En prisión preventiva quedó el cuarto imputado por el triple homicidio de carabineros, hecho perpetrado el 27 de abril del 2024 en la comuna de Cañete, Región del Biobío.
Se trata de Tomás Antihuen, quien fue capturado el pasado viernes en el Lago Lleu Lleu portando una subametralladora UZI, la cual tenía una de las víctimas al momento de ser emboscada, según estableció el Ministerio Público.
El magistrado
Cristián Rosenberg, del Juzgado de Garantía de Cañete, acogió la petición de prisión preventiva del Ministerio Público y argumentó que
la libertad del acusado es un peligro para la seguridad de la sociedad, además de que existe un riesgo de fuga del imputado.
Así las cosas, el juez entregó su visión respecto del brutal crimen. "La forma de comisión es particularmente grave, toda vez que se ejecuta con un grado de desprecio por la vida humana pocas veces visto en los procesos policiales y judiciales", afirmó.
En ese sentido, planteó: "Máxime cuando no hay objetivos principales o secundarios que no digan relación con querer quitar simplemente la vida".
Ahondó en su punto señalando que "muchas veces las consecuencias de perder la vida terminan en eso los funcionarios policiales: queriendo proteger a otras víctimas, impidiendo un delito. En este caso pareciera que el único objetivo era quitarle la vida a estas personas, a pesar de que el Ministerio Público aboga por la sustracción del armamento como elemento principal y motivador".
Interpretó que el crimen es "un mensaje al Estado organizado y a la sociedad". "La forma de comisión también se transforma en un elemento importante para considerar entonces la necesidad de cautela", añadió.
Asimismo, también enfatizó que "no deja de ser a lo menos una coincidencia escabrosa, por decirlo menos, que (el crimen) se ejecute el mismo día del aniversario de la institución a la cual pertenecen los funcionarios policiales".
Además de Tomás Antihuen, sus hermanos Felipe y Yeferson están privados de libertad, al igual que Nicolás Rivas Paillao.
