SANTIAGO.- A comienzos de enero de este año una acusación presentada ante la comisión de escucha encargada por el arzobispo de Malta y enviado especial del Papa Francisco en Chile,
Charles Scicluna, golpeó a los miembros de la Compañía de Jesús en el país.
Según informó hace algunos días la congregación por medio de un comunicado, una de sus figuras más icónicas, el sacerdote Renato Poblete, fallecido el 2010, es apuntado como responsable "de delitos y situaciones abusivas de carácter grave en el ámbito sexual, de poder y de conciencia".
El primer testimonio en contra de Poblete, y por el cual se decidió abrir una investigación canónica previa en su contra, dirigida por el abogado laico Waldo Bown, fue el de Marcela Aranda Escobar, quien calificó en entrevista con El Mercurio los presuntos vejámenes del presbítero como "abusos horrorosos". Luego de que su caso saliera a la luz, desde la Compañía de Jesús informaron que "hemos recibido nuevas denuncias" que señalan al religioso.
"Aunque el sacerdote acusado falleció, esta investigación buscará esclarecer los hechos denunciados y eventuales responsabilidades", señaló el documento de los jesuitas. Y es que, según explicaron canonistas vinculados al Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Santiago la muerte de Poblete impide, en caso de que se compruebe su culpabilidad, que pueda recibir sanciones como, por ejemplo, ser despojado de su estado clerical. De lo contrario, precisaron, se estaría transgrediendo el derecho de defensa.
Reparar daños y eventuales responsabilidades
El abogado externo del tribunal mencionado, el sacerdote Marcelo Gidi, comentó que "lo único que puede hacer la justicia eclesiástica en estos casos es investigar" para "reparar el daño que se pueda comprobar ocasionado por los hechos determinados como verídicos, sabiendo que la mitad de la historia no se puede contar porque está fallecido".
"Si hay elementos o informaciones que la misma denunciante pueda hacer llegar, y se comprueba que efectivamente ocurrió eso, lo único que puede hacer la Iglesia, en este caso la Compañía de Jesús, es reparar lo que más pueda el dolor y el daño experimentado por la denunciante. Pero al padre Renato Poblete no se le puede aplicar ninguna pena. Se podría determinar que no puede ser sujeto de ninguna sanción eclesiástica", añadió.
"Cualquier declaración de culpabilidad o cualquier sanción canónica será nula porque en el proceso, cualquiera que sea la forma que adopte, el acusado no pudo ejercer el derecho de defensa"
Camilo Cortés
Mientras que el canonista Camilo Cortés si bien destacó el hecho de que la Compañía de Jesús "ha primado el derecho de la víctima a ser escuchada y acogida", indicó que "la investigación está destinada a terminar -salvo que aparezcan otros involucrados que estén actualmente vivos- con el informe que entregue el instructor designado".
"Esto porque no es posible continuar en contra del padre Renato Poblete ni un proceso administrativo y menos un juicio penal ya que se vería conculcado el derecho de defensa. Así, cualquier declaración de culpabilidad o cualquier sanción canónica será nula porque en el proceso, cualquiera que sea la forma que adopte, el acusado no pudo ejercer el derecho de defensa", enfatizó.
En tanto, otro de los juristas del Tribunal Eclesiástico, quien prefirió mantener su nombre bajo reserva, sostuvo, pese a la imposibilidad de imponer un castigo, que "la investigación se hace igual a efectos de llegar a una certeza jurídica y eventual reparación de daños", junto con aclarar si es que existen "más casos o responsabilidades", dijo.
De hecho, según consignó El Mercurio, habrían dos sacerdotes a los que Aranda se habría acercado en los años en que supuestamente sucedieron los hechos. Uno de ellos ya se encuentra fallecido, mientras que el segundo sería el sacerdote Juan Ochagavía (90), quien habría reconocido que la teóloga habló con él en esa época sobre Poblete.
Ochagavía, quien fue provincial de la Compañía de Jesús entre 1972 y 1978, ya les habría entregado a personeros de la congregación su versión de dicho diálogo, aunque aún no habría declarado ante Bown, lo que se realizaría próximamente.
Sanción social
Por su parte, el historiados y experto en Iglesia Católica, Marcial Sánchez, apuntó que "en el código de derecho canónico al morir la persona, obviamente no puede ser objeto de sanción, porque la persona está muerte", pero eso, aseguró, "es de carácter 'normalmente'", ya que si pueden existir castigos sociales y morales.
"Supongamos que afectivamente todos los antecedentes digan que esta persona cometió abuso, es bien simple, se toma y queda en la hoja de vida de la persona. Todo ser católico busca y tiende a la santidad, y con esto, obviamente, el camino de Poblete hacia la santidad se trunca. Hay ahí una sanción", afirmó Sánchez.
Seguido de ello, no se cerró a la opción de que Poblete sea expulsado del sacerdocio pese a estar fallecido. "Nunca se ha visto, pero podría ser", a la vez que recalcó la importancia de que esta situación se haya destapado gracias al "grupo de escucha de Scicluna (...). Ese equipo, a la luz de los antecedentes, puede dar alguna recomendación".
"Si todos los antecedentes apuntan a que la persona es culpable, podría darse alguna recomendación a la congregación jesuita", donde, por ejemplo, "se diga que (Poblete) no sea recordado en vida, o sea, que los lugares que llevan su nombre, sean sacados", concluyó.