SANTIAGO.- Aunque todavía falta conocer los detalles, los resultados preliminares muestran una preferencia clara: cerca del
80% de las personas que participaron en la consulta ciudadana efectuada la semana pasada
se inclina por una nueva Constitución, y lo hace, en su mayoría, prefiriendo para su redacción una
convención constituyente elegida exclusivamente con ese objetivo.
Según los primeros datos, en la instancia participaron 2.114.075 personas a lo largo del país, en sus modalidades online y presencial. Así lo informó el presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), Germán Codina. "Es un tremendo respaldo a una vía democrática para que las autoridades asuman, de una vez por todas, cuáles son las grandes demandas que tiene nuestro país", aseguró el alcalde de Puente Alto.
En conversación con Emol, tres expertos analizan las claves del proceso que culminó este domingo.
Alta participación
Una de las características que mostró la consulta que tuvo lugar la semana pasada fue una participación significativa, que habría superado el 30% del padrón. "Es una muy buena noticia para el proceso democrático en general en Chile que, tras meses de fuertes movilizaciones sociales, se pueda canalizar a través de las urnas", asegura a Emol María Cristina Escudero, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
"En una democracia, uno puede esperar que la ciudadanía, cuando ve temas de su interés, vuelque sus energías hacia los mecanismos propios de la democracia para marcar con fuerza una tendencia", agrega. "Es una excelente noticia y una muy buena señal para un futuro proceso constituyente".
Por otra parte, el doctor en Ciencia Política, Kenneth Bunker, prefiere ser más cauto hasta que se conozcan los resultados finales. Lo que muestran hasta ahora es una participación que se mueve entre el 30 y el 35%. "Parece ser bastante bueno para un evento como este, que fue organizado solamente con un mes de preparación", comenta.
Bunker compara los números con los obtenidos en las municipales de 2016, donde la participación efectivamente llegó a un 35%. "Sigue siendo bajo si se compara con eso, porque ninguna comuna llegó ahora al promedio de las municipales anteriores, pero hay una gran diferencia: las municipales las sabemos con años de anticipación, participa el Servel, hay mucha más movilización", menciona.
Las cifras, a su juicio, sirven para "legitimar el proceso" y "empezar a construir a partir de ahí".
El rol de los alcaldes
Fue el 7 de noviembre, a casi tres semanas de que se desatara la crisis social chilena, cuando la AChM anunció que realizaría una consulta ciudadana para recoger "las demandas de la ciudadanía", una semana antes de que el Congreso llegara a acuerdo para una nueva Constitución.
"Ellos fueron los primeros que extendieron la mano a la gente cuando el Gobierno estaba perdido. Los alcaldes fueron los primeros que pavimentaron una salida a esta crisis social", dice Bunker, quien considera que este proceso "los fortifica".
"Dentro de una institucionalidad política con problemas de legitimidad importantes, parecen ser los más legitimados"
María Cristina Escudero
"Creo que sin ellos no estaríamos donde estamos hoy, en una cierta paz, cierta normalidad. Esto los ayuda y creo que muchos de ellos, los que son alcaldes en las principales comunas, van a lograr niveles mucho mayores de legitimidad", añade.
Para Escudero, en tanto, es "muy interesante" el rol de los jefes comunales, y considera que "ha evolucionado durante el segundo semestre". "Han estado presentes en el acontecer y han tratado de guiar el debate público, adquiriendo una relevancia importante", señala.
"Dentro de una institucionalidad política con problemas de legitimidad importantes, parecen ser los más legitimados", agrega. "Hay que observar bien, porque podrían jugar un rol importante en la vinculación".
Voto electrónico
Otra particularidad del proceso fue que se efectuó en casi 30 comunas de manera online, un mecanismo que había presentado importantes fallas en instancias anteriores, como las elecciones internas de los partidos. En esta oportunidad, salvo algunas excepciones como la comuna de Maipú, la votación electrónica no registró grandes inconvenientes.
Para analizar la influencia del mecanismo, Bunker señala que es importante manejar las cifras finales para comparar los números de participación presencial y online. "Me imagino que acerca la urna mucha gente que por el contrario no iría, pero también debe haber mucha gente que fue a las urnas sin saber que hubo voto online", señala.
"De cualquier forma, creo que no es la mejor forma de conducir elecciones: hay muchos problemas y muchas críticas que se lo podrían hacer a este proceso y que podrían deslegitimar, aunque las cosas positivas son mucho más que las negativas. Lo mejor sería usar este proceso como un aprendizaje para incluir a los municipios y alcaldes en los procesos políticos hacia adelante, y ojalá puedan ser respaldados por el Servel".
Para Escudero, se trata también de "una herramienta que requiere perfeccionarse más". "En un evento electoral de este tipo, que es municipal y no es vinculante, se pueden probar este tipo de fórmulas para involucrar a la ciudadanía en participación política más directa, pero en instancias donde no puede haber faltas, es preferible el voto presencial", asegura.
En tanto, desde Derechos Digitales, el director de Políticas Públicas Juan Carlos Lara advierte que es "muy difícil calificar el proceso de consulta municipal como un triunfo o como un fracaso, porque no hay suficientes herramientas de juicio en ningún sentido". "Una de las cosas poco claras fue si se trataba de una consulta o una votación. Estamos en evaluación de un proceso que fue un punto intermedio entre ambas cosas, y que no se ha hecho de manera exitosa", dice.
En ese sentido, señala que existieron riesgos como la baja probabilidad de que el voto fuera efectivamente secreto, la posible suplantación de identidad y otros problemas de seguridad. "Fue una especie muy extraña de encuesta, que nos puede dar quizás alguna idea de qué es lo que quieren ciertas personas que buscan participar de los procesos de deliberación, pero en ningún caso nos sirve para tomar a partir de eso decisiones que tengan algún grado de consecuencia, salvo quizás la decisión de no optar por sistemas de votación electrónica en el futuro", afirma.
Un resultado que "no es sorprendente"
Aunque los resultados se podrán analizar de forma más precisa cuando se publique el detalle de la consulta, Bunker destaca algunos aspectos. Lo primero es el claro triunfo de la opción por una nueva Constitución, algo que, asegura, "ya sabíamos". "No es muy sorprendente, porque además la gente que decidió participar de este proceso probablemente fueron en su mayoría personas que quieren una nueva Constitución", dice.
"No es muy sorprendente, porque además la gente que decidió participar de este proceso probablemente fueron en su mayoría personas que quieren una nueva Constitución"
Kenneth Bunker
Al respecto, Escudero también considera que el resultado "no es extraño". "Es algo que ha venido apareciendo desde 2006 en movilizaciones y elecciones, y las encuestas muestran esta preferencia cada vez con más claridad. No es sorprendente, pero la validación de lo que es la opinión pública en las urnas legitima aún más que la ciudadanía en realidad quiere el proceso constituyente como parte de las fórmulas para salir del momento en que nos encontramos", comenta.
La académica también destaca la inclinación por una convención constituyente como algo predecible. "La gente ha dicho 'asamblea constituyente' desde hace muchos años, ha salido en encuestas y en los movimientos sociales, y ante la debilidad de nuestras instituciones, la convención constituyente aparece como algo mucho más cercano, devolviéndole el poder de toma de decisiones a la gente", asegura.
Por último, Bunker señala que el resultado indica que, fuera de una nueva Carta Magna, las dos principales prioridades de la ciudadanía son la salud y las pensiones. "Eso es un punto que podría ser utilizado por el Gobierno y el oficialismo, en el sentido de decir que la nueva Constitución no sería importante y que las cosas prioritarias son salud y pensiones. Creo que podría fortalecer el discurso de que una nueva Constitución no es necesaria y que es más urgente hacer otras cosas", dice.