Este lunes, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, convocó a una serie de reuniones a los líderes de Chile Vamos y la oposición, con el objetivo de conversar sobre la posibilidad de crear un nuevo plan de medidas para enfrentar los efectos económicos y sociales que está provocando el coronavirus en el país.
De esa forma, el secretario de Estado sostuvo durante esa jornada citas virtuales con los presidentes de los partidos de Convergencia Progresista (PS, PPD, PR) y el comité de senadores del PS, y al día siguiente continuó las conversaciones con la DC, en las cuales escuchó las propuestas que tenía la centroizquierda sobre la materia.
La decisión del jefe de las finanzas públicas de sostener estos encuentros llegó dos días después de que el bloque socialdemócrata diera a conocer un documento en el que expresaron la necesidad de implementar un plan que ocupara de forma
"enérgica e incluso agresiva" los recursos fiscales para abordar las consecuencias del covid-19.
A ello se sumó la difusión el mismo lunes de una nueva declaración en los mismos términos, pero que esta vez fue firmada por toda la oposición desde la DC al Frente Amplio y el PC. En ese texto, los once partidos firmantes declaraban su disposición para entablar un "diálogo franco" con el Ejecutivo para buscar soluciones.
De acuerdo a fuentes del sector, el titular de Hacienda se interesó en algunas de las medidas expuestas en esos documentos, las cuales serían incluidas definitivamente en el plan que el Presidente Sebastián Piñera anunció el miércoles. Entre ellas, estaba la creación de un paquete de 2 mil millones y el fondo para los trabajadores informales.
Este hecho ratificó el cambio de clima que se ha observado entre ambas partes. Hace tres semanas, antes de que se iniciara la emergencia sanitaria, las disputas entre el oficialismo y oposición seguían marcadas por las consecuencias de la crisis social e incluso se hablaba de la posibilidad de instaurar un "parlamentarismo" de facto.
Sin embargo, el coronavirus
provocó un giro que terminó dando vuelta el tablero. El Gobierno, que hasta la primera semana de marzo aparecía en una débil posición ante la opinión pública por el control del orden público, retomó la agenda al liderar la respuesta ante la pandemia y ello presionó a su vez a la oposición a cambiar el tono.
De hecho, el ministro Secretario General de la Presidencia, Felipe Ward, dijo a EmolTV que "ha existido buen ánimo de parte de la oposición, desde que llegamos el 28 de octubre hicimos un esfuerzo inicial para coordinar buenas relaciones en el plano legislativo y ha funcionado, ha habido buena disposición".
"Antes de octubre y de la situación social y sanitaria que estamos viviendo en Chile la tramitación de los proyectos de ley era muy larga, tardaban en promedio un año y medio o dos años y eso se ha reducido ostensiblemente a un plazo de dos semanas máximo", añadió.
En todo ello, comentan desde la centroizquierda, el rol de Briones, y el del ministro del Interior, Gonzalo Blumel, ha sido clave. Ambos han dialogado diariamente con algunos de los presidentes de partido, lo cual ha sido bien recibido. No obstante, advierten que aún faltan nuevos gestos para hablar de un nuevo trato.
La mirada de los líderes
Al respecto, el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, aseguró que "no hay un nuevo trato explicito, pero en momentos de emergencia nacional una parte importante de la oposición ha buscado contribuir a lidiar con esta pandemia. Por lo tanto, por lo menos el mundo socialdemócrata, hemos tratado de colaborar con propuestas concretas".
"Por eso hemos mantenido un diálogo tanto con el ministro Briones, como con el ministro Blumel. Eso, evidentemente, ha tenido algunas manifestaciones, algunas reuniones públicas, muchas conversaciones privadas y el paquete que se anunció el miércoles refleja por lo menos parte de lo que hemos recomendado", dijo a Emol.
A juicio de Muñoz, eso "es un reflejo de que el Gobierno escucha, aunque uno pudiera tener discrepancias sobre los montos o los detalles. Entonces,
hay una predisposición favorable en un momento de crisis, donde se juega de alguna manera el futuro nacional. Hay que colaborar, pero eso no significa que se terminan las discrepancias".
"Creo que el Gobierno escucha más y eso se ha reflejado en este nuevo paquete y en consultas, porque varios de nosotros recibimos llamados telefónicos más o menos regulares de algunos ministros preguntándonos nuestra opinión y eso evidentemente es lo que debiera ocurrir en un momento tan difícil como el que vivimos", recalcó.
En cuanto a si cree que este clima se pueda extender a otros proyectos de ley en el Congreso más allá de lo relacionado con la emergencia, indicó que "habrá que ver, no creo que uno pueda decir que automáticamente este clima de diálogo puede extenderse a proyectos de ley específicos, cada uno se evalúa en su mérito".
Una visión distinta planteó el presidente del PS, Álvaro Elizalde, quien manifestó a este medio que "el Gobierno ha ido acogiendo propuestas que hemos ido formulando desde la oposición, pero no con la suficiente celeridad que se requiere para enfrentar las consecuencias sociales de la crisis".
"Es positivo que se haya incorporado la prioridad de los informales en el plan económico, pero
tenemos que ver con detención las propuestas respecto de los créditos con aval del Estado, para que eso efectivamente tenga un impacto positivo en las pymes y no sea solo una forma de aumentar las utilidades de los bancos”, agregó.
Asimismo, el senador advirtió que "si bien los números globales de la propuesta del Gobierno son altos, al momento de analizar cuánto de ello corresponde a recursos nuevos, la verdad es que esto es muy inferior a lo señalado. En las medidas originales del Gobierno solo había propuestas para generar liquidez en la economía, lo que es positivo, pero no recursos nuevos para minimizar el impacto de la crisis".
Según Elizalde, "nosotros tenemos un espíritu constructivo, porque aquí se requiere de la colaboración de todos para enfrentar las consecuencias sociales de la propagación del covid-19, pero lamentablemente el Gobierno no ha tenido disposición para incorporar las propuestas de la oposición al momento de realizar sus anuncios".
"Eso nos parece especialmente preocupante, porque si no tenemos un plan fiscal ambicioso y una política social protectora, no se van a minimizar los costos sociales del frenazo económico respecto de los trabajadores, que son de los sectores más vulnerables", concluyó.
