Manifestaciones del gremio fuera del Ministerio de Justicia.
Tamara Cerna
SANTIAGO.- Luego de casi tres horas de reunión y cuatro meses de negociaciones, los gremios de Gendarmería anunciaron que a partir del lunes comenzará un paro de funciones luego que rechazaran la última propuesta del Ministerio de Justicia.
Así lo comunicaron los funcionarios tras finalizada la cita con el subsecretario de Justicia,
Juan José Ossa, y el director de la institución,
Christian Alvial, en la sede de la Dirección Nacional de Gendarmería.
De acuerdo al vocero del del Frente Nacional de Trabajadores Penitenciarios (FTP), Andrés Segovia, la cartera acogió parcialmente tres de las once peticiones gremiales, las cuales tienen que ver con el incentivo al retiro, mejoramiento del bono por egreso y aumento de sueldos.
Con esto, se dejó de lado otras tres demandas clave para los gendarmes: redistribución de las plantas, incluyendo la de no uniformado, que lleva cinco años en Gendarmería; y la restitución de derechos previsionales.
"Lamentablemente el Gobierno y el Estado chileno invisibilizan la función penitenciaria. Todo este tiempo, los cuatro meses que hemos estado trabajando, fueron mínimamente aceptada tres de nuestras propuestas (...) Estamos desconformes y vamos a llamar a todos los funcionarios a para movilizarnos", señaló Segovia.
Y en esa línea, continuó: "El día 5 de noviembre vamos a citar a todo el personal que esté disponible y trabajando a que se queden en las unidades penales para iniciar las acciones correspondientes".
El 26 de junio, en medio de una inminente paralización de lo funcionarios, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, logró ponerle freno a la situación, pactando un acuerdo con los gremios de Gendarmería.
Se dio inició a una mesa de trabajo entre ellos y la entonces directora nacional de la institución Claudia Bendeck, y en un plazo de 90 días debían entregar las conclusiones del diálogo.
Pasado el plazo, las propuestas de Bendeck no lograron convencer a los trabajadores penitenciarios, por lo que decidieron que la máxima autoridad de Gendarmería ya no era "una interlocutora válida", lo que terminó sellando su salida. Entró en su reemplazo Alveal, pero Ossa fue quien tomó la misión de negociar con los uniformados, sin conseguir aún zanjar el conflicto.