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¿Por qué ellas ganan menos?

Las labores en la oficina y la casa las lleva a buscar trabajos flexibles, de medio tiempo o en áreas peor remuneradas.

18 de Agosto de 2005 | 13:19 |
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Desde hace un tiempo, a dos investigadores de la City University de Nueva York los rondaba una gran pregunta. ¿Por qué -en promedio- las mujeres seguían ganando menos que los hombres, si desde 1964 estaba prohibida la discriminación laboral en EE.UU.? ¿Era discriminación o había otras razones?

Dave M. O'Neill y June E. O'Neill revisaron cuanto análisis había en el país y tras cruzar una serie de variables, llegaron a una conclusión sorprendente: las diferencias de sueldos no se debían a que el mercado laboral discriminara a las mujeres por su sexo o porque fueran menos productivas. Eran ellas las que hacían una elección de la ocupación y del tipo de trabajo a realizar de acuerdo a su rol en la sociedad.

Si bien más mujeres trabajan, ellas asumen más responsabilidad en el hogar y por eso terminan prefiriendo ocupaciones y condiciones laborales que les permitan combinar la casa con la oficina y esos trabajos son peor remunerados.

¿Qué pasa en Chile?

La Encuesta de Remuneraciones y Costos de Mano de Obra del INE fue desagregada por sexo por primera y única vez en 2000. En ella se establece que la brecha promedio de sueldo es de 31%.

Cuando se analiza por grupo ocupacional, la brecha se va ampliando mientras más alto se sube en la empresa (ver infografía).

Y en las ramas no tradicionales para la inserción femenina hay una mayor brecha. Por ejemplo, en la minería la brecha es de 39,8% y en servicios comunales, sociales y personales, donde trabaja el mayor número de mujeres, la brecha es de 17%. Esto implica que la brecha es mayor en las áreas donde las remuneraciones son más altas.

Las razones

El estudio norteamericano arrojó que las mujeres con hijos les entregan relativamente más energía a las responsabilidades del hogar que las mujeres sin hijos y como resultado ganan salarios más bajos.
¿Cuándo hay discriminación?
Hay discriminación salarial cuando existe una diferencia entre los ingresos de un hombre y una mujer en un puesto similar que no es atribuible a una dimensión objetiva. También se considera discriminación cuando se "veta" un ascenso por el hecho de ser mujer.

Ante las diferencias entre hombres y mujeres se da como justificación: Ellas son más caras y en el sueldo se les aplica un deducible. Sin embargo, estudios demuestran que los costos salariales femeninos son más bajos y que en los no salariales, la mujer resulta en promedio sólo un 0,9% más cara por la maternidad.

Las mujeres fallan más. La estadística muestra que en licencias comunes ellas tienen menos. Las por maternidad son más, pero éstas son solventadas por el Estado.

Además, ellas valoran mucho más que los hombres los trabajos con horarios flexibles y menos estresantes, como aquellos en las áreas sin fines de lucro (como las fundaciones), los part time o aquellos más flexibles del sector privado.

Y éstos, debido a su naturaleza, suelen ser peor remunerados que los trabajos más "duros", "estresantes" o "que requieren mayor esfuerzo físico", en los cuales se paga más.

Las razones que arroja el estudio norteamericano son las mismas que, a juicio de las expertas chilenas en mujer y trabajo, tienen nuestras trabajadoras. Pero no comparten que la mujer "elija" trabajos peor remunerados.

"El tema en Chile es cuál es la capacidad de elección de la mujer. El que ellas elijan desarrollarse en ciertos campos ocupacionales o salgan del mercado laboral durante determinado tiempo no siempre es una opción", dice la asesora laboral del Sernam, Fernanda Villegas.

Elección de carrera. "Aunque los años de educación son similares, la elección de la carrera es distinta, hay más enfermeras que doctores y ellas son menos en la escuela de Ingeniería", explica Pamela Gana, economista de la dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda.

La investigadora del Centro de Estudios de la Mujer, Rosalba Todaro, añade que las profesiones marcadamente femeninas son peor pagadas. "Una parvularia gana menos que un técnico de mantención de maquinaria. Aquí tenemos un ejemplo de valoración social discriminatoria: ¿por qué cuidar niños es menos valorado que cuidar máquinas?".

Segregación. Las mujeres concentran su empleo en determinadas áreas de la economía y eso define cuál va a ser su remuneración. Ellas se emplean preferentemente en el área de servicios, comercio y prestaciones comunales y personales, que son las que reúnen a cerca del 80% de las trabajadoras, esos sectores son los que reciben en promedio más bajos ingresos.

No hay redistribución de funciones familiares, aunque la mujer está entrando en masa al mercado laboral. "A partir del último Censo se detectó que el 95% de las tareas domésticas y de cuidado infantil las hacen las mujeres y diez años antes era 98%", dice Villegas. La inserción de los hombres en el hogar aumentó tres puntos.

Entonces, si las féminas siguen cargando con ese doble rol se ven obligadas a buscar un trabajo flexible o de medio tiempo, aunque sea peor pagado y no les permita proyectar su carrera, asegura la experta del Sernam.

"Cuando las mujeres deciden poner límite a su horario de trabajo, cuando deciden dejar claro que se irán a la hora que termina la jornada, esto les limita las posibilidades de ascenso. ¿Son estas opciones realmente libres?", agrega Todaro.

Poco apego al mercado laboral. La tasa de participación laboral femenina es de 37%. A algunas les falta un proyecto de carrera profesional, entran y salen en forma intermitente del mercado y las interrupciones en la carrera laboral pesan a la hora de conseguir un trabajo, lograr un buen sueldo o escalar puestos.

Les cuesta negociar. No es que ellas no sepan hacerlo, sino que como tienen que compatibilizar vida familiar y laboral, tienen otras variables que poner en la balanza. "Dicen me van a pagar menos, pero voy a tener permiso o puedo salir más temprano, para poder iniciar la segunda jornada en la casa", dice Gana.
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