"Perplejo". Es así como algunos integrantes de la comitiva que acompañó al Presidente Gabriel Boric a la Región del Bío Bío dijeron ver al Mandatario una vez en Cañete, donde tuvo lugar un ataque a carabineros sin precedentes desde el retorno de la democracia.
Para afrontarlo, Boric zanjó viajar con representantes de todos los poderes del Estado y así dar un gesto contundente de unidad que, en general, fue bien evaluado en el mundo político.
El panorama que encontró en la Macrozona Sur, sin embargo, terminó por descolocar al Mandatario, según observaron testigos.
Y es que en la Macrozona Sur, el Presidente debió someterse a las recriminaciones de los familiares y vecinos de los cabos 1° Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid, además del sargento 1° Carlos Cisterna Navarro, quienes no dudaron en apuntar al Ejecutivo como un responsable del triple homicidio.
El cara a cara con los familiares, el interior de la comisaría Los Álamos, fue uno de los momentos más tensos. Allí al Presidente se le hizo ver la indignación sobre la desprotección en la que se ven a diario los funcionarios en el ejercicio de su deber.
Allá, Gabriel Boric evaluó todas las opciones, incluso decretar Estado de Sitio en la zona, lo que consultó con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y también con Carabineros. De ahí, el Ejecutivo se formó la convicción de que la herramienta no aportaba instrumentos útiles sobre la coyuntura.
El Gobierno sí se inclinó por robustecer la presencia de las fuerzas de orden en Cañete, instruir un intenso operativo para dar con los responsables del triple homicidio, solicitar cooperación internacional, mantener a la ministra de Defensa, Maya Fernández y al subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, en terreno, y establecer toque de queda, una vez que el Mandatario ya se encontraba en la capital.
En la arista política, el Gobierno también reculó en la decisión de aplicar el denominado "criterio Tohá" sobre el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, que iba a derivar en la solicitud de su renuncia, dada la formalización que originalmente estaba fechada para el 7 de mayo.
Este lunes, el Presidente tuvo otro gesto relativo al grave atentado. Al momento de recibir los honores de la guardia de Palacio, se acercó a los funcionarios para entregarles un mensaje de respaldo a la institución. Posteriormente participó del cambio de guardia de La Moneda, que se realizó con honores y un minuto de silencio por los carabineros asesinados.
Debate
En este contexto, analistas conversaron con Emol y evaluaron el modo en que el Mandatario gestionó el caso.
La cientista política de la Universidad Diego Portales, Nerea Palma, afirmó que "todos quedamos perplejos ante la situación, y esto ya no solamente porque sean carabineros, sino que hay que entender que son seres humanos que tienen familia y una vida".
"Por otro lado, las medidas del poder Ejecutivo me parecen apropiadas. Si bien se evaluaron seriamente otras alternativas, como estado de sitio, pareciera ser que el toque de queda era una buena opción. A priori también me parece oportuno que al menos se discutan legislaciones de seguridad en el poder legislativo. Aunque evidentemente que la única respuesta no pueden ser políticas de 'mano dura'", agregó.
A su vez, el académico de la Universidad Central, Marco Moreno, consideró que "probablemente la sorpresa del Presidente se explique por sus razones: en primer lugar porque la estrategia de recurrir a estados de excepción en la Macrozona Sur (a pesar de los costos internos que genera la medida en el bloque oficialista) estaban dando resultados: había una sensación de control por parte de las FF.AA que se había traducido en la baja de hechos y delitos de orden público y seguridad en la zona".
En segundo término, añadió Moreno, "por la alevosía de la acción que provocó la muerte de los tres carabineros. La suma de estos elementos unidos al impacto público y en el clima de opinión es un duro golpe para La Moneda y el Presidente que habían tenidos buenas semanas en el último mes".
"El conflicto en la zona sur vuelve como un déja vu a golpear a la administración Boric que siempre pensó que tenían una solución más efectiva (mas diálogo con comunidades y acuerdos políticos) para enfrentar el ya largo conflicto en la Macrozona Sur del país", adicionó.
Por su parte, el académico de la Universidad San Sebastián, Kennet Bunker, apuntó que "en general, nunca ha habido un marco de trabajo" en la Macrozona Sur.
"Como mucha de otras materias, ha sido más reactivo que activo el Gobierno. En general, no ha planteado una solución para problemas que están arrastrándose hace mucho tiempo en ese tema en particular y por no tener una postura firme, apoyándose en las Fuerzas Armadas y todo lo que podrían hacer, tampoco estaba preparado para un incidente tan grave como este. Entonces, no llama la atención que esté sorprendido", adujo.
Dicho eso, Bunker señaló que "nunca ha habido una introspección en cómo una posición ideológica puede agravar el conflicto y por lo tanto, me parece natural que ocurran este tipo de cosas y que incluso puedan seguir ocurriendo hasta que no se tome con seriedad el asunto mirando hacia adelante".