SANTIAGO.- "
No veo esta situación en estos momentos como un problema bilateral. Hay un proceso judicial y un proceso de extradición de parte de las autoridades chilenas, y será la Corte de Apelaciones de París la que va a tener que pronunciarse".
Confiado se mostraba Roland Dubertrand (59), embajador de Francia en Chile, a mediados de julio de este año. En entrevista con El Mercurio, el diplomático aseguraba en ese momento que la relación bilateral entre Francia y Chile no se vería complicada por el caso Palma Salamanca.
"Este es un proceso judicial que tenemos que respetar todos. Sé que el asunto es delicado para los actores chilenos, pero ahora se debe esperar lo que decidirá la Corte", aseguraba Dubertrand.
Más de tres meses después, la Oficina de Protección a los Refugiados y Apátridas (Ofpra) acogió una solicitud de asilo político del ex frentista, condenado por el asesinato de Jaime Guzmán, desatando la molestia del Gobierno chileno.
Este lunes, el embajador francés tendrá una reunión con el Ministerio de Relaciones Exteriores, a la que fue citado por la Cancillería. Esta mañana, el diputado UDI Issa Kort confirmó que el ministerio de Relaciones Exteriores le entregará una nota de protesta. La administración de Sebastián Piñera insistirá en la extradición.
De Omán a Chile
Antes de llegar a Chile como embajador en marzo de este año, Dubertrand había visitado el país una sola vez. En 2006 vino como parte del cuerpo de inspección del Ministerio de Asuntos Exteriores francés. Se quedó por diez días, que le alcanzaron para conocer Santiago y Valparaíso.
"Chile me parece un gran país, con una geografía muy atractiva y con una realidad social interesante de conocer", declaraba entonces. La relación entre ambos países es, para él, "muy antigua y muy profunda", y aseguraba que el sello de su presencia en el cargo sería potenciar el "aspecto humano".
32 Años de trayectoria tiene Dubertrand
Pero previo a ser nombrado como embajador de su país en Chile, Dubertrand ya lo había representado en África del Norte, Medio Oriente y América Latina. Había sido, hasta 2017, embajador en el sultanato de Omán.
Con un máster en Derecho Público, el diplomático comenzó su carrera en 1986, cuando fue nombrado y titularizado secretario de Asuntos Exteriores. Hasta 1991 se desempeñó como consejero técnico del gabinete del ministro de Cultura y Comunicación galo y continuó en cargos de representación en lugares como Santo Domingo, Libia y Teherán.
Con respecto a su país, Dubertrand mira con buenos ojos el desempeño de Emmanuel Macron en la presidencia. Considera que ha traído consigo "energía y optimismo" asociados a su juventud, lo que Francia necesitaría, a su juicio, para entrar "con más fuerza en la globalización".
El embajador es además caballero de la Legión de Honor -la más conocida e importante de las distinciones francesas, concedida por méritos extraordinarios realizados dentro del ámbito civil o militar del país- y de la Orden Nacional del Mérito.
