Cristián Carvallo, El Mercurio
SANTIAGO.- Ana Cáceres (30) llegó en junio a
Isla de Pascua buscando esa tranquilidad que le era esquiva como asistente administrativa en el centro de Santiago. Con su contrato como dependiente de una tienda de alimentos para mascotas en Hanga Roa,
fue a tramitar a la gobernación isleña su permanencia definitiva, conforme la nueva Ley 21.070 de residencia vigente en ese territorio especial desde agosto.
"Estoy esperando respuesta, pero todo es ambiguo", dice inquieta, ya que el 31 de enero vence la marcha blanca y la ley pasa a regir plenamente.
Ella logró de su empleadora un contrato indefinido, que corrija la situación en que la deja el documento a plazo fijo que presentó en la gobernación. Precisamente, los trabajadores a plazo fijo son los que deberán dejar la isla cuando comience la vigencia jurídica del llamado "estado de latencia", una categoría que indica que bajo las actuales condiciones, los 7 mil 750 habitantes de la isla están prontos a copar la capacidad del territorio para sostenerlos. Esto, según un estudio desarrollado por la U. Católica.
Falta un mes y medio para que la ley termine su marcha blanca y se cumpla el plazo del que los 4.232 continentales y extranjeros residentes disponen para presentar los antecedentes que acrediten si cumplen las condiciones para seguir residiendo en la isla y no estar constreñidos a los 30 días como máximo que para los no rapanuís contempla la ley.
Antecedentes entregados por la Gobernación indican que 3.300 de ellos se han acercado a cumplir el trámite y que de ellos, 2.000 ya cuentan con la resolución que les habilita a seguir viviendo en el territorio especial. El resto sigue en análisis, en especial unos 200 que, se estima, cuentan con antecedentes insuficientes para ser ratificados como residentes. De los inscritos, 300 tienen como único vínculo con la isla un contrato laboral.
