Ministra de Defensa, Maya Fernández.
Aton
La ministra de Defensa, Maya Fernández, rompió el silencio este miércoles en torno a la polémica y fallida compra de la casa del ex Presidente Salvador Allende, y que ha significado varias solicitudes de remoción de su cargo.
"Como ustedes bien saben, el viernes el Gobierno tomó la decisión de no continuar con el proceso de adquisición de la casa de Guardia Vieja, la casa de mis abuelos, la casa histórica, un monumento. Como familia también hemos apoyado esa decisión y eso se ha transmitido en estos días", partió diciendo la secretaria de Estado en conversación con la prensa.
"Siendo ministra de Defensa no podía participar de ninguna parte del proceso, y por tanto ese es el mandato que se le da al abogado".
Maya Fernández, ministra de Defensa
Añadió que "este proceso, que llevaba varios pasos no fue concluido, por lo tanto no se adquirió la vivienda y no hubo traspaso de ella, pero sobre todo, quiero ser enfática en que nunca ha habido traspasos de recursos, eso no ocurrió, y de manera personal quiero decir que yo jamás, desde que murió mi madre y heredé lo que le correspondía a ella, con mi hermano, jamás he recibido un peso por esta casa".
Fernández defendió que "siendo ministra de Defensa, yo no podía estar involucrada en el proceso, y por tanto, por eso se hace un patrocinio, un mandato a un abogado, que llevó todo el procedimiento que tenían que ver con aspectos técnicos o cosas de la casa. Nunca participé en reuniones, porque no corresponde, como tampoco estuvo involucrado el equipo de Defensa, porque no corresponde".
"Había un interés de adquirir la vivienda de Guardia Vieja para hacer un museo que fuera parte del Estado, y se hace un mandato un patrocinio a un abogado para que llevara adelante los procesos jurídicos, no participé de ninguna reunión, de ningún levantamiento, dado que correspondía a los abogados ver los temas técnicos", insistió.
Consultada por la posibilidad de renunciar a su cargo, la ministra respondió que "yo estoy acá porque me ha nombrado el Presidente de la República, y estaré hasta que él lo decida".
Ante las dudas de si ella conocía que el proceso era incompatible con su cargo, Fernández sostuvo que "en un primer momento se planteaba que la casa me pertenecía a mi y a mi hermano. Siendo ministra de Defensa no podía participar de ninguna parte del proceso, y por tanto ese es el mandato que se le da al abogado", indicó.
Junto con remarcar que el la transacción no culminó, Fernández sostuvo que "parte del Gobierno ha reconocido que el proceso no fue bien llevado, lo cual lamento, y siempre uno se tiene que hacer autocrítica respecto a los procedimientos", zanjó.
