En 2004 un grupo de personas interesadas en reflotar el alicaído concurso Miss Chile para Miss Universo se acercó a esta ex modelo y le ofreció asumir la titánica tarea. Ana María lo pensó y lo pensó mucho porque estaba consciente del desprestigio que ronda este tipo de concursos.
Aún así, el desafío fue mayor y todo su trabajo se juega la última carta el martes 31 de mayo, en Tailandia, donde la Miss Chile Renata Ruiz, destacada modelo profesional, está representando al país.
-¿Por qué dudaste?
“Más que una duda, era que ignoraba del tema. Sabía poco de los concursos de belleza y poco de lo que sucedía en Chile en este ámbito. Además, veía que éstos estaban más bien desprestigiados, por lo tanto, no tenía mayor conocimiento de lo que significaba el tema.
“Con el tiempo, cuando me empecé a involucrar y tomé más conciencia de cuáles eran los objetivos de esta nueva organización, me empezó a hacer muchísimo sentido el concurso. Me acordé de lo que significó en mi vida la elección de Cecilia Bolocco como Miss Universo y lo que significó para todos; hubo un sentido de patriotismo, nacionalismo, que nos enorgulleció”.
-¿Cómo se recupera eso, porque claramente hay una desafección frente a estos concursos?
“Sí, pareciera, pero desde que elegimos a Renata Ruiz me ha llamado mucho la atención lo informada que está la gente. Todos saben que salió una niña preciosa y comenta. Eso te da a entender que se está recuperando el tema, que se ha hecho bien el trabajo y hemos tenido la suerte de contar con muy buenas candidatas y finalistas, con grandes potencialidades. Todo esto hace que la gente se involucre más, que vea que el cuento está más serio y nos hemos alejado de lo que pasó en años anteriores, después de que la revista Paula lo abandonó”.
Ana María vibra con este desafío, por eso, no deja de nombrar el importante rol que está cumpliendo la ex Miss Chile Gabriela Barros en la televisión italiana, donde anima un programa. Casi se lamenta de que en Chile no se le destaque. “Eso es bueno para todos, para las que se presentan y para el país”.
“Hoy estamos muchos mejor parados”, asegura.
-¿Ya no existe el prejuicio mujer linda-mujer tonta?
“No lo sé, no sé si hoy el prejuicio es mujer bonita-mostrar mucho. Nosotros apuntamos a otra cosa, apuntamos a una belleza distinta a la que está tan de moda y que tiene que ver con tener mucho busto y exhibirse. Nosotros estamos apostando a una belleza integral y eso se nota”.
-¿Y la crítica que hacen las feministas de que este concurso acentúa la mujer objeto?
“La verdad es que me da la mismo, no me toca. Soy una mujer que me encanta ser femenina. Yo no respondo al estereotipo de tonta-bonita” (en un tono seco).
-¿Ese prejuicio está trasnochado?
“Creo que en este país somos súper prejuiciosos, siempre habrá gente que los tenga sobre todas las cosas, pero a mí me da lo mismo. Quiero hacer bien mi trabajo, quiero tener candidatas preciosas, que la gente vuelva a creer en el concurso”.
En el 2004 los organizadores intentaron que Chile fuera elegido sede del concurso mundial y aunque hasta el Gobierno se entusiasmó, el proyecto no llegó a puerto. Ana María Cummins tiene claro que cualquier gobierno de turno no va a poder financiar su organización por el costo y, por lo tanto, lo tendrá que hacer la empresa privada. “Pero antes tenemos que reencantarlos”, reconoce.
El primer paso cree que se da cada vez que una Miss Chile viaja al concurso. “Chile es mucho más que cobre y fruta, tenemos muchas otras cosas que mostrar. Tenemos un país maravilloso, promover el turismo. El papel de la Miss Chile va mucho más allá de presentarse en el Miss Universo y mostrar una cara y un cuerpo, Renata está siendo entrevistada todos los días, hay miles de periodistas, y ella está hablando del país”.
“Eso es tremendamente importante, por mucho que nos conozcan en los ámbitos político y comercial, hay otras áreas que hay que enfatizar”, dice.
-¿La Miss Chile hace de embajadora?
“Ella es una tremenda embajadora. Mira lo que pasa con Gabriela Barros en la RAI, el hecho de que nuestros jóvenes puedan trabajar afuera”.
