"Yo exijo respeto para con nuestro país", aseveró el Presidente Gabriel Boric, apuntando contra las declaraciones que vertió la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, sobre la presunta presencia de Hezbollah en el norte de Chile. Una materia que el Mandatario quiso abordar por iniciativa propia, antes de concluir su entrevista con radio María Reina de Calama, este martes.
En su alocución, Boric anunció que enviaría una nota de protesta contra la autoridad de la administración de Javier Milei,
siendo el segundo gesto en materia internacional que concretaba el Presidente en menos de 24 horas.
La mañana de esa misma jornada, al aterrizar en la Región de Antofagasta, contestó a la invitación al diálogo que le extendió su símil venezolano, Nicolás Maduro, para afrontar colaborativamente el crimen organizado. "No tengo ningún problema", replicó, sobre la alternativa de contactarse directamente con el Presidente de Venezuela, para esclarecer el caso del ex teniente Ronald Ojeda.
Pero sobre la disposición del jefe de Estado, parlamentarios de oposición hicieron un paralelo. En el sector ya venían cuestionado que Boric dialogara con Maduro, en cuanto haría de su cuestionado liderazgo, un interlocutor válido. Además, el señalamiento que el Mandatario venezolano hizo al expresidente Sebastián Piñera, como responsable del ingreso del Tren de Aragua a Chile, solo avivó la molestia del sector.
Es así que se contrastó la actitud empleada por Boric en el caso de Maduro, con respecto a una autoridad del Gobierno argentino. El diputado de la comisión de RR.EE de la Cámara, Diego Schalper (RN), indicó que "la impresión que queda, es que en el tono del Presidente influye más su mirada ideológica que los intereses del país".
"Tratándose de Javier Milei se ocupa un tono extremadamente vehemente, pero la diferencia es que en el caso de Venezuela, lo que ha planteado un fiscal es que desde Venezuela se digitó el asesinato de un refugiado político. Entonces, el tono no debiese venir dado por la línea ideológica del Presidente, sino por lo que ha acontecido en Chile y por lo mismo nos parece que el Presidente debería ser mucho más duro con Venezuela que lo que ha sido", añadió.
En esa línea, el diputado Álvaro Carter, integrante de la comisión de Inteligencia, tildó de "insólita la reacción del día de ayer del Presidente Boric. Con Argentina, con el Presidente Milei, tiene una reacción airada, pidiendo respeto por nuestro país y presentando una nota de protesta por informaciones entregadas respecto de supuestas acciones del grupo terrorista islámico Hezbollah en Chile. Pero con Venezuela, con un dictador como Maduro -protegido por el Partido Comunista acá en Chile-, es otra cosa".
"Nuestra soberanía territorial fue vulnerada, y donde nuestra justicia habla de que el asesinato de Ojeda tiene un móvil político organizado desde Venezuela ¿Qué es lo que dice nuestro Presidente? Que es bueno dialogar, que es bueno dialogar con un dictador, con una dictadura. ¿Hasta cuándo al Presidente lo gobierna la ideología?", cuestionó.
A su vez, el vicepresidente de Demócratas, Matías Walker, criticó que el Gobierno haya descartado la veracidad que podría revestir los dichos de la autoridad trasandina. "Tal parece ser que la nota de protesta a Argentina fue una nueva imprudencia apresurada de nuestro Gobierno en materia de relaciones internacionales. Es difícil que Patricia Bullrich haga una aseveración como la que hizo sin tener algún antecedente", redactó en X.
Desde el oficialismo, el presidente del PPD, Jaime Quintana, reconoció que "no sé si esto da para una nota de protesta, esto es una decisión que le cabe ponderar al Gobierno. Lo cierto es que Hezbollah está presente en la región, en América Latina, hay antecedentes de ello".
En esa línea, relevó que "la ministra Tohá ha sido sumamente clara en señalar que los dichos de la ministra Bullrich no corresponden por la vía de un punto de prensa. Esto tendría que haber sido efectuado a través de los canales que existen".
Ahora bien, el senador acotó que, "también tenemos que hacernos cargo como país que hemos tenido en nuestra historia reciente deficiencias en materia de inteligencia. Este es un tema que hoy día, como ha dicho la ministra Tohá también, no hay ningún antecedente para suponer que existe riesgo de amenaza hoy día para nuestro país, pero hay que estarlo mirando, porque esto es real. Su presencia en Latinoamérica no es una cosa inventada".
Gobierno
Con todo, en el Ejecutivo dieron por superado el impasse con el Gobierno argentino. Este miércoles, la ministra del Interior, Carolina Tohá, dio cuenta del contacto telefónico que sostuvo con Bullrich para resolver la diferencia que abrieron sus declaraciones.
La autoridad trasandina, señaló Tohá, "expresó sus excusas por la forma en que esto se planteó. Dejó claro que no hay antecedentes de alguna amenaza inminente para el país en esta materia y quedamos, además, de acuerdo en que como vamos a coincidir la próxima semana".
"Vamos a profundizar ahí la conversación respecto a cómo podemos afiatar una mayor colaboración entre los países para enfrentar los desafíos de la seguridad y el crimen organizado", indicó, apuntando a la reunión bilateral que ambas sostendrán el próximo jueves, en el marco de un foro en materia de seguridad de Enade "Recuperar un País Seguro".
"Lo damos por superado, he aceptado esas excusas. Lo damos por cerrado el tema", concluyó, lo que luego fue confirmado por el propio ministerio de Seguridad de Argentina, donde indicaron que la comunicación "fue con el propósito de transmitir disculpas".
"La ministra Bullrich aclaró que dichas observaciones fueron realizadas en el contexto de un análisis de la situación regional, dentro del marco de las responsabilidades de su cargo, y no con la intención de generar miedo o alarma en Chile", sostuvo dicha cartera en un comunicado.