SANTIAGO.- El expresidente argentino, Carlos Menen, quien falleció este domingo a los 90 años, mantuvo una cercana relación con Chile, que se prolongó por los últimos 40 años.
De acuerdo a un reportaje de "El Mercurio", en 1984 y tras años de incertidumbre, las relaciones bilaterales entre Chile y Argentina parecían al fin estabilizarse luego de que ambas naciones acordaran un Tratado de Paz y Amistad. Pero aún faltaba un paso: el plebiscito, convocado por el presidente trasandino Raúl Alfonsín para que la ciudadanía decidiera si aceptaría o no el acuerdo.
Si bien los argentinos se inclinaron por el Sí, hubo un punto negro, ya que el poderoso peronismo boicoteó el proceso en masa, con la sola excepción del gobernador de La Rioja, Carlos Saúl Menem. Desde ese momento, Menem, que era una figura casi desconocida en nuestro país, se transformó en un "amigo".
Pocos días después de la decisión que lo llevó a enfrentarse con su partido, el "turco", como le llamaban, consideró que era necesario otro gesto y ensilló su caballo y comenzó una cabalgata simbólica hacia la frontera chilena por el paso San Francisco. El mismo que usó Diego de Almagro para llegar a nuestro país.
El mejor momento histórico de la relación entre ambos países
Luego, durante sus diez años en la Casa Rosada (1989 a 1999) hizo buenas migas con Pinochet, Aylwin y Frei. En opinión de los expertos, esto consolidó el mejor momento histórico de la relación política y comercial entre ambos países. Incluso Menem llegó a ser tildado por sus opositores como "prochileno".
Cuando recién asumió la presidencia de Argentina, en 1989, una de las primeras medidas que tomó fue designar a su embajador en Chile, Óscar Spinosa Melo, quien viajó a Santiago para tantear cómo sería vista su designación en el gobierno militar. La respuesta de la Cancillería fue que no habría problema, siempre que Menem aceptara el compromiso de visitar Chile antes de la salida del general Augusto Pinochet.
Menem, que en esa época estaba más hacia la izquierda del peronismo, confirmó su visita en una fecha estratégica: Viajó a Santiago un día antes del cambio de mando, el 10 de marzo de 1990, jornada en que se reunió con el general; y 24 horas después, fue uno de los invitados más destacados en la toma de poder de Patricio Aylwin.
Aylwin visitó Buenos Aires para reunirse con Menem en 1990. La confianza entre ambos no fue instantánea, sobre todo por el estilo sobrio del expresidente DC. "Aylwin tenía una visión más bien negativa de él. Tenía que ver con su físico, con su peinado. Lo veía como alguien medio destartalado", cuenta el exministro Carlos Figueroa.
Pero con el tiempo, poco a poco, Menem comenzó a "conquistar" a Aylwin. Lo trataba con especial respeto y jamás, contrario de su costumbre, lo tuteaba. Siempre se dirigía a él como "señor Presidente, o Don Patricio", sin importar cuántas veces se le pidiera dejar esa formalidad. El chileno terminó estimándolo, para sorpresa de muchos, que definían el fenómeno con una frase: "este turco se los conquista a todos".
Quienes trabajaron con ambos cuentan que compartieron una visión común: había que arreglar los pendientes entre ambas naciones, a través de un foco específico en la conectividad y la cooperación regional. Así fue como los mandatarios establecieron una agenda de 24 puntos pendientes, que debían resolverse en 1994. Al final del gobierno de Aylwin solo quedaban dos: Laguna del Desierto y Campos de Hielo Sur. "En esos años tuvimos la gestión más exitosa de la historia para los dos países", cuenta Ricardo Serrano, quien fue jefe de la oficina comercial en Buenos Aires durante diez años.
De la cercanía con Aylwin a la amistad con Frei
El senador y excanciller José Miguel Insulza califica a Menem como "un amigo de Chile; uno de los mejores amigos de Chile". Recuerda largas conversaciones en las muchas visitas a Anillaco que hizo junto al Presidente Eduardo Frei, donde los tres se quedaban horas hablando de política y, principalmente, de fútbol.
Pero apunta que el comienzo de la relación entre ambas administraciones no fue tan fácil. A los pocos meses de que asumiera Frei, se dio a conocer el fallo arbitral de Laguna del Desierto, que daba la razón a Argentina en la controversia limítrofe sobre esa zona.
En La Moneda cundió el caos pues se pensaba que ese fallo arruinaría la relación con Argentina que se había logrado con Aylwin. En septiembre Menem llamó a Insulza para decirle que estaría en Mendoza en una reunión con gobernadores y quería aprovechar el evento para reunirse con él. Al llegar, Insulza recuerda que Menem estaba aun más preocupado que él por la relación. "No quería que el fallo fuera un obstáculo para la relación. Quería mantener lo acordado y seguir avanzando en otras cosas, como Campos de Hielo. En ningún momento quiso sacar ventaja de la resolución arbitral", comenta a "El Mercurio".
Finalmente, los nexos bilaterales siguieron por la misma vía que en el gobierno anterior, y si Aylwin y Menem fueron cercanos, Frei y el mandatario trasandino eran amigos. Se daban consejos e incluso se ayudaban a organizar reuniones y recepciones con líderes que a veces iban en beneficio del otro país.
La cercanía era tal que, en 1996, el trasandino invitó a Frei a inaugurar una nueva escuela secundaria de Anillaco, en el mismo terreno donde él había estudiado de niño. Esa vez, a dos de las salas más grandes del recinto las bautizó como "República de Chile" y "Eduardo Frei Montalva".
Cecilia y Máximo
Una vez que dejó la Casa Rosada, Carlos Menem continuó teniendo una relación estrecha con Chile, siendo no solo conocido por el mundo político, sino también popular entre la gente. En el año 2000, durante una visita a Libertad y Desarrollo y al Mercurio de Valparaíso, mientras firmaba autógrafos dijo que "debo ser igual con todos, los políticos no podemos desdoblarnos".
El año anterior, pocos meses antes de dejar el poder había conocido y empezado a salir con la ex Miss Universo chilena, Cecilia Bolocco, con quien se casó dos años después. Según cuentan cercanos, uno de los primeros que se enteró de la seriedad de la relación fue Eduardo Frei, que, a fines de 1999, había invitado a Menem a cenar a su casa, hasta donde llegó del brazo de la conocida animadora.
El inicio de la pareja no fue fácil ya que, justo cuando planeaban un lujoso viaje de luna de miel, se ordenó el arresto domiciliario de Menem por un presunto contrabando de armas a Croacia y Ecuador.
Investigado, además, por al menos cinco casos distintos de malversación y corrupción en la justicia argentina, "el turco" vivió un tiempo en Chile, en la comuna de Las Condes, junto con Bolocco. Ambos tuvieron un hijo, Máximo, en 2003, poco después de que el expresidente perdiera en la elección presidencial contra Néstor Kirchner. Con el deseo permanente de ser parte de la política de su país, apenas pudo volvió a Argentina, y sus vínculos con Bolocco se hicieron cada vez más esporádicos, hasta su divorcio en 2007.
La última historia del expresidente con el país fue en 2018, cuando viajó a Santiago con un permiso especial de la justicia argentina, por la operación al cerebro de su hijo. "Amo Chile", dijo esa vez, en su estilo, en un aparente cierre de una relación de años.