SANTIAGO.- A eso de las 9.30 horas, el sacerdote
Tito Rivera llegó hasta el Centro de Justicia de Santiago para su audiencia de formalización. El Ministerio Público le imputará cargos por abuso sexual a un hombre adulto, hecho que habría ocurrido en 2015 en la Catedral de Santiago.
La supuesta víctima, identificado como Daniel Rojas Álvarez (43), asegura que en marzo de dicho años concurrió hasta el templo religioso con el fin de pedir ayuda a Rivera porque su hija se encontraba enferma.
Ese día lo habría recibido el presbítero, quien, según el denunciante, lo condujo a su habitación, le dio agua presuntamente con un sedante, y habría procedido a abusar sexualmente de él.
El acusador, además, ha insistido en que el ahora arzobispo emérito de Santiago, Ricardo Ezzati, no habría hecho las gestiones cuando acudió a él para denunciar el caso, acusaciones que el cardenal ha negado.
Rivera -cuya renuncia del sacerdocio se encuentra siendo tramitada en el Vaticano- se ha defendido de las acusaciones en su contra. Si bien ha reconocido haber tenido conductas homosexuales, la semana pasada afirmó que la denuncia de Rojas "me parece un montaje con fines de lucro. Él parece goza con las fantasías sexuales que relata".
"Nunca imagine que ayudarlo con la mejor de mis intenciones iba a servir para crear esta tremenda maquinación", agregó.