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Estafa puertas adentro

Muchas mujeres se ven involucradas en líos económicos por sus maridos. A veces por miedo, comodidad, e incluso codicia.

11 de Diciembre de 2005 | 15:52 |
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Tiene una deuda millonaria, decenas de cheques protestados, su nombre figura en Dicom y sabe que la busca la policía. Pero Ximena, como prefiere identificarse, es una dueña de casa de 27 años que jamás vio ni un peso de ese dinero, porque su entonces marido fue quien manejó la chequera y la cuenta corriente.

"Él tenía graves problemas económicos por unos negocios turbios. Para emprender nuevas actividades necesitaba una cuenta bancaria limpia. Decidió que yo sacara una, hizo algunas maniobras para simularme un sueldo, y me hizo pedir créditos de consumo en varios bancos. Ninguno me los quiso dar, porque él figuraba con deudas".

Frustrado por las negativas, le propuso a Ximena anular su matrimonio. Como mujer soltera, a ella no le fue mejor con los bancos. Fue entonces que él hizo que Ximena firmara cheques en blanco y nunca los cubrió.

La experiencia de Ximena es más común de lo que parece. Sicólogos y abogados ven llegar diariamente a sus oficinas a mujeres cuyos maridos las han involucrado en negocios turbios, sin que ellas, muchas veces, ni siquiera lo sospecharan. ¿Por qué una adulta con todas sus facultades intelectuales intactas cae en una "estafa" así?

"Hay mujeres que sólo desarrollan un ámbito de su personalidad, el emotivo. Y delegan lo racional y lo valórico en su marido, sobre todo cuando se trata de plata", explica Susana Ifland, sicóloga de parejas. Eso las hace despreocuparse de los temas más "pedestres", en una actitud que tiene "mucho de comodidad y de negligencia".
Quién es él

Suelen ser machistas "al estilo de los personajes de John Wayne", describe la sicóloga Susana Ifland.

"Generalmente están muy orientados al logro, a cuantificarlo todo, y nunca se ponen en el caso de que la mujer los pueda dejar. Hasta que ella se va".

Ahí recién -agrega la sicóloga- entienden que ella necesitaba ser comprendida y crecer como persona.

"Pasa mucho que la mujer les pide estudiar y ellos les dicen que no hay plata. Pero ella intuye que sí la hay, porque le ha firmado un montón de papeles para 'hacer buenos negocios'".

Otras sí entienden que se están metiendo en negocios poco santos, pero "su deseo de tener anula su ámbito racional y no evalúan los riesgos de ese tipo de actos". Ninguna de ellas desarrolló sus ámbitos racional y valórico, por lo que sus vidas son gobernadas por lo emocional.

Eso las hace presas fáciles de los "chantajes" afectivos de su pareja. A Ximena le pasó: "Para que le firmara cheques, me decía que era la única forma de que la familia saliera adelante. Si no accedía, me echaba la culpa de nuestros problemas económicos. Ahora veo que fue un tremendo error, pero en ese momento sólo pensaba en que mis hijos estuvieran bien".

Muchas mujeres también pecan de "exceso de confianza", comenta la sicóloga de parejas, Perla Sanhueza. "Es frecuente que aquellas mujeres que no trabajan tiendan a sobrevalorar al marido, porque las mantiene a ellas y a sus hijos. Incluso hay una admiración ciega que justifica todos los errores".

A veces se trata de hombres que no tienen una mala intención, y que endeudan a su mujer pensando en que podrán cubrir esas deudas. "No son malintencionados y se quedan junto a ella cuando surgen los problemas", dice Perla Sanhueza.

Pero hay otros con ciertos rasgos sicopáticos que enredan a sus mujeres en sus negocios turbios y que cuando llegan los problemas se van y las dejan solas. "Este tipo de persona es el típico 'fresco simpático', y que recurre mucho a los subterfugios emocionales. Le pide a su mujer que firme un poder, ella se niega, él se deprime, ella se siente culpable, él se sale con la suya".

Ambas sicólogas añaden un factor más: pese a que lo económico es un tema central de la convivencia, muchos esposos evitan hablar de ello. "Creen que hablar de plata ensucia la relación. Incluso muchas piensan que si preguntan las van a cambiar por otra menos curiosa", dice Susana Ifland.

La abogada Pamela Domínguez cuenta que lo anterior no solamente afecta a mujeres que no trabajan. "Acá llegan profesionales con buenos empleos que tienen un marido desordenado, que se ha endeudado al punto de arriesgar el patrimonio familiar. Y ellas no lo sabían". También ha atendido casos de separación en las que ellas han aceptado hacerse cargo de las deudas de sus maridos para cortar todo vínculo con ellos.

¿Quiénes se libran de ser económicamente "abusadas" por maridos poco leales? "Aquellas que logran desarrollar sus ámbitos racional y valórico, a la par del emocional", resume Susana Ifland. Perla Sanhueza agrega a quienes son capaces de trabajar su asertividad y aplicarla a su relación de pareja.

Eso significa, por ejemplo, ser capaz de empatizar con la sensación que le provoca que su pareja le pida entrar en un negocio. Luego, pensar cómo se puede aliviar esa impresión de desconfianza o susto. Por último, decidir cuál será su respuesta.
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