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Los mitos que afectan la vida sexual

La insatisfacción en la intimidad no siempre se debe a una disfunción biológica. A veces, la falta de comunicación u otros factores externos son los culpables, y pesquisarlos basta para solucionar el problema.

30 de Agosto de 2005 | 12:02 |
Cecilia (32) resume su vida sexual con una frase tan lapidaria como espontánea: "Todo mal".

"Llega cansado y cuando logramos tener un acercamiento se salta todo el preámbulo, que para mí es súper importante", cuenta.

Lo que más le preocupa es que la frustración que siente luego de cada encuentro se ha acrecentado al punto de disminuir su interés en el tema. "Para qué voy a tener sexo cuando sé que voy a quedar igual de insatisfecha que siempre", sentencia.

Aún no sabe si atribuir el problema al estrés de ambos o a que él simplemente no sabe cómo estimularla. Dos factores que, a juicio del siquiatra Andrés Morales Troncoso, del centro médico San Jorge de la Universidad Católica, causan gran parte de los problemas sexuales de las parejas, a las que define en dos palabras: "trabajólicas" y "analfabetas".

De más está decir que lo primero responde a la gran cantidad de horas que hombres y mujeres destinan al trabajo. Lo segundo, en cambio, al generalizado desconocimiento de que ambos necesitan diferentes clases de estímulos para lograr la excitación.

Lo anterior explica -a juicio del sexólogo- la creencia masculina de que a la mujer sólo le basta la penetración para excitarse. "Creen que son iguales que ellos, cuando una gran parte de las mujeres no puede alcanzar el orgasmo de esta manera".

De ahí la importancia de que el estímulo empiece por un coqueteo que incluya caricias, "lo más importante es que él se dé el tiempo necesario para prepararla y no pretenda hacerlo a la rápida", agrega el psiquiatra.

Tiempo y coqueteo que, a veces, requieren un actuar anticipado. Así lo siente Macarena (29), quien alega que su marido no tiene un gesto de cariño durante todo el día y que los únicos acercamientos se producen cuando quiere tener relaciones con ella.

"Parece que no entiende que con un mínimo gesto, como una llamada, un beso desinteresado o un cariño, podría conseguir mucho más", precisa.
Sólo un juego
"El sexo no debe ser visto como otra cosa, sino simplemente como lo que es: un juego". Esta frase puede sonar de Perogrullo, sin embargo la sicóloga clínica Susana Ifland asegura que son pocas las parejas que la aplican en la práctica.

"Algunos creen que la parte sexual es una especie de barómetro de la relación, pero no debe ser considerada así", precisa.

En su opinión, no es más que la forma que tienen los adultos de desarrollar su lado lúdico. "Hay muchas formas de sentirse pleno sexualmente con la pareja, sin necesidad de llegar al clímax. De hecho, hay muchas mujeres que se declaran satisfechas y que no necesariamente llegan al orgasmo", precisa la especialista.

Eso sí, eso es sólo una consecuencia de no darle al sexo atribuciones que no tiene. "Es muy común que las parejas lo usen como una herramienta de premio o castigo. Eso desvirtúa el verdadero significado del sexo y lo transforma en algo menos placentero".

Como nadie nace sabiendo, es importante que la pareja cree un espacio de intimidad, donde el tema sexual sea hablado abiertamente. "Deben tener la confianza de expresar sus deseos y necesidades, de escucharse y comprenderse mutuamente", explica la sicóloga y terapeuta de parejas Marie Louise Duhalde.

La supuesta apertura que se está viviendo en el plano sexual también conspira contra un buen desarrollo sexual de la pareja.

"Uno ve en las películas que los dos lo pasan bien, sin interrupciones y siempre llegan al clímax. La realidad no es así, y mucha gente se frustra por no poder alcanzar ese estereotipo", acota la sicóloga.

Pero no sólo la falta de información afecta la vida sexual, también el estrés.
Un problema que el doctor Morales atribuye a los dos miembros de la pareja. "Ellas trabajan y ven a los niños; ellos pasan más de diez horas en la oficina: así no se puede tener una buena disposición para el sexo cuando se llega a la casa".

Solución en la cama

Además, existen otros mitos que obstaculizan el camino hacia una sexualidad plena. Uno de ellos es la creencia de que el deseo debe ser el primer paso para tener relaciones con la pareja.

"Eso es un gran error. Al principio puede que sea así, pero con el paso del tiempo uno puede sentir deseo como consecuencia de un contacto inicial, por lo tanto no es una condición para tener sexo", explica el psiquiatra.

Sí lo es, al menos para la mujer, el sentirse en una relación afectiva plena. Por eso un llamado de atención para los hombres es a no tratar de solucionar las peleas teniendo relaciones.

"Eso sería un error", según Duhalde, porque "el sexo no tiene el poder de solucionar los conflictos. Creer eso es aumentar la presión de que tiene que funcionar bien y el sexo bajo presión es mucho menos placentero".

Como Javier (40), quien luego de doce años de matrimonio sigue pensando que ésa puede ser una buena salida a una pelea. "Un mal rato en pareja se puede solucionar en la cama, pero ellas necesitan que todo el día haya sido romántico y no haya habido ninguna discusión para pensar en hacer el amor. Además, siempre dan la excusa de que están cansadas, cuando el sexo puede ser relajante si se quiere".

Pero que ambos encuentren relajo en el contacto físico depende de la capacidad de esa pareja de crear momentos de intimidad.

El problema es que no todos entienden lo mismo por "intimidad". "Hay que dejarse una tarde, un día a la semana en que ambos estén solos y juntos. No se trata de estar solos haciendo cosas cada uno por su lado, porque eso no sirve de nada".

Y por supuesto, dejar de lado a los hijos, aunque sea por un rato. Según Marie Louise Duhalde, "una buena idea es determinar que de cierta hora en adelante el tema de los hijos queda prohibido, especialmente en la noche, cuando ambos están en la cama. Eso los obliga a hablar de ellos y a tocar los temas de pareja con más profundidad y confianza".
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