SANTIAGO.- Mientras en 2020 la discusión por el retorno a clases presenciales en medio de la pandemia estuvo circunscrita al ámbito político, gremial y de los expertos, este año irrumpe un nuevo actor en el debate público: los apoderados.
En Argentina, el movimiento "Padres organizados" ha cobrado visibilidad al ejercer una fuerte presión para la reapertura de los colegios; y en Chile se conformó el movimiento de apoderados "Escuelas abiertas", que busca que los recintos educativos "sean lo último en cerrar y lo primero en abrir" en el contexto de la emergencia sanitaria.
"Lo que estamos buscando es que la educación no se catalogue dentro de una de las fases del plan 'Paso a paso', porque no podemos estar equiparando la educación de los niños en etapas cruciales, como la primera infancia y la educación básica, a la apertura de restoranes (...) que la educación sea lo último en cerrar, cuando ya no quede otro recurso; pero luego, cuando bajan los casos, que sea lo primero en abrir"
Lucía Butazzoni, una de las fundadoras del movimiento
"Lo que estamos buscando es que la educación no se asimile al resto de las actividades que son menos fundamentales y que no se catalogue dentro de una de las fases del plan 'Paso a paso', porque creemos que no podemos estar equiparando la educación de los niños en etapas cruciales, como son la primera infancia y la educación básica, a la apertura de restoranes. No tienen ningún sentido", explica a Emol Lucía Butazzoni, una de las fundadoras del movimiento.
En ese sentido, detalla que lo que pretenden es que "la educación sea lo último en cerrar, cuando ya no quede otro recurso; porque estamos conscientes que cuando la transmisión comunitaria es alta o está descontrolada, va a ser necesario cerrar; pero luego de esa emergencia, cuando ya bajan los casos, que sea lo primero en abrir, y no que junto con los colegios abran los gimnasios, los restoranes...". "Nuestro mensaje no es 'abramos en cuarentena', sino que la educación presencial sea prioridad nacional, y eso abre a los matices que hay en cada una de las comunas y cada una de las realidades", agrega.
Para eso –con el apoyo de varias fundaciones– se han preocupado, en primer lugar, de recopilar y difundir –a través de sus redes sociales y sitio web–, "de una manera que sea fácil de digerir", distintos estudios "que avalan que los colegios no son lugares de propagación (del virus), sino de detección; que los niños contagian poco; que el 85% de los profesores ya está vacunado con las dos dosis; que el PIMS es un porcentaje muy muy bajo, y además los niños se contagian en sus casas...", entre otros datos disponibles.
"Ha hecho mucha falta una campaña informativa real en base a la evidencia científica, y por eso formamos este movimiento; nos interesa que la gente entienda, que se amplíe el mensaje de que la educación no es un riesgo y que es lo primordial", subraya. Agrega que "el colegio no necesariamente cumple una función académica; en las escuelas públicas rurales los colegios son como el Cesfam, tienen psicopedagogas, asistentes sociales; entonces por qué va a estar cerrada la escuela habiendo niños que necesitan asistir, necesitan alimentarse, que se detecte si son víctimas de abuso o violencia intrafamiliar".
La agrupación publicó, el viernes pasado, una carta, en que exponen su planteamiento a las autoridades, la que está disponible para firmar y que ya ha sido suscrita por más de 6 mil personas. También se encuentran evaluando la posibilidad de realizar otro tipo de acciones, sin descartar la vía legal. "Hay varias cosas que se pueden hacer en términos judiciales o administrativos, pero primero tenemos que ampliar lo más posible el mensaje", señala.
Presencia en cinco ciudades y contacto con movimiento argentino
¿Cómo surgió este movimiento, que ha cobrado fuerza en los últimos días? Una de sus fundadoras señala que "Escuelas abiertas" se comenzó a articular en marzo pasado, tras el inicio del año escolar 2021. "Se gestó a partir de conversaciones entre varias personas, que nos empezamos a dar cuenta que la apertura de los colegios no estaba siendo equitativa... En marzo había como una sensación de que se volvía a clases, pero eso era una realidad que solamente estaban viviendo los niños de colegios privados o de particulares subvencionados, cuando casi toda la educación municipal no abrió, ni siquiera en fase 2 o superior (...) y nos empezamos a dar cuenta que, nuevamente, había una brecha enorme entre los que tienen más acceso y los más vulnerables", relata Lucía Butazzoni.
El movimiento fue impulsado por cuatro mujeres, de Santiago y Viña del Mar, que no se conocían previamente, pero descubrieron que tenían posturas similares a través de publicaciones que algunas de ellas realizaron por su cuenta. "Nosotras ni siquiera nos conocemos físicamente, nos hemos juntado por Twitter... y ahora tenemos un grupo de Whatsapp enorme con pura gente que no tenemos idea quiénes son, pero que están todos apoyando", comenta.
"En marzo había como una sensación de que se volvía a clases, pero eso era una realidad que solo estaban viviendo los niños de colegios privados o de particulares subvencionados, cuando casi toda la educación municipal no abrió, ni siquiera en fase 2 (...) y nos empezamos a dar cuenta que, nuevamente, había una brecha enorme entre los que tienen más acceso y los más vulnerables"
Lucía Butazzoni
Si bien el movimiento partió con apoderadas de colegios privados y particulares subvencionados, se han ido sumando padres que tienen a sus hijos en liceos y escuelas públicas. Lucía comenta que ya son cerca de 70 las personas, en cinco ciudades –Santiago, Viña del Mar, Valparaíso, Temuco y Castro–, que están "trabajando activamente, todos los días, generando contenido, analizando todos los estudios científicos que van saliendo, también gente que está contactando a las regiones, a centros de padres de los colegios y de las escuelas públicas para que se organicen, para que se empoderen".
También se han comunicado con el movimiento "Padres organizados" de Argentina, con quienes tuvieron una reunión por Zoom a principios de abril. "Con ellos nos sentimos más acompañados y con más apoyo, nos dieron varios consejos de qué hacer y qué no hacer, y así fuimos creciendo", comenta Lucía.
Advierte que en Chile la apertura de los colegios se hay polarizado, y que "si tú quieres abrir, entonces altiro te catalogan de que eres facha, y no tiene nada que ver, no por querer que los niños del país se eduquen entonces voy a ser una facha del rechazo, y eso ha costado visibilizarlo (...) A nosotros nos han dicho que somos madres asesinas, que estamos cansadas con los niños en la casa, entonces hay mucha gente que inhibe su opinión, personas que quieren abrir, pero no quieren que las insulten".