SANTIAGO.- Revuelo mundial ha causado la gran cantidad de incendios forestales que se mantienen en la Amazonía hace más de dos semanas, lo que incluso ha significado el apoyo del Gobierno chileno a Brasil ante la emergencia. A esto se suma el impacto que generaron siniestros similares en Bolivia e Islas Canarias.
En Chile, mientras tanto, se encuentra activo un incendio forestal en la Región de Valparaíso, el cual está con alerta roja por parte de la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) y con alerta preventiva a la Región Metropolitana.
Pero lo que más preocupa a las autoridades, además de que la mayor causa de origen de estos siniestros es responsabilidad del ser humano, es que estos incendios son la causa que más destruye vegetación en el mundo, especialmente cuando su propagación se ve facilitada por altas temperaturas, vientos fuertes y sequedad tanto de la vegetación como del ambiente.
"La megasequía que experimenta el país ha provocado una condición de emergencia agrícola, generando escenarios propicios para la ocurrencia y propagación de incendios forestales, debido a variables como el aumento de disponibilidad de combustible fino muerto, estrés hídrico que resulta en vegetación de poco vigor y poca capacidad de respuesta fisiológica ante condiciones extremas", aseguró el ministro de Agricultura, Antonio Walker, a Emol.
Y es que la gran sequía que azota nuestro país hace más de una década, mantiene a las regiones de Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins y a 17 comunas de la RM con emergencia agrícola por escasez hídrica, lo que también ha provocado "la necesidad de traslado y/o acopio de agua disponible para la respuesta ante la emergencia", explicó el ministro.
"La megasequía que experimenta el país ha provocado una condición de emergencia agrícola, generando escenarios propicios para la ocurrencia y propagación de incendios forestales, debido a variables como el aumento de disponibilidad de combustible fino muerto, estrés hídrico que resulta en vegetación de poco vigor y poca capacidad de respuesta fisiológica ante condiciones extremas"
Antonio Walker, ministro de Agricultura
Lo anterior, ha obligado a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) a aumentar su gestión tanto en prevención de incendios forestales como en respuesta ante estas emergencias. Por esto, ha implementado protocolos de mutua cooperación con Carabineros, PDI, ONEMI, Bomberos, Municipios y, además, algunas empresas forestales que tienen sistemas de protección ante estos siniestros.
Desde CONAF, explicaron que las temporadas se contemplan desde el 1 de julio hasta el 30 de junio del año siguiente, aunque los incendios "gruesos" suceden desde octubre a abril. El resto del año, el organismo se encarga de la prevención y mitigación de los siniestros y de elaborar las proyecciones para la temporada alta de emergencias que se avecina, la respuesta frente a ocurrencias y su posterior desarrollo.
Sin embargo, Walker señaló que el hecho de que haya menos "precipitaciones que lo normal y temperaturas con registros históricos por sobre lo normal, han provocado una modificación en el período histórico de mayor ocurrencia de incendios forestales que comprendía entre los meses de octubre y abril. Desde 2002, los registros de ocurrencia presentan un incremento constante para los meses que históricamente se conocían como de baja ocurrencia (mayo-septiembre)", añadió el ministro.
Acciones preventivas
Ante el aumento de incendios en temporadas fuera de lo habitual y con las condiciones climáticas actuales, el director ejecutivo de CONAF, José Manuel Rebolledo, explicó que una de las principales formas que incentiva la institución es preparar a las comunidades ante estos siniestros.
Según Rebolledo, uno de los trabajos fundamentales es la "prevención punitiva", con lo cual se logran determinar los orígenes y causas de los incendios forestales, con lo cual se pueden modificar gestiones preventivas en los territorios y entregar antecedentes penales y civiles cuando hay responsabilidad de terceros.
101áreas silvestres son protegidas por el Estado y administradas por CONAF.
Otras medidas preventivas tienen que ver con la construcción de cortafuegos, cortacombustibles y fajas de terreno que estén libres de vegetación. Esto, sumado a la "gestión del paisaje a través de la silvicultura preventiva en sectores de vegetación forestal y obras de eliminación de combustible vegetal", indicó Rebolledo, además de regular el uso de fuego para eliminar desechos agrícolas y forestales.
Otro punto clave que realiza el organismo, es la educación ambiental. El fuego es una de las principales amenazas para las 101 áreas silvestres que se encuentran protegidas por el Estado, y que son administradas por CONAF (equivalentes a 14,5 millones de hectáreas). Un ejemplo es la educación a los visitantes señalando las zonas donde se permite o prohíbe encender fuego.
*Quema agrícola controlada / CONAF
Destinación de recursos
Cuando las Centrales de Coordinación Regional de CONAF reciben aviso de una emergencia, la institución evalúa la situación para despachar los recursos tanto terrestres como aéreos disponibles, basándose en "las prioridades de protección de CONAF: personas, zonas urbanas, áreas silvestres protegidas públicas y privadas", explicó el director.
130es el número de teléfono de emergencias por incendios forestales
Según detalló Rebolledo, "los recursos pueden ser destinados de manera escalonada o aplicando la estrategia de 'golpe único', que corresponde a la asignación de todos los recursos de control disponibles y luego se desmovilizan a medida que la emergencia disminuye".
Si bien CONAF cuenta con elementos para detectar incendios de manera programada -como torres de detección, recursos terrestres y aéreos y teledetección remota-, el director explica que también se reciben llamadas telefónicas al número de emergencia por incendios forestales, 130, y que también se puede dar aviso de situaciones a través de redes sociales o la prensa.