconcagua), las más importantes del total de 16 instalaciones industriales emplazadas en la zona.
Sin embargo, para la Contraloría, "las medidas dispuestas para las aludidas fuentes puntuales, diseñadas sobre la base de esos niveles que son mayores a la real contribución de emisiones por parte de ellas, no se traduce en una efectiva reducción de los contaminantes de que se trata, por lo que el presente instrumento de gestión ambiental no cumple con la finalidad que la normativa le asigna".
Tras ello, Bermúdez devolvió la iniciativa al Ejecutivo para que sea corregida. El 18 de enero de este año, el ex ministro de Medio Ambiente Marcelo Mena aseguró que el plan sería reformado a la brevedad e incluso sostuvo que sería aprobado por la Contraloría antes de que acabara la administración de la ex Mandataria, lo que finalmente no ocurrió.
¿Impacto real?
En palabras simples, según explicaron fuentes del proceso a Emol, el organismo contralor decidió no visar la propuesta ya que consideró que las metas impuestas por la administración anterior para reducir los contaminantes provenientes de dichas firmas, eran insuficientes.
Si bien en el proyecto rechazado sí se establecía una baja considerable en el límite de emisiones en comparación a la norma vigente para la zona, indicaron los entendidos, las emanaciones de dos de las compañías señaladas -Codelco Ventanas y AES Gener- ya se encontraban al nivel de lo que el Gobierno de Bachelet pretendía establecer. A juicio de los conocedores, en la práctica, habría sido permitirles que sigan emitiendo lo que están haciendo actualmente, por lo que no se hubiese generado un impacto real en la descontaminación.
Y es que tanto Codelco Ventanas como AES Gener tuvieron que someterse a las normas de emisión para fundiciones de cobre y centrales termoeléctricas, respectivamente, impuestas por el primer Gobierno de Sebastián Piñera, realizando cada una inversiones en torno a los US$200 millones para disminuir sus índices contaminantes.
En cambio el material tóxico arrojado por Enap a la atmósfera, según afirmaron las mismas fuentes, seguiría siendo alto. Esto, ya que a la fecha no se ha establecido una norma que obligue a las refinerías del país a disminuir su impacto ambiental, por lo que la petrolera continúa rigiéndose por el límite impuesto hace 26 años atrás para el sector.
De hecho, ENAP ha sido sindicada por el Gobierno como la principal responsable de los episodios de contaminación que afectaron a Quintero y Puchuncaví, acusaciones que la estatal desmiente. Los eventos han gatillado protestas y diversas reacciones de la comunidad, desde donde han emplazado al Gobierno a implementar medidas al respecto.
Desde Medio Ambiente, ya anunciaron que presentaran un nuevo plan de descontaminación en diciembre de este año, el cual debiese contemplar límites de emanaciones inferiores a la fallida iniciativa de Bachelet. Incluso el Presidente Piñera arribó este martes en Quintero y Puchuncaví para recorrer en terreno las zonas afectadas por la crisis.
