La canciller Antonia Urrejola y el ministro de Relaciones Exteriores boliviano, Rogelo Mayta, acordaron avanzar en una "nueva etapa" en la relación entre Chile y Bolivia, este jueves en un encuentro sostenido en Paraguay. Esto en medio del fallo pendiente por el caso el Río Silala, y con el antecedente de una década de una agenda bilateral inactiva, lo que abre la puerta al debate de qué implicancias tiene este paso y qué significa para Chile.
En concreto, lo que sucedió en Paraguay fue un acuerdo para reactivar la "Hoja de Ruta" acordada en 2021, que incluye materias como fronteras e integración, complementación económica, libre tránsito, integración física, cultura, medio ambiente, turismo, educación, ciencia, tecnología e innovación, cooperación bilateral, cooperación policial, entre otros.
Urrejola aseguró que con esto se reafirma "nuestra voluntad de entendimiento y profundización de nuestras relaciones en favor del desarrollo y bienestar de nuestros pueblos".
El ex canciller Heraldo Muñoz dice en Emol que "me parece muy positivo porque se trata de mirar los temas de futuro. Comercio, integración física, cultura, medioambiente, turismo, cooperación policial sobre contrabando, narcotráfico e inmigración regular, y más, en el marco del respeto al derecho internacional, de la sentencia vinculante y contundente de La Haya de 2018 en favor de Chile sobre la demanda marítima boliviana y tercero, del Tratado de Paz y Amistad de 1904".
En tanto, el abogado y director del Centro de Estudios Internacionales de la UC, Jorge Sahd, considera también que es "positivo que se reactiven los acercamientos con Bolivia a partir de la Hoja de Ruta del 2021. Hay oportunidades de desarrollo comercial y de inversiones que se están desaprovechando, como el desarrollo del litio. Aunque seguramente Bolivia continuará con su retórica de salida al mar, Chile tiene una posición confirmada por la propia Corte internacional de Justicia".
Sin renunciar a aspiraciones marítimas
Esa es una de las claves del hecho: ya se había anticipado cuando se adoptó la "hoja de ruta" que el tema marítimo no estaba en discusión, pero ni Muñoz ni Sahd entienden con este paso que Bolivia esté renunciando a esas aspiraciones, sino que el foco es otro y que ambos requieren la colaboración para avanzar en los temas mutuos.
"La clave es que los países puedan asumir que tendrán una ‘rivalidad selectiva’. Que, por una parte, entienda que la retórica por la salida al mar continuará, como posibles futuras tensiones por el fallo de las aguas del Silala; pero que, por otra, coexista con una agenda de colaboración en intereses comunes. Chile y Bolivia no serán ni los primeros ni los últimos países en poder avanzar en sus relaciones a pesar de tener conflictos en temas específicos", responde Sahd.
Por ese motivo, a pesar de que podría ser leído como un "triunfo" para Chile, Muñoz interpreta que es beneficioso para ambos países. "Bolivia tiene mucho interés en cultivar muchas de estas materias, mejoramiento del libre tránsito, cooperación policial, medioambiente, cómo no va a ser importante. Esos son temas que le interesan evidentemente a Bolivia, a muchos empresarios bolivianos, hay mucha gente que quiere conectividad.
Esto es de interés de Chile y de Bolivia", asegura.
¿Y las relaciones diplomáticas?
En tanto, el futuro de las relaciones diplomáticas es incierto aún, pues la aproximación entre ambos países debería ser "gradual", según dice Sahd.
"Aunque Chile debe mirar con cautela estos acercamientos, el intento vale totalmente la pena. La aproximación debe ser gradual, con evaluaciones periódicas y con una agenda definida. Sólo así Chile podrá saber si están dadas las condiciones para reestablecer a mediano plazo las relaciones diplomáticas, suspendidas desde 1978", explica el académico.
El ex canciller, por su parte, afirma que ese tema no se debería poner en agenda. "Sería deseable que existan relaciones diplomáticas entre países vecinos, pero si eso se va a tornar en un obstáculo, en avanzar en tantos temas específicos que los países comparten, sería inconducente. Cada vez que se intenta, Bolivia tiende a pensar que eso sea a cambio de algo y siempre tiene que ver con su aspiración marítima", concluye Muñoz.