400 gramos de spaghetti del N 5 o spaghettini del 3; 3 cucharadas de aceite de oliva, 1 diente de ajo aplastado, 1 lata de atún de las corrientes, no grandes, 1 lata pequeña de tomates al natural o 4 tomates medianos corrientes (No larga vida), perfectamente maduros, 1 cucharadita rasa de semillas de hinojo (o dill), 1 pequeño ají (pimienta) de Cayena o una punta de cacho de cabra, un buen puñado de aceitunas verdes, deshuesadas, 1 1/2 cucharada de alcaparras, 1/2 copa de vino blanco seco, 1/2 cucharadita de azúcar, 2 cucharadas de orégano fresco o 1 de seco, sal y pimienta del molinillo.
En una sartén caliente el aceite de oliva y salte el ajo, sin permitir que se dore. Agregue los tomates previamente desmenuzados (pelados, si son frescos) y con todo su jugo y cocínelos un par de minutos a fuego moderado. Salpimiente y agregue el azúcar. Añada el atún, bien escurrido y desmenuzado (no molido); las semillas de hinojo y el ají. En seguida, el vino blanco.
Permita que este último se evapore del todo. Añada las aceitunas y las alcaparras y una de las cucharadas de orégano, dejando cocer un par de minutos más, o hasta que la mezcla haya adquirido la consistencia de una salsa, habiendo evaporado todo exceso de líquido. Verifique la sazón y retire el diente de ajo.
Ponga en una olla grande bastante agua (la pasta debe nadar en ella, y cuando hierva, sálela (si lo hace antes, demorará la ebullición). En seguida, vierta la pasta y cuézala hasta que esté al dente (la pasta recocida es pésima). Escurra y vuelque de inmediato sobre la salsa, junto al resto del orégano. Revuelva bien y sirva de inmediato, siempre en recipientes calientes. Esta receta tampoco lleva parmesano.
