"Esto es cada vez más común. Aprovechan estos caminos desolados y echan abajo varios postes y nos dejan sin luz por muchas horas, incluso días", afirma Luis Cortés, residente de Caleta Chanavayita, ubicada a 55 km al sur de Iquique. La situación que relata se está haciendo cada vez común en el país, donde bandas organizadas están robando los cables de cobre. La compañía eléctrica CGE, que está presente en 169 comunas desde Arica hasta La Araucanía, detalla que el incremento en la sustracción de cables de cobre que sufre en los últimos años: pasó de 53,3 kilómetros robados en 2021 (año de confinamiento por la pandemia), a 152 kilómetros en 2022, y a 195 kilómetros el año pasado, lo que coincide con alza de precios del cobre. Se trata de un delito que ha ido evolucionando del llamado robo "hormiga", debido a lo lucrativo que se ha vuelto el "negocio", al punto que se han formado bandas que derriban postes eléctricos en zonas apartadas utilizando camiones, y personas con conocimientos técnicos que generan cortes intencionales para llevarse kilómetros de tendido.