"Si bien estas AFP siguen existiendo, va a haber más competencia". Esa fue una de las frases de la ministra de Trabajo, Jeannette Jara, al detallar la propuesta de reforma previsional que el Gobierno llevó al Senado este miércoles, con la esperada presentación de sus indicaciones.
En medio de alta expectación, el Ejecutivo hizo pública su fórmula: una cotización del empleador de 8,5% por trabajador, en la cual un 2,5% se irá al Seguro de Invalidez y Sobrevivencia, y un 1,5% será para el Aporte Diferido con Rentabilidad Protegida (préstamos al Estado), el que se estará administrado por el Seguro Social y financiará un beneficio equivalente a 0,1 UF por año cotizado. El 4,5% restante en los primeros años, corresponderá al ahorro individual, para luego ir subiendo gradualmente a 6% mientras el préstamo se irá extinguiendo.
Así también, planteó cambios en la industria con la licitación de los actuales afiliados, lo que radicará en un incentivo para el ingreso de nuevos inversores de fondos de pensiones. "Este proceso de cambios al sistema de pensiones, abre la puerta para futuros cambios que terminen con las AFP y fortalezcan la seguridad social", destacó la ministra.
Pero lejos está la propuesta de llenar las expectativas de una parte del oficialismo que planteó, entre otros puntos, la separación de la industria como una condición del debate previsional.
"La solidaridad, al igual que en los países desarrollados, no tiene sentido de que sea transitoria y la industria, debe dejar de estar monopolizada por las AFP y el lucro. Esa es una línea roja para nuestro programa", había sostenido el jefe de la bancada del Frente Amplio, Jaime Sáez.
Previendo el escenario, el Ejecutivo se mostró insistente en manifestar que la reforma aterrizaría a una propuesta que pueda concitar mayorías en un Congreso de mayoría opositora. A su vez, parlamentarios dieron el aviso de que no se allanarían a visar lo que aprobara el Senado. Con la idea de reponer ciertos aspectos de la reforma original, vaticinaron la conformación de una comisión mixta para zanjar las diferencias ente ambas Cámaras.
Consultado por Emol sobre el acuerdo entre el Gobierno y el Senado, Sáez afirmó que "en términos generales, me parece que es valorable que se haya alcanzado un acuerdo después de muchísimo tiempo, de mucha intransigencia, de mucho fanatismo y de una defensa muy explícita de parte de la oposición hacia el cartel de las AFP y creo que finalmente arribar a un acuerdo en aspectos bien sustanciales me parece valorable".
Ahora bien, reparó que "ese es un acuerdo que por supuesto tiene que ser conversado con los diputados y diputadas que lo vamos a tener que votar a posterior en la Cámara. Esto todavía es prematuro, tiene que votarse en la Comisión de Trabajo del Senado, luego en Hacienda y luego en la Sala del Senado antes de pasar a la Cámara y por lo tanto, hay un debate todavía pendiente respecto a algunos aspectos".
Con ello apuntó a "la desintegración de la industria, por ejemplo, como la solvencia financiera del Seguro Social y eventualmente el rol público del Estado tanto en administración como en inversión, que creo que son cuestiones que todavía se pueden abordar y sobre las cuales hasta ahora no hay un acuerdo y sobre lo cual nosotros hemos presentado propuestas bien explícitas recientemente".
A su vez, el diputado del Partido Comunista, Luis Cuello, aseveró que "este es un acuerdo que representa un avance. Primero, porque aumenta las pensiones de los actuales y futuros jubilados mediante un seguro social que quiebra la lógica del ahorro individual. Eso sí, hay que ampliar la cobertura del seguro social".
"Segundo, porque el Estado se incorpora en el sistema de pensiones", añadió, acotando que "no es el ideal, porque la derecha impide que las AFP se dividan".
"Terminar con las AFP, que tanto daño han hecho a los chilenos, es un objetivo al que renunciamos. Este debe ser un paso para construir las condiciones que permitan suprimir las AFP", afirmó.